Epstein: "Estamos ante un mercado con alta volatilidad y leve tendencia bajista"
El presidente de Research for Traders, Darío Epstein, realiza en su último artículo una serie de comparaciones entre la forma en que reaccionan los inversores de EE.UU. frente a los europeos.
A continuación, el informe completo:
La mayoría de las economías europeas se deterioraron por los abultados déficits, en parte explicados por las medidas de incentivo aplicadas por sus gobiernos para revertir la situación luego de la crisis financiera.
Pero no todos los países son comparables, el caso de Grecia es bastante particular porque lleva más de 10 años de déficit fiscal y es el país más complicado en todos sus indicadores macroeconómicos.
Por si esto fuera poco el gobierno Húngaro culpó al anterior régimen de ese país de mentir sobre las estadísticas oficiales acerca del déficit.
¿Alguna semejanza con Grecia? No es novedad que su economía esté en una situación grave, pero estos cruces internos nuevamente generan más incertidumbre en el mundo financiero.
Estos acontecimientos hicieron sonar las alarmas de la zona euro, aumentando las preocupaciones por la debilidad de los sistemas bancarios de Portugal, España, Italia y en menor medida Inglaterra. El efecto contagio fue bastante significativo y aún no se conocen sus alcances y consecuencias finales.
Sin embargo, el jefe de la FED, Ben Bernanke, afirmo que los dirigentes europeos están comprometidos a garantizar la supervivencia del euro y disponen de suficiente dinero para cumplir las obligaciones de los países más endeudados, y aunque sus dichos no lograron reducir la incertidumbre en los mercados, por lo menos lograron reducir la tensión sobre las dudas de un posible default sistémico en Europa.
Los problemas latentes en los países europeos repercutirán desfavorablemente en Estados Unidos, afectando la recuperación observada desde marzo del 2009.
¿Cuánto impactarán en el crecimiento económico americano los problemas económicos de los países del viejo continente?
Luego de estos acontecimientos debemos analizar como se desarrollan dos variables fundamentales: la evolución del comercio internacional y el acceso al crédito.
El problema central será el impacto que genera la caída del consumo de productos estadounidenses desde el viejo continente.
Las empresas europeas tendrán que reducir sus importaciones y buscar nuevos nichos de mercado para vender su producción excedente. EE.UU. y todas las empresas que hoy le venden a Europa se verán exigidas a librar una batalla competitiva para ganar mercados y sustituir a los clientes de la zona euro.
La crisis complica el acceso al crédito para las empresas, poniendo los pisos de las tasas muy por encima y comprimiendo al mercado de crédito. Además otras de las formas de financiamiento, como ser la emisión de deuda corporativa, elevan también sus costos.
De esta forma, dichos costos de endeudamiento se incrementaron a los mismos valores que los alcanzados durante la caída de Lehman Brothers.
Este es un proceso lógico, ya que los inversores piden mayor recompensa por el riesgo asociado a la situación actual o deciden refugiarse en bonos del tesoro.
Bajo estas condiciones de la crisis de deuda europea, y sus consecuentes planes de ajustes monetarios y fiscales, es predecible una contracción de la economía norteamericana.
¿Cómo seguirá impactando esta situación en los mercados financieros de EE.UU.?
Los mercados de Estados Unidos se diferencian de los europeos. En Europa se incrementan los costos de los Crédits Default Swaps (CDS), que reflejan la desconfianza de repago.
Pero en cambio, en EE.UU. los inversores se muestran más optimistas y no perciben posibilidades que las empresas no financieras pierdan su calificación crediticia, debido al mejoramiento de las condiciones macroeconómicas en el país.
La situación financiera global oscurece el panorama en el corto plazo. EE.UU. seguiría recuperándose, aunque seguramente a un ritmo más lento al observado post-crisis en el transcurso del año 2009.
Si bien la economía estadounidense parece tener suficiente impulso para evitar una doble recesión, principalmente por la evolución favorable del gasto en consumo y las inversiones por parte de las empresas y que la mayor economía del mundo haya suplantado a China y Brasil como el mercado más atractivo para los inversores no es garantía de lo que puede venir.
En el mediano plazo podremos ver un repunte con altibajos, teniendo en cuenta la sensibilidad de los shocks externos en los mercados europeos.
Las dudas respecto a la sustentabilidad del crecimiento de la economía de EE.UU. no sólo se basa en las preocupaciones respecto a la evolución del empleo en dicho país sino también en la capacidad de la misma de seguir avanzando una vez que los estímulos del Gobierno finalicen.
Vale la pena destacar que detrás de las mejoras registradas en el sector industrial e inmobiliario estuvo la mano del Estado, quien por medio de diversos planes incentivó el consumo y la inversión.
De empeorar a corto plazo la situación global, los mercados seguirán descontando el escenario actual.
¿Se quebrará el soporte técnico del mercado accionario?
Nuestra posición al respecto es que estamos en presencia de un mercado lateralizando, con alta volatilidad y leve tendencia bajista de fondo. Si bien presenta oportunidades atractivas de trading en el corto plazo, es muy importante mirar los riesgos que nos presentan los cuadros técnicos.
Técnicamente, el índice S&P500 quebró ligeramente la línea de soporte trazada entre el mínimo de febrero y mayo de 2010 de 1050 puntos. Este es un importante punto de rebote dado que no se observan otros valores mínimos a tomar como referencia en el período estudiado.
Si el índice S&P500 quiebra este mínimo, vemos probable que el mismo vaya en búsqueda del segundo soporte de la serie de Fibonacci (trazada en la suba dada desde marzo de 2009 hasta abril de 2010) de 1010 puntos, materializándose así un descenso desde el máximo registrado en el año de más de 200 puntos o el 17%, muy cerca del umbral para el denominado "bear-market" (más de 20% de caída).
Luego intentará respectar el soporte de los 950 puntos, su objetivo más próximo, es decir el tercer soporte/retroceso de Fibonacci.
Un aumento en el volumen operado debería confirmar la tendencia bajista. En el caso de consolidarse una tendencia a la baja, podríamos observar este incremento del volumen por el efecto fly-to-quality de los participantes del mercado más aversos al riesgo. Hoy no se está concretando dicha confirmación, dado que el volumen de negocios se está reduciendo. Quitándole chances a este escenario bajista.