Ley impositiva china sube la presión fiscal a empresas extranjeras
Las empresas extranjeras en China tendrán cinco años para adaptarse a la nueva ley que unifica las tasas de impuestos con las que rigen para las empresas nacionales y no se verán muy perjudicadas, aseguró hoy el ministro de Finanzas chino, Jin Renqing. Hasta ahora, las firmas foráneas pagaban un 15% de impuestos frente al 33 que debían abonar las nacionales
"El actual costo financiero para las firmas foráneas no se verá muy afectado", apuntó el ministro en una rueda de prensa durante la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), que se celebra hasta el 16 de marzo y en la que se votará la nueva legislación, según informa EFE.
Si la Asamblea aprueba la ley, hecho casi seguro si se tiene en cuenta que nunca ha rechazado ningún proyecto presentado por el Gobierno, la intención del ministerio es que entre en vigor el 1º de enero de 2008, añadió Jin. La normativa pretende acabar con los privilegios fiscales con que contaban hasta ahora las compañías extranjeras que invertían en China y que fue uno de los pilares del vertiginoso crecimiento económico del país asiático.
Hasta ahora, las firmas foráneas pagaban un 15 por ciento de impuestos frente al 33 por ciento que debían abonar las nacionales. Pese a este aumento de la carga fiscal para la inversión extranjera, el ministro consideró que la gran rentabilidad de las firmas foráneas no se verá demasiado afectada por la nueva ley.
"Algunas empresas extranjeras podrán seguir beneficiándose de las tasas preferenciales establecidas para firmas de alta tecnología y de pequeño beneficio, y otras disfrutarán de las políticas preferenciales durante el período de transición", dijo Jin.
Apuntó que, de aplicarse la ley, los impuestos abonados por las empresas extranjeras se irán incrementando, durante los cinco años de transición, en 1.000 millones de dólares anuales hasta alcanzar el objetivo del Gobierno de unos 5.000 millones de dólares.
Además, la pionera legislación tendrá como efecto una caída de los ingresos fiscales del Estado en unos 12.500 millones de dólares anuales, al reducirse la recaudación en las firmas nacionales.
Los ingresos fiscales chinos sumaron 482.500 millones de dólares en 2006, un 22 por ciento más que en 2005, impulsados por la recaudación en sectores como el inmobiliario y el automovilístico.
Sin embargo, la contribución al Producto Interior Bruto (PIB) de los ingresos fiscales está en torno al 19 por ciento, inferior a otros países en desarrollo, lo que reduce la capacidad del Gobierno para invertir en educación o atención sanitaria, dos de los grandes lastres arrastrados por el peculiar sistema económico chino.
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