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Los estudios clínicos lideran el ranking de investigación y desarrollo en Argentina

Impulsar el crecimiento de la investigación clínica genera desarrollo económico, empleo calificado y ahorros para el sistema de salud
30/01/2020 - 13:12hs
Los estudios clínicos lideran el ranking de investigación y desarrollo en Argentina

Descubrir y desarrollar nuevos tratamientos para tratar enfermedades es un proceso largo y complejo que implica una gran inversión. La Investigación y Desarrollo (I&D) es el camino hacia nuevas medicinas que permiten avances significativos en la mejora de la calidad de vida de los pacientes y el aumento de la esperanza de vida.

La investigación clínica farmacológica, o simplemente estudios clínicos, es una actividad que abarca varias fases: se inicia cuando las pruebas de una droga se completan en animales y se comprueba que puede ser evaluada en personas para obtener evidencia científica sobre su seguridad y eficacia.

Los expertos de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME) afirman que todo ese proceso sigue estrictas normas fijadas por las autoridades regulatorias locales y las recomendaciones de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El tiempo que lleva la investigación y el desarrollo de un nuevo medicamento hasta su aprobación y posterior comercialización promedia los 10 a 12 años.

Según los informes elaborados por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, del total de la inversión privada en I&D en el país, la investigación clínica ocupa el primer lugar con una participación del 27%, a datos de 2017; un año antes era del 25%. Así lo señala la Encuesta sobre Investigación y Desarrollo (ESID) 2018 a la que respondieron 37 empresas dedicadas a la investigación clínica en 2017 con una inversión que alcanzó los 3.863 millones de pesos en I&D interna, lo que significó un 32,5% de aumento respecto de 2016.

Desde CAEME afirman que impulsar el crecimiento de la investigación clínica tiene una serie de beneficios en diversos aspectos. Por un lado, en el desarrollo económico, dado que se genera un ecosistema de instituciones y profesionales de la salud altamente especializados y dedicados a la investigación.Además, la investigación clínica genera mejoras en el empleo, dado que requiere una mayor demanda de profesionales y especialistas.

Al mismo tiempo, tiene un fuerte impacto en la salud pública de todos los países, ya que los pacientes pueden acceder a medicamentos y tratamientos de última generación en simultáneo con países líderes en salud.

Por último, aumentan las exportaciones de servicios y conocimiento, al tiempo que se ahorran gastos para el sistema de salud. Esto es así porque el costo de atención de cada paciente tratado en un estudio clínico es solventado por la empresa que lo realiza.

Desde CAEME afirman que el 80% de los estudios clínicos del mundo se realizan en Estados Unidos, Europa y Japón. La Argentina logró en 2006 una participación de 2,3% de los protocolos que se realizaron en el mundo. De ahí comenzó una curva descendente hasta que en 2016 se llegó a la marca más baja: 0,8%. En 2017, con un cambio de políticas para mejorar los tiempos de aprobación de los protocolos, se logró revertir la tendencia. En 2018, Argentina logró una participación de 1,2%.

Los 45 laboratorios asociados a la CAEME son responsables por el 98% de los protocolos de investigación clínica farmacológica que aprueba la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

A nivel nacional, aproximadamente 2.000 profesionales altamente calificados trabajan en la investigación clínica en centros de investigación de esos laboratorios, siguiendo normas adecuadas a los más altos estándares internacionales.

En CAEME consideran que Argentina es un país que compite con otros países del mundo para ser elegida como destino de inversión en investigación clínica.