"Rebelión en la granja" es una novela satírica del escritor británico George Orwell. Publicada en 1945, la obra es una fábula mordaz sobre cómo el régimen soviético de Stalin corrompe el socialismo. No es la idea hablar de literatura, ni opinar sobre su contenido, pero puede llegar a anticipar ciertos comportamientos que han de asumir los contribuyentes.Ya se empiezan a terminar los primeros balances ajustados por inflación según las normas contables, y como era de suponer, para un período anual como fue el 2018, con una inflación del 47,6% el resultado del ejercicio ajustado (en muchos casos) dista sustancialmente del resultado histórico que es el que se toma como base para la liquidación del impuesto a las ganancias anual.

Si bien el mecanismo del ajuste por inflación impositivo no es el mismo que el contable, éste último marca una pauta de cuanto se ha deteriorado el patrimonio por el efecto inflacionario y que simplemente por "cuestiones del destino" (acuerdos en el congreso y compromisos con el FMI en cuanto al déficit fiscal), en 2018 no puede computarse el impacto de la inflación.

Las idas y vueltas de aquello que estaba previsto y luego dejó de estarlo, ha sido sencillamente vergonzoso: "cuando observaron que la inflación superaba los parámetros iniciales, modificaron los parámetros". Cuestión absolutamente desalentadora para quienes querían reglas de juego claras y previsibles.

Durante años, ocurrió que las empresas distribuyeron utilidades y pagaron impuesto en moneda deteriorada, y hoy con el ajuste tal como está determinado se viene a confirmar lo que se suponía, que no solo se pagó el impuesto en base a ganancias "no reales" o "nominales", sino que además se distribuyeron resultados económicos del mismo origen. Esta situación queda expuesta en muchos casos en significativos resultados acumulados negativos.

Frente a estas cuestiones, que hoy emergen "debajo de la alfombra", para satisfacer necesidades fiscales, es donde los empresarios deben tener presente que continuar retirando utilidades inexistentes, y pagando impuesto sobre esos dividendos, puede llevar a complicar el patrimonio social, ya que de una u otra forma lo que se está deteriorando es el capital de trabajo y hoy salir a financiarse a las actuales tasas es por demás irresponsable.

Ya nadie duda en que en la medida que la tasa real del impuesto sobre el resultado y en algunos casos sobre el patrimonio supere los límites aceptables de no afectación del derecho de propiedad, la "rebelión en la granja" comenzará con una catarata de presentaciones ante la justicia.

¿Cómo actuará el Poder Ejecutivo ante la evolución de la inflación para 2019? ¿Quién estará a cargo del Poder Ejecutivo cuando esto sea necesario que se resuelva?.