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Día Mundial de la Salud: ¿qué es realmente estar sano?

El 7 de abril se conmemora el Día Mundial de la Salud, que apunta a concientizar acerca de el real significado de la salud y de estar sano
07/04/2022 - 15:24hs
Día Mundial de la Salud: ¿qué es realmente estar sano?

En la actualidad, muchas personas suelen pensar en la salud en términos de "ausencia de enfermedad", es decir, si no estamos enfermos, estamos "sanos". ¿Pero es real que no estar "enfermos" es estar "sanos"?

Hace ya muchos años que esta definición fue ampliada hacia una visión más integral y ambiciosa de lo que significa estar en una condición de salud. En 1978, en la ciudad de Alma-Ata (en ese momento URSS, hoy Kazajistán), se llevó a cabo, bajo el auspicio de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y UNICEF, la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud de Alma-Ata, cuya declaración tuvo un impacto que resuena hasta el día de hoy.

Allí, por primera vez, se comenzó a considerar enfáticamente la Salud como "el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades".

Es difícil explicar hoy el impacto que generó este cambio de paradigma, esta toma de posición, cómo ese impacto se proyectó desde 1978 hasta hoy y generó una concepción dinámica y evolutiva del concepto de "salud".

La Declaración de Alma-Ata explicitaba, además, que la salud "es un derecho humano fundamental, y que el logro del grado más alto posible de salud es un objetivo social muy importante en todo el mundo". Por otra parte, el texto explicaba que su realización "exige la intervención de muchos otros sectores sociales y económicos, además del de salud".

La redefinición del concepto de salud tuvo algunas objeciones. La amplitud de su definición la tornaba en un término casi imposible de medir. Sin embargo, uno de los méritos de esa amplitud es que proporcionó el espacio para comenzar a pensarla como un proceso dinámico y ya no como una condición estática. Y también transformó la definición misma en algo dinámico, para ser pensado como un proceso de resiliencia continuo, en un recurso para la vida.

En la actualidad, afortunadamente, los profesionales de la salud pensamos en ella como un recurso para vivir nuestro día a día, que nos permite cumplir sueños, satisfacer necesidades e interactuar y cambiar de manera positiva nuestro medio ambiente. Esta diferencia conceptual nos permite entender que nuestra salud está inexorablemente imbricada con la salud de nuestro planeta, con la calidad de nuestro aire, de los alimentos que comemos, del agua que bebemos, de la calidad y riqueza de los vínculos que anudan nuestras relaciones con el resto de los seres humanos y de los seres vivos de este planeta.

Es crucial tomar consciencia de que muchas actividades, hechos y cosas que nos pasan casi desapercibidas son parte crucial del concepto de salud:

  • El agua potable ha salvado más vidas que cualquiera de los recursos de alta tecnología que usamos en nuestros pacientes.
  • Las relaciones interpersonales variadas y sanas han demostrado ser cruciales para una vida larga y sana.
  • La comprensión de nuestras interacciones con el medio ambiente y sus seres vivos podrían ser fundamentales para prevenir nuevas pandemias, como la de COVID-19
  • La calidad del aire que respiramos es un factor de gran importancia en las enfermedades respiratorias, y esa calidad está condicionada por el uso de combustibles fósiles a la hora de producir energía.
  • El impacto de la contaminación por plásticos y micro plásticos sobre la salud humana es aún incierto.

Los ejemplos son innumerables. En esa visión de salud, cada una de nuestras acciones, por pequeña que sea, puede contribuir a la salud de todo el planeta y de los seres que lo habitamos. Las generaciones más jóvenes son las que parecen tener mayor consciencia de esto. Por ello, es hora de prestarles más atención cuando nos señalan aquello que podemos hacer para mejorar el medio ambiente.

Las nuevas generaciones nos incentivan a reciclar más, a tomar consciencia de la cantidad absurda de plástico que usamos, y a tener una mirada más profunda sobre cosas que hasta hace poco hacíamos sin pensar demasiado.

Para nosotros, los profesionales, trabajar en un centro de salud como el Sanatorio Finochietto, que se propone sostener esa consciencia y esa intención, donde el entretejido de relaciones interpersonales nos sana día a día, es uno de nuestros mayores orgullos.

¿Quién no se siente mejor (más sano) cuando le sonríen, lo saludan, lo respetan, lo ayudan y comparten su visión y propósito? ¿O cuando se es parte de un equipo y, como si fuera en un partido de fútbol, después de una buena jugada alguien le palmea la espalda con afecto y aprobación? ¿Quién no se siente a gusto cuando sabe que en su lugar de trabajo se recicla, se cuida el agua, se busca ser eficiente en el uso de la energía?

Esa concordancia de buscar la salud en todas sus dimensiones, de pensarla en términos amplios y ser respetuoso cuidándola desde todos esos lugares, nos hace vibrar en armonía, nos pone en un lugar desde el cual es más fácil ayudar a otros a recuperar su mejor condición de salud, que es nuestro sentido.

Siempre habrá algo que podremos hacer mejor. Y cada cosa que hacemos bien, suma. La perfección es parte de un proceso que reafirma que la salud es más que simplemente no estar enfermos y que implica que debemos involucrarnos más para sanar nuestro planeta.

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