¿Qué esperan los mercados de Estados Unidos y Europa luego de la semana negra?
La primera semana de mayo será muy difícil de olvidar para los inversores que operan en los mercados globales.
La fuga del euro, y todo lo que se cotice en esa moneda, fue de tal dimensión que generó pérdidas de magnitudes pocas veces vistas.
Sin dudas que lo peor ocurrió el jueves, cuando los temores sobre la falta de resolución de la "tragedia griega" - o dicho de otro modo la toma de conciencia de que es muy probable que el ajuste no resuelva sus problemas - cruzaran el Atlántico y se instalaran en la mismísima Wall Street.
A media rueda de ese día, el Dow Jones registraba una pérdida del 2,5%. Pero en cuestión de segundos, ésta se profundizó hasta rozar el 10 por ciento.
Recordando ese momento, un operador de un importante banco de inversión no dudó en afirmar que la sensación del mercado fue similar a la de los días en que cayó Lehman Brothers. "Simplemente pánico", resumió.
Luego se supo que el derrumbe se habría producido por la equivocación de un operador del Citigroup que digitó mal una transacción.
Todos los medios se hicieron eco de que un operador del tercer banco estadounidense por activos, tecleó la tecla ‘B’ del ‘billion’ americano (mil millones) por la ‘M’ de ‘million’, al ejecutar la venta de u$s16.000 millones, cuando realmente sólo quería vender u$s16 millones. Sin embargo, muchos descreen de esa teoría.
Lo importante es que más allá de este incidente, los mercados siguieron en baja, no sólo el jueves, sino también el viernes.
Con el miedo instalado en los recintos bursátiles, la semana concluyó con pérdidas que, en algunos de ellos, rozaron el 14 por ciento.
¿Qué ocurrió con los mercados?
Sin dudas que el mercado que llevó la peor parte fue el Ibex-35 de Madrid, que retrocedió nada menos que el 13,8%. Esta caída es la peor desde la quiebra de Lehman.
Para Carlos Olivieri, analista de mercados, "con todo este ruido, los inversores están regresando a los activos de bajo riesgo. El mercado accionario había subido, pero perdió mucho de lo que ganó".
"Es por eso que volvieron muy poco a las acciones y más a bonos con cobertura de la inflación de los Estados Unidos. Porque se está hablando de una posible suba de precios en ese país", agregó Olivieri.
Con esta baja, el referencial español perdió en esta última semana la mitad de lo que lleva acumulado desde que comenzó 2010 -más del 24%- y firmó su peor racha del último año y medio, desde el fatídico octubre negro de 2008.
Ese mes, la bolsa española vivió dos de las peores semanas de su historia. La del 10 de octubre de 2008 - cuando perdió más de un 21% - y la del 24 de ese mismo mes, cuando la caída fue del 13,5 por ciento.
En su derrumbe tuvieron fuerte preponderancia los bancos, que fueron los grandes damnificados.
Sin ir más lejos, la peor parte la llevó el Popular de España, que cayó el 19,5% en apenas cinco ruedas, mientras que el BBVA perdió apenas dos décimas menos. El Santander por su parte retrocedió un 17,3% y el Bakinter el 16,2 por ciento.
Lo preocupante es que no haya noticias que logren frenar la sangría. Ni siquiera el informe del Banco de España que mostró que ese país dejó atrás la recesión en el primer trimestre.
Según el informe trimestral, esa economía creció un 0,1%, entre enero y marzo de este año, frente a un recorte del 0,1% en el cuarto trimestre del año pasado.
Tampoco contribuyó a tranquilizar los ánimos la cumbre extraordinaria de los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Eurozona en la que darán vía libre a la entrega a Grecia del primer tramo de ayuda para rescatarla de la quiebra.

Pero el Ibex no fue el único que sucumbió ya que, por ejemplo, el CAC de París retrocedió el 11,1%. El representativo londinense el 7,6% y el DAX alemán un 6,8 por ciento.
Estos derrumbes no se limitaron al continente europeo. Wall Street como así también los países emergentes sufrieron, en mayor o menor medida, el incremento a la aversión al riesgo de los inversores.
Tal es así que el Nasdaq, el mercado tecnológico de EE.UU., retrocedió un 8 por ciento. En menor medida, el S&P 500 perdió el 6,8% y el Dow Jones un 6,2 por ciento.
La fuga también se hizo sentir en América latina, pues el mercado más poderoso de la región, el Bovespa, perdió más del 7% y el IPSA de Santiago se vio afectado en un 3%. Pero el recinto que más sintió el impacto fue el Merval, con una baja del orden del 9 por ciento.
Las monedas y las materias primas tampoco se salvaron
El vuelo a la calidad impuesto por quienes manejan los capitales impactó notablemente no sólo en el euro, que perdió casi el 4%, sino también en el real brasileño, cuya depreciación superó el 6 por ciento.
También sufrió el impacto la libra esterlina que, elecciones mediante, se devaluó un 3,3%. En tanto que el yen avanzó casi en igual proporción.
En cuanto a las commodities, la gran derrotada fue el petróleo, que retrocedió un 12,9%, en su versión WTI, mientras que los contratos de maíz y soja perdieron en promedio un 3 por ciento.
En medio de esta desconfianza en los mercados mundiales, los inversores volvieron a fijarse en el oro, en su condición de valor refugio.
Los futuros del metal dorado se pagaron por encima de u$s1.200 la onza, su máximo nivel desde el 3 de diciembre del año pasado, Y al cierre del viernes registraba un avance cercano al 2% en los mercados de materias primas.
En este contexto, algunos expertos creen que su precio podría duplicarse por:
- Las previsiones de una mayor inflación global.
- Las compras que están llevando a cabo muchos bancos centrales e inversores privados
- La demanda creciente de economía emergentes, como China e india.
En un comunicado difundido sobre el cierre de la semana el sitio especializado Oro Direct sostuvo que el oro, además de ser un valor seguro en tiempos de crisis, "ha demostrado ser una inversión con altísima rentabilidad", por lo que "la demanda como inversión no ha dejado de crecer".
Oro Direct subrayó que la rentabilidad del metal, en los diez últimos años, superó inclusos a la de los fondos de inversión.
"El oro es como otra divisa, pero no está sujeta a los problemas de deuda, como Grecia, que no es sólo un inconveniente europeo sino global", manifestó a Reuters Axel Merk, de Merk Mutual Funds.
"El oro permite a los inversores diversificar sus carteras en un mundo en el que ya no hay activos libres de riesgo", afirmó.
¿Cuánto más pueden caer las bolsas europeas?
Al cierre de la semana, eran pocos los analistas que estaban en condiciones de dar su pronóstico sobre el futuro de las bolsas europeas.
"Hay una sensación de déjí vu en el mercado. Lo que está ocurriendo ahora se percibe como una repetición de la catástrofe de 2008. Y como todo el mundo tiene esos sucesos muy grabados en su memoria, prefiere ponerse a salvo antes de que hunda por segunda vez", comentaban a Cotizalia.com desde Abante Asesores.
Desde Citigroup no se muestran demasiado optimistas. Y aseguran que el contagio heleno podría provocar una corrección a corto plazo de hasta el 20 por ciento.
Aseguran que, aunque ya ha habido crisis financieras con implicaciones internacionales en el pasado reciente -en el norte de Europa, en 1992, en el sudeste asiático y en Corea del Sur en 1997 - la de Grecia, es sin duda, más grave que cualquiera de ellas.
"Posiblemente las bolsas mundiales se han revalorizado demasiado y a gran velocidad desde los mínimos de marzo de 2009 hasta los máximos de abril de este año", apuntó uno de los analistas del banco de inversión.
"Con un rally bursátil mundial cercano al 80% en trece meses, pensamos que sería natural una corrección de entre el 10% y el 20% durante los dos o tres próximos meses".
¿Qué puede pasar esta semana?
Lo hecho, hecho está. Los inversores ahora ponen su mente para tratar de dilucidar que ocurrirá esta semana. La pregunta del millón para quienes operan en Europa es si habrá rebote.
"En estos momentos reina el temor. Pero para quienes tienen más experiencia en capitalizar estas crisis hay empresas, como Repsol, que se pueden considerar baratas, de acuerdo con los activos que tienen. Aunque el mercado hoy está viendo todo con otros ojos", concluyó Olivieri.
José Echagí¼e, de Quantum Finanzas, consideró que "todavía no salimos del pánico, por lo tanto no descartamos una alta volatilidad y riesgo en aumento".
"En este marco, los precios de las acciones de los bancos europeos están al doble de valor que durante la crisis de 2008, por lo que todavía tienen margen para seguir bajando", agregó el analista.
Echagí¼e consideró que "ante esta situación, el refugio natural son los bonos de Alemania y Francia, para quienes busquen permanecer en el euro, y los de Estados Unidos para quienes busquen salir de la moneda común".
En este contexto, ningún analista se atreve a fijar un suelo para las bolsas más afectadas.
"Se espera un cierto rebote en las bolsas europeas, pero nadie pone la mano en el fuego", afirmó José Luis Martínez Campuzano, de Citigroup.
El analista espera que "la próxima semana no sea tan negra como ésta, si bien es difícil de superar caídas de este tipo, como así también el pánico que se ha vivido", advirtió.
"En los próximos días seguirán cayendo las bolsas, pero con menor intensidad", concluyó el analista.
Diferente es el caso para los mercados estadounidenses. Para Agustín Cramo, analista de mercados internacionales, la corrección del S&P era esperada por los operadores.
"Para los próximos días será fundamental el resultado de la reunión de Bruselas. Ello, junto con los datos de empleo de EE.UU. pueden dar pie a un rebote de importancia".
Consultado por iProfesional.com, el analista expresó que "lo ideal es empezar a armar posiciones en Wall Street, en especial en aquellos índices que replican al S&P".
Mariano Sardans, especialista en mercado de capitales de FDI International, expresó que "en principio tenemos una postura que es la de esperar. Pero seguramente si hay que invertir hoy, sería en Estados Unidos y en acciones de empresas de mediana capitalización".
"Nosotros seguimos el índice IJH que pondera las acciones de estas empresas", agregó el socio de FDI.
"Esto se debe que Estados Unidos no va a ser golpeado tan fuertemente por la crisis europea, dado que su economía depende en un 70% de su mercado interno", agregó Sardans.
Sardans concluyó diciendo que "nosotros vemos una situación similar a la de los 90’ con un súper dólar y las commodities por el piso, como en la era Clinton".
De lo expuesto, surge que se mantienen las dudas sobre el futuro de los mercados europeos, ya que la situación está lejos de ser superada.
Sin embargo, del otro lado del Atlántico, las condiciones son diferentes, ya que luego de la corrección de la última semana, surgieron algunas alternativas de inversión a tener muy en cuenta.
Rubén Ramallo
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