Cómo pueden hacer las empresas para ahorrar plata en el pago de impuestos
En nuestra economía es muy usual que la dinámica diaria de los negocios deje en un segundo plano algo fundamental: la planificación fiscal preventiva, en especial aquella que evita que se generen saldos a favor con los distintos fiscos (nacional, provinciales y municipales), atrapando capital de trabajo y afectando la liquidez de las compañías e incrementando los costos financieros.
Este tipo de planificación fiscal no responde a técnicas impronunciables ni está limitada su aplicación a empresas multinacionales. Por el contrario, previene un problema generalizado en todos los contribuyentes, que mientras se preocupan por el costo económico directo de determinados impuestos, pierden de vista que están pagando en forma anticipada mucho más que lo adeudado. Y con los actuales costos de financiamiento, esta pérdida financiera puede ser muy significativa y afectar sustancialmente sus resultados.
Sectores bajo presión y anticipos excesivos
Industrias como la construcción atraviesan actualmente márgenes reducidos, e incluso pérdidas proyectadas. En este escenario, anticipar impuestos a través de retenciones y percepciones se convierte en una carga financiera significativa. Aquí se vuelve central el uso de proyecciones fiscales y certificados de exclusión de Ganancias.
Algo similar ocurre con los importadores, que al incrementar el componente de bienes o insumos del exterior deben adelantar pagos de IVA, generando créditos fiscales inmovilizados. Una reacción ágil para tramitar certificados de exclusión también resulta determinante.
Pero no son los únicos sectores afectados: se han multiplicado los regímenes de pago anticipado y su alcance, y así se ha transformado en un problema generalizado la acumulación de saldos a favor impositivos, en especial por gravámenes provinciales.
La solución preventiva
Los contribuyentes deben poner foco, ante todo, en prevenir retenciones o percepciones improcedentes. Para ello, resulta clave trabajar en conjunto con los departamentos de Cuentas a Pagar y Cuentas a Cobrar, capacitar a los equipos y contar con la cercanía del asesor fiscal, que puede detectar inconsistencias y ayudar a corregir procesos internos antes de que generen costos financieros.
Además, debe trabajarse en la gestión de certificados de no retención o, en su caso, de reducción de alícuotas, y en el monitoreo del "riesgo fiscal" que es la calificación que otorgan los fiscos a cada contribuyente. Un incumplimiento menor puede ubicar a la empresa en una categoría de "riesgo alto", disparando alícuotas de retención más gravosas que superan la real obligación tributaria. En estos casos, la interacción permanente con el asesor tributario resulta vital para identificar rápidamente estas situaciones y revertirlas.
Conclusión
La coyuntura actual exige que las empresas retomen la planificación fiscal preventiva que evite el pago en exceso a los fiscos por la aplicación errónea y acumulada de regímenes de retención y percepción. Esta herramienta de gestión tributaria y financiera no solo permitirá cumplir con la normativa, sino también hacerlo de manera inteligente, de la mano de un asesor cercano, que pueda ayudar a diseñar estrategias preventivas y liberar recursos vitales para sostener la operación diaria.
En aquellos casos en los que no se logre prevenir la generación de saldos a favor mediante la correcta gestión de certificados de exclusión o el rechazo de retenciones improcedentes, será necesario evaluar alternativas complementarias. Entre ellas, la transferencia de saldos a favor hacia otros tributos o períodos fiscales y, en última instancia, la promoción de acciones judiciales cuando las vías administrativas no resulten suficientes para obtener la devolución o compensación de lo ingresado en exceso.
Por Juan Manuel Affatati, Socio Lisicki, Litvin & Abelovich