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¿Qué relación existe entre la depresión y los alimentos que consumimos?

Según diversas investigaciones, existe un estrecho vínculo entre ambas variables, por lo que una dieta adecuada podría ser un elemento de prevención
24/05/2019 - 14:34hs
¿Qué relación existe entre la depresión y los alimentos que consumimos?

La depresión es uno de los trastornos mentales que aparecen con mayor frecuencia en el mundo actual. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 300 millones de personas, al tiempo que se constituye como la principal causa de discapacidad.Cabe destacar que existen tratamiento eficaces para la depresión, por lo que no todos los casos terminan en consecuencias severas.

Sin embargo, también hay diversos métodos de prevención que pueden ayudar a que la persona no caiga en esta patología. Más allá de la ayuda terapéutica, la mayoría de las formas de evitar llegar a un cuadro de depresión se relacionan con hábitos presentes en el día a día.

Esto es así porque, de acuerdo a la información que se tiene hasta este momento, el trastorno es influenciado por factores sociales, ambientales, psicológicos y del comportamiento, aunque también cabe mencionar que puede haber elementos genéticos, hormonales, inmunológicos, bioquímicos y neurodegenerativos.

Mientras muchos de estos factores son inmutables, otros pueden modificarse y proveer la base para prácticas e intervenciones en el manejo de la depresión. En general, las estrategias actuales en el tratamiento para depresión suelen estar enfocadas en las vías biológicas y psicológicas de la enfermedad; no siempre se tiene en cuenta el rol del estilo de vida -y de todas las variables que en él intervienen-.

Entre los elementos centrales del estilo de vida se encuentran la dieta y, en consecuencia, la nutrición del paciente. Según diversas investigaciones -cuyos resultados fueron estudiados y recopilados en una misma publicación-, ambos aspectos tienen una importante influencia en el riesgo y génesis de la depresión.

Uno de los hallazgos más destacados indica que las personas con alto consumo de frutas y vegetales obtienen mayor puntuación en los test cognitivos, presentan menos síntomas depresivos, y disminuyen el riesgo de padecer depresión.

Además, los hallazgos reunidos en la publicación titulada Depresión y Calidad de la Dieta: Revisión Bibliográfica señalan que el efecto protector de una dieta de alta calidad en la depresión podría estar más relacionado al efecto acumulativo y sinérgico de los nutrientes de diferentes fuentes de alimentos que a un solo nutriente en particular.

Así, es posible afirmar que la adhesión a una dieta saludable que incluye todo tipo de nutrientes, entre los que se destacan la ingesta de ácidos fólicos, granos enteros -maíz, almendras, lino, entre otros-, pollo, pescado y queso bajo en grasas, se asocia con un menor riesgo de depresión.

Por otra parte, la disminución del peso corporal de la persona también se asoció con una mayor reducción en los síntomas depresivos.

También es importante destacar que algunas investigaciones hicieron hincapié en el estudio del consumo de café y té como posibles contribuyentes a la prevención de la enfermedad. Si bien los resultados arrojaron que no hay una relación directa entre el consumo de café y los síntomas de depresión, podría tener influencia. Esto se debe a que sobre la población estudiada aquellos que consumían poco café y los que consumían mucho café tenían un nivel bajo de riesgo de depresión; mientras que aquellos que tenían un consumo moderado o no consumían nada de café tenían un nivel de riesgo más alto.

Sin embargo, no es la cafeína la que provoca esta disminución del riesgo de depresión. Al igual que el té, el café contiene propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias que contribuyen al bienestar de la persona.

En la vereda de enfrente están los alimentos ultraprocesados, la comida poco saludable -que suele ser sabrosa y atractiva-, que en general es más fácil consumir. De acuerdo a los resultados de una investigación realizada por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, la ingesta frecuente de este tipo de productos puede conllevar un mayor riesgo de desarrollar depresión clínica en el futuro.

En total, el estudio realizó un seguimiento a más de 14.000 voluntarios durante un máximo de 16 años; al cabo de los cuales ha comprobado que los consumidores de alimentos ultraprocesados tenían hasta un 33% más de riesgo de sufrir depresión que los que tenían un consumo mínimo o nulo e incluso mayor en personas con niveles bajos de actividad física.

Este hallazgo, cuyos resultados se han publicado en la revista European Journal of Nutrition, contribuye a la evidencia científica creciente sobre los graves efectos perjudiciales que tienen este tipo de alimentos, según aseguran los autores de la investigación. ¿Qué son los alimentos ultraprocesados?

Se trata de formulaciones industriales elaboradas a partir de ingredientes refinados -como azúcar, almidones, aceites vegetales y sal - o sintetizados -como grasas "trans" o aditivos- y no contienen ningún alimento reconocible.

Entre ellos se encuentran las gaseosas azucaradas, embutidos, postres lácteos azucarados, galletas, productos de panadería industriales o los cereales para el desayuno. En todos los casos se caracterizan por su baja calidad nutricional.Los dos principales problemas que tienen este tipo de productos son, por un lado, que están listos para consumir en cualquier momento, sin necesidad de preparación, y tienen una alta disponibilidad en el mercado, y, por otro lado, suelen ser sabrosos y atractivos desde ese puntos de vista.

A modo de conclusión, es necesario aclarar que la depresión en sí misma puede afectar el apetito, de modo que la persona puede comenzar a cambiar los hábitos alimenticios y los patrones dietarios llevando a hábitos de alimentación poco saludables.

De esta manera, la relación entre la manera de alimentarse y los síntomas de depresión pueden ser bidireccionales: la dieta que se lleva afecta el estado de ánimo, que a su vez impacta sobre la dieta y los comportamientos en la alimentación.