Advierten que costos de las SOX superan a las ganancias

A cinco años de la sanción de la ley Sarbanes-Oxley (SOX), que fue sancionada el 30 de julio de 2002, los especialistas e inversores realizan sus evaluaciones. Los resultados no son del todo alentadores en lo que respecta a las utilidades netas de las empresas pero es indudable que introdujo un fuerte control en las compañí­as.

La ecuación costo-beneficio no siempre es redituable aunque resulta ser un corolario de las caí­das de Enron y WorldCom, para lo cual la dureza de la norma buscaba recuperar la falta de confianza en los negocios norteamericanos.

En The Economist, se publicó recientemente un artí­culo donde resaltan la opinión crí­tica de los propios autores de la norma: "Francamente, yo lo habrí­a escrito de modo diferente," declaró en Marzo Michael Oxley, uno de los ex-congresistas que redactaron el anteproyecto. Y agregó que esta era también la opinión de su co- autor, Paul Sarbanes.

Sin embargo, en contraste, también se evidencian los beneficios. Según dicho diario, en un estudio publicado el año pasado por la Universidad de California del Sur, Ehud Kamar, Pinar Karaca-Mandic y Eric Talley investigaron si la ley SOX habí­a apartado a las empresas de los mercados públicos.

Concluyeron que sobre 230 fraudes corporativos aparentes en los Estados Unidos en el perí­odo 1996-2004, antes de la legislación, solo un tercio de los grandes fraudes corporativos eran descubiertos por quienes tení­an la responsabilidad de encontrarlos, tales como auditores, reguladores de la industria o la SEC. En cambio, con las SOX "la proporción de importantes fraudes descubiertos por aquellos profesionalmente responsables de hacerlo aumentó al 50%" y señalaron que un "impresionante incremento en el rol de los auditores (un incremento de cuatro veces la frecuencia de las detecciones) y del SEC (el doble de su importancia, aunque desde un muy bajo nivel)".

Pautas claras y reclamos
The Economist subrayó que la ley creó un nuevo regulador para la industria contable: La Junta de Supervisión de Contabilidad de las Empresas Públicas y que, para evitar obvios conflictos de interés, se prohibió a los auditores realizar una variedad de trabajos fuera del ámbito de la auditoria para los clientes.

La consecuencia práctica fue que "las firmas tuvieron que establecer comités independientes de auditoria; se prohibieron los préstamos de la empresa a sus ejecutivos; los ejecutivos de alto rango tuvieron que certificar sus cuentas; y los denunciantes recibieron mayor protección en su trabajo si reportaban sospechas de fraude".

Así­, aclaró que en la sección 404 de la ley, se indica que los gerentes eran responsabilizados de mantener una "adecuada estructura de control interno y procedimientos para el reporte financiero". De hecho, se agrega, requirió a los auditores de las empresas "avalar" los juicios de los jefes acerca de estos controles y descubrir "debilidades materiales" al punto que el incumplimiento podrí­a resultar en duras penas en lo criminal.

El artí­culo periodí­sticó indicó que existen reclamos porque los costos de implementación de las previsiones de SOX, particularmente los de la sección 404, excedí­an las modestas sumas propuestas en principio.

Así­, indicaron que la ley SOX es acusada de socavar el espí­ritu emprendedor de los Estados Unidos y que esta normativa incluso llevó a las firmas extranjeras a llevar sus acciones a otra parte.

"Algunos estudiosos han concluido que los costos de SOX son mucho mayores a las ganancias. Un muy debatido estudio realizado en 2005 por Ivy Zhang, entonces parte de la Escuela E. Simon de Administración de Negocios, estimó que los costos de la ley excederí­an sus beneficios en 1.4 trillones de dólares. Esa controversial cifra derivó de una estimación econométrica de "las pérdidas en el valor total del Mercado basado en los más significativos eventos legislativos"— en otras palabras, asume que, teniendo en cuenta otras noticias, cualquier caí­da en los precios de las acciones eran provocadas por SOX".

Desde otro ángulo, informaron sobre un estudio de Messrs Bargeron, Lehn y Zutter que indicó cómo después de la ley SOX, la probabilidad de cotizar en Gran Bretaña se incrementó fuertemente. "Esto parecerí­a apoyar la idea de que la misma ha debilitado los mercados de valores de los Estados Unidos, llevando a las firmas locales a caer en brazos de los compradores de capitales privados, y causando que las empresas extranjeras llevaran sus acciones a otra parte. Otros, sin embargo, están en desacuerdo. El año pasado han dado a conocer varias investigaciones oficiales sobre la competitividad de los mercados financieros norteamericanos, realizadas por la Secretarí­a del Tesoro y el Alcalde de Nueva York, entre otros. Ninguna de ellas culpaba demasiado a la ley SOX, apuntando, al contrario, a un rango de problemas que incluí­an la adicción de los Estados Unidos a los litigios legales".

Por otra parte, el periódico indicó que hay un buen indicador con miras al futuro "los costos de cumplimento de esta ley se están reduciendo" y que, de acuerdo con el último estudio anual de cumplimiento realizado por Financial Executives International incluso la sección 404 está resultando menos costosa. La adaptación a la sección 404 significó altos costos al principio, pero ahora "se han logrado ganancias de eficiencia", dijo Michael Cangemi, el jefe ejecutivo del grupo.

Así­, señalaron que hasta ahora, los auditores habí­an sido alentados a ser estrictos con los controles internos, replicando la mayorí­a o todo su trabajo a los auditores internos de la firma, y probando la robustez de los controles internos contra todos los riesgos imaginables. "El nuevo standard de auditorí­a, recientemente aprobado, permite un enfoque más pragmático, con mayor sentido común. Algunas estimaciones sugieren que los costos de cumplimiento podrí­an caer tanto como a la mitad".

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