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Trasplantan con éxito un riñón de cerdo a una mujer en muerte cerebral

Un equipo de cirujanos estadounidenses trasplantó el órgano de un cerdo a una mujer que se encuentra en estado de muerte cerebral
20/10/2021 - 19:45hs
Trasplantan con éxito un riñón de cerdo a una mujer en muerte cerebral

Un equipo de cirujanos estadounidenses ha trasplantado exitosamente un riñón de cerdo a una mujer en estado de muerte cerebral, un hito médico que acerca el objetivo, todavía lejano, de utilizar órganos de animales en pacientes humanos. El riñón, que fue obtenido de un ejemplar modificado genéticamente, funcionó correctamente durante 54 horas, según han explicado los investigadores a USA Today, el diario que se ocupó de revelar y difundir la noticia. La operación se llevó a cabo el 25 de septiembre en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.

La nueva operación, dirigida por el cirujano Robert Montgomery, implantó el riñón de cerdo en el muslo izquierdo de la mujer, simplemente para tener el órgano a la vista y poder monitorizarlo con facilidad. La orina comenzó a brotar en cuanto la sangre humana fluyó por el órgano porcino, de acuerdo a la información publicada en USA Today. Cabe mencionar que la familia de la mujer en estadi de muerte cerebral había autorizado el ensayo previamente al considerar que a ella -donante y amiga de personas con insuficiencia renal sometidas a diálisis- le habría encantado participar. El propio Montgomery vive con el corazón de un donante desde hace tres años.

Robert Montgomery estuvo a cargo de la cirugía

Robert Montgomery estuvo a cargo de la cirugía

De hecho, el cirujano estadounidense ha afirmado que el trasplante funcionó "incluso mejor" de lo que esperaba. "Se parecía a cualquiera de los trasplantes con donantes vivos que he realizado. Muchos riñones de personas fallecidas no funcionan de inmediato y tardan días o semanas en arrancar. Este funcionó enseguida", ha explicado Montgomery al diario The New York Times. Tras la operación, la mujer en muerte cerebral fue desconectada de la máquina de soporte vital que le mantenía la circulación de la sangre para poder llevar a cabo el experimento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que se hacen unos 130.000 trasplantes al año en el planeta, menos del 10% de los necesarios. 

Es importante destacar que detrás del trasplante que se hizo en la ciudad de Nueva York está la empresa estadounidense Revivicor, constituida en 2003 a partir de la compañía británica PPL Therapeutics, implicada a su vez en 1996 en la creación de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta. Revivicor modifica un gen concreto de los embriones porcinos, denominado Gal, para obtener cerdos con órganos más compatibles con los primates, como ya habían demostrado varios experimentos previos con monos. Los detalles del procedimiento están pendientes de publicación en una revista científica.

El trasplante fue realizado en la ciudad de Nueva York
El trasplante fue realizado en la ciudad de Nueva York

La operación de Nueva York abre una nueva fase en una carrera que dura más de medio siglo. Cabe recordar que el cirujano estadounidense Keith Reemtsma ya trasplantó a la desesperada riñones de chimpancé a 13 personas entre 1963 y 1964. Todos los pacientes murieron, por rechazo o infecciones, aunque una profesora de 23 años sobrevivió casi nueve meses. Reemtsma, fallecido en 2000 a los 74 años, afirmaba que los xenotrasplantes estaban ya presentes en la mitología griega, con el personaje de Dédalo, que fabricó unas alas de pájaro para que él y su hijo Ícaro escapasen del laberinto de Creta.

Aquella idea mitológica está cada vez más cerca de ser realidad, gracias a la ingeniería genética y las técnicas de clonación, que permiten obtener cerdos cuyos órganos no provocan una respuesta exacerbada del sistema inmune humano. En la intervención quirúrgica de Nueva York, además, el equipo de Montgomery trasplantó el riñón junto al timo, la glándula porcina que produce glóbulos blancos, para ayudar a impedir el rechazo. El cirujano afirma que "no parecía haber ningún tipo de incompatibilidad" entre el órgano de cerdo y el cuerpo humano. A su juicio, este es el camino para tumbar un viejo paradigma: que una persona tenga que morir para que otra viva.

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