• 14/12/2025
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Horas decisivas en el conflicto entre Trump y Maduro: el escenario al que apuesta Milei y que cambiará todo

Cancillería sigue muy de cerca los movimientos de la administración Trump, que endurece el cerco militar y jurídico sobre Caracas
26/11/2025 - 06:35hs
Horas decisivas en el conflicto entre Trump y Maduro: el escenario al que apuesta Milei y que cambiará todo

Donald Trump y Nicolás Maduro están en el centro de una negociación internacional que sigue de cerca el gobierno de Javier Milei. En Cancillería aseguran que Washington prepara una conversación directa entre Donald Trump y Nicolás Maduro y Milei se alinea milimétricamente con la estrategia norteamericana.

Nadie prevé una guerra abierta, pero sí un "acuerdo forzado" que incluya elecciones urgentes y una transición bajo supervisión internacional. El gobierno de Javier Milei observa con máxima atención la escalada del conflicto entre Estados Unidos y Venezuela, que incluyó un bloqueo aéreo y naval del presidente Donald Trump, sobre el régimen de Nicolás Maduro.

Según pudo saber iProfesional, en la Casa Rosada creen que se está entrando en una fase decisiva y que Donald Trump buscará forzar una salida negociada que incluya un llamado urgente a elecciones para terminar el ciclo del chavismo.

"Hay negociación. Trump y Maduro ya están en un juego final", deslizó a este medio una fuente diplomática que conoce las comunicaciones reservadas.

El alineamiento de Milei con la estrategia de Estados Unidos

Mientras la administración Trump endurece el cerco militar y jurídico sobre Caracas por lo que considera una narcodictadura chavista liderada por el Cartel de los Soles, la Cancillería argentina trabaja en silencio y recibe informes de la embajada que encabeza Peter Lamelas.

En estas horas se terminan de definir las segundas líneas que acompañarán a Pablo Quirno, incluido el vicecanciller y los funcionarios estratégicos de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, que hasta ahora encabeza Fernando Brun.

Según altas fuentes de la diplomacia argentina, todas las decisiones locales se están modelando sobre los dictámenes del Departamento de Estado. No sólo en términos políticos: también en cuanto al método.

"Estados Unidos presenta un plan de 20 puntos. Si lo aceptás, avanzamos. Si no, escalamos la presión. Eso se está replicando acá. Es un alineamiento doctrinario", explican.

El procedimiento estadounidense es quirúrgico:

  1. Se negocian las condiciones en silencio
  2. se filtran a la prensa
  3. se deja actuar la presión internacional
  4. y la última palabra la tiene la Casa Blanca.

La llamada Trump–Maduro y el futuro de Venezuela

El influyente sitio Axios reveló que Trump quiere hablar directamente con Maduro. Funcionarios norteamericanos confirmaron que la llamada "está en fase de planificación", sin fecha establecida.

El despliegue militar es inédito: el portaaviones USS Gerald R. Ford, destructores, misiles y más de 15.000 efectivos ya se desplazaron al Caribe. Un cerco aéreo y marítimo rodea a Venezuela y parte de Colombia. Incluso fue bloqueada la llegada de un petrolero ruso.

Pero el objetivo no sería un ataque directo contra Maduro. "Nadie está planeando entrar a dispararle o secuestrarlo, al menos por ahora", señalaron fuentes de la Casa Blanca. Descartan un operativo militar al estilo de la cacería de Ben Laden, el líder abatido de Al Qaeda en Pakistan.

El plan es golpear las estructuras narco: aeropuertos, rutas, puertos y enclaves logísticos del Cartel de los Soles, recientemente designado como Organización Terrorista Extranjera por el Departamento de Estado.

En Washington, algunos analistas comparan al cartel con Al Qaeda y a Maduro con Bin Laden. Es el clima interno. El derrumbe del régimen y las señales en Caracas son inminentes, según consideran y no creen necesario llegar a la fase de un derramamiento de sangre.

En Venezuela, los servicios de inteligencia advirtieron a Maduro que suspendiera su fiesta de cumpleaños: temen un atentado interno. "Tantos lo odian y tantos quieren verlo muerto", describió el ex canciller Carlos Ruckauf en un video en su canal de Youtube, que expresa una postura cercana al gobierno de Javier Milei.

Maduro sigue "bailando en el Titanic", dice Ruckauf, mientras su popularidad se desmorona y el cerco internacional se cierra. El presidente de facto insiste en que "las amenazas de Estados Unidos no lo detendrán", pero lo cierto es que el tráfico aéreo está prácticamente bloqueado, ninguna aerolínea privada cruza los cielos venezolanos, y numerosos países consultan a Washington sobre planes de evacuación de diplomáticos ante un eventual ataque.

En Buenos Aires, sin embargo, funcionarios de Cancillería creen que este escenario bélico es improbable. "Trump prefiere una salida negociada. No quiere meter a Estados Unidos en otra guerra", explican.

¿Elecciones ya? El escenario que baraja Washington. Estados Unidos especula con un llamado a elecciones "inmediato", sin exigir aún que asuma un presidente opositor en forma anticipada. Corina Machado o Edmundo González Urrutia podrían ser los candidatos más competitivos, pero lo central es restaurar un proceso electoral verificable.

No hay garantías de transición: sólo la presión militar, económica y jurídica que llevaría a Maduro a aceptar un cronograma electoral bajo supervisión internacional.

En Madrid, Edmundo González Urrutia —reconocido por buena parte de la comunidad internacional— sigue actuando como "presidente electo en el exilio", otro punto del tablero diplomático.

El impacto en la política argentina y la región

En Balcarce 50 repiten que la Casa Blanca está aplicando un "modelo exportable": presión máxima, negociación controlada y transición pactada. "Eso puede influir en la política regional y en el esquema de alianzas argentino", dicen cerca del Presidente.

Milei apuesta a un alineamiento total con Washington, incluso como parte de su estrategia interna: consolidar política exterior, asegurar inversiones y fortalecer su vínculo personal con Trump.

Mientras tanto, el tablero geopolítico se mueve: Venezuela se hunde, Cuba se alarma, Rusia pierde terreno, y Trump quiere ordenar su "patio trasero" sin abrir un conflicto abierto que le cueste capital político en plena caída en las encuestas.

"Habrá una solución diplomática", aseguran fuentes oficiales en Estados Unidos. "No habrá una guerra en Sudamérica", coinciden en Buenos Aires. Lo que sí habrá es un final anunciado: la negociación que pondrá fin a la narcodictadura de Maduro, al menos eso creen en la Casa Rosada.

Con el portaaviones más grande del mundo, destructores, misiles y más de 15.000 militares, Trump aumentó al máximo la presión sobre Caracas.

No hay fecha para un llamado en la línea roja entre Trump y Maduro, ni cuáles serán los puntos de los Estados Unidos. Pero sí el objetivo de Trump: que Maduro renuncie y abra el país a las elecciones democráticas.

"Nadie está planeando entrar y dispararle a Maduro", señalan en la Casa Blanca según varios medios internacionales. "Tenemos operaciones encubiertas, pero no están diseñadas para matar a Maduro. El plan está diseñado para detener el narcotráfico", dijo un funcionario de Trump.

Podría haber ataques a enclaves de tráfico de drogas, aeropuertos, rutas, puertos o instalaciones específicas, en el caso que Maduro no cediera a la presión.

"Mientras tanto, vamos a volar barcos que transportan drogas", señalan en Estados Unidos. En 21 ataques norteamericanos ya hubo 83 muertes.

El Departamento de Estado el lunes designó al Cartel de los Soles como una "Organización Terrorista Extranjera", lo que habilita al Pentágono a emprender acciones militares contra objetivos en Venezuela.

Trump no está en las mejores condiciones políticas para emprender una incursión militar. Sus índices de popularidad bajaron a 38% según Reuters/Ipsos y enfrenta críticas trumpistas por su política económica, la suba de precios y la asistencia financiera a la Argentina.

En los Estados Unidos, un 70 % se opone a una potencial intervención militar en Venezuela según un sondeo de CBS. El 76 % considera que Trump todavía no explicó sus objetivos y 75% señalan que necesitaría aprobación del Congreso para intervenir militarmente, entre ellos más de la mitad de los propios republicanos.

Solo el 13 % considera a Venezuela una "amenaza mayor" para la seguridad nacional, un 48 % la califica "amenaza menor" y 39 % "ninguna amenaza". Los números no aconsejan abrir fuego sobre Maduro.

La crisis entre Donald Trump y Nicolás Maduro marca un punto de inflexión en la región, con Javier Milei alineado a la estrategia de Estados Unidos y un escenario donde la presión internacional busca forzar elecciones en Venezuela sin llegar a una guerra abierta.

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