En un anuncio reciente, el Ministerio de Economía puso en marcha una medida que tendrá un impacto directo en los bolsillos de los trabajadores en Argentina. A partir de este año, el umbral a partir del cual los empleados deben tributar el Impuesto a las Ganancias se elevó a $700.875. Esta actualización, aunque destinada a aliviar la carga fiscal para muchos trabajadores, presenta un panorama complejo y desigual en términos de cómo afectará a diferentes segmentos de la población laboral.

La modificación en el Impuesto a las Ganancias, si bien es parte de un proceso anual que entra en vigencia en enero, ha sido adelantada por el Poder Ejecutivo debido al constante desafío inflacionario que enfrenta el país. Según expertos del sector, esta anticipación busca adaptarse a las condiciones económicas cambiantes y brindar cierta estabilidad a los contribuyentes.

A pesar del intento de aliviar la carga tributaria para los trabajadores, surge una disyuntiva para aquellos que reciben salarios más elevados. Andrés Tellado, un especialista de KPMG Argentina, señala que esta medida no es igualmente beneficiosa para todos.

Aunque la suba del umbral es significativa, los empleados con salarios más altos podrían encontrarse en una situación paradójica donde perciben un sueldo neto inferior al de sus colegas con ingresos más bajos.

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Impuesto a las Ganacias: desigualdad de ingresos

La disimilitud en los impactos de esta actualización se evidencia al analizar cómo se distribuyen los trabajadores en relación al Impuesto a las Ganancias. Tellado identifica tres grupos distintos en función de sus remuneraciones:

• Grupo 1: Comprende a los empleados cuyos salarios no superan los $700.875 mensuales. Estos individuos quedarán exentos de tributar el impuesto, siguiendo la lógica de la normativa vigente de asegurar que la ganancia neta sujeta a gravamen sea nula.
• Grupo 2: Aquellos cuyos ingresos oscilan entre $700.876 y $808.101 mensuales experimentarán una disminución de su carga fiscal. Para este grupo se ha establecido una deducción especial incrementada limitada, con el objetivo de suavizar la transición entre los que no tributan y los que continúan siendo sujetos al impuesto.
• Grupo 3: Los trabajadores cuyas remuneraciones superan los $808.101 mensuales no tendrán acceso a estos beneficios. Para ellos, la carga fiscal se mantendrá intacta.

El análisis de Ariel Bassanetti, jefe de Payroll de Banco Supervielle, enfatiza que esta actualización, aunque positiva, puede no ser suficiente para resolver ciertos desequilibrios en la tributación. Ilustra su argumento con un ejemplo revelador: un trabajador con un salario mensual de $820.000 podría terminar recibiendo un sueldo neto menor que un empleado con un ingreso de $700.000. Esta paradoja se debe a que el primero estará sujeto a un impuesto del 35%, mientras que el segundo quedará exento de esta retención.

El anuncio del Ministerio de Economía también plantea la cuestión de las devoluciones de Impuesto a las Ganancias. La medida es retroactiva a enero de 2023, y esto implica que lo retenido en exceso desde enero hasta julio se reembolsará a los empleados en dos cuotas mensuales, a partir de los salarios de agosto y septiembre. Esta modificación requerirá un nuevo cálculo de la retención del impuesto, basado en los montos actualizados desde enero de 2023.

Sin embargo, se plantea un punto de desencanto para aquellos que esperaban una devolución sustancial. Aunque la devolución será bienvenida, su magnitud será limitada en comparación con las expectativas. Bassanetti calcula que, por ejemplo, un individuo con un ingreso de $850.000 recibirá una devolución de $72.000, distribuida en dos cuotas de $36.000. Tellado señala que esta devolución será más pronta de lo habitual. Los trabajadores no tendrán que esperar hasta la liquidación anual del impuesto en abril o mayo de 2024; en cambio, verán estos importes reflejados en sus próximas remuneraciones.