• 11/12/2025
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Oro, plata y platino rompen récords: por qué este 2025 es histórico y cómo subirse al rally desde Argentina

El año fue de los metales: ganancias históricas, flujos récord a ETF de oro y energía en pausa. Claves del boom y cómo pararse para 2026.
18/11/2025 - 11:50hs
Oro, plata y platino rompen récords: por qué este 2025 es histórico y cómo subirse al rally desde Argentina

El 2025 quedará registrado como uno de los mejores años para los metales preciosos en casi medio siglo. El oro trepó 55%, su mayor suba anual desde 1979, impulsado por tasas reales más bajas, tensiones inflacionarias persistentes y una ola de compras de bancos centrales que reforzó la demanda. El mercado encontró en el oro un refugio sólido en medio de un mundo que no logra estabilizar del todo sus expectativas macroeconómicas.

Pero la sorpresa del año vino de la mano de los otros dos integrantes del podio. La plata avanzó 72% y el platino 73%, convirtiéndose en los grandes ganadores de 2025. Ambos metales combinaron un escenario de demanda industrial firme —en especial por su uso en energía solar, electrónica y catalizadores— con un renovado interés financiero a medida que los commodities recobraban atractivo frente a otras clases de activos.

Los fondos especializados acompañaron este boom. Los ETF de oro sumaron 10 millones de onzas en apenas seis meses, un flujo que no se registraba desde comienzos de la década pasada. La tendencia fue similar para instrumentos vinculados a plata y platino, donde las entradas de capital reflejaron un renovado apetito de cobertura y oportunidad táctica.

El contraste del año estuvo en la energía y los granos, que se movieron en terreno negativo o casi neutral. Mientras tanto, los metales preciosos capturaron la mayor parte de la atención de inversores institucionales y minoristas, que encontraron en este segmento una combinación de refugio, momentum y respaldo estructural.

El podio 2025: metales preciosos al tope del ranking

Los datos son contundentes. Según Balanz, que elaboró uno de los relevamientos más completos del retorno de los commodities en 2025, el ranking muestra una clara supremacía de los metales preciosos. Allí se destacan platino y plata como los activos que más subieron en el año, seguidos por un oro que tuvo su mejor performance en más de cuatro décadas.

El avance del platino sorprendió a gran parte del mercado. Con un salto del 73%, su comportamiento respondió en parte a expectativas de déficit en el sector y una creciente demanda automotriz y química. Fue uno de los movimientos más fuertes que registró en la última década y reactivó el interés por un metal que suele tener menor protagonismo.

La plata, con 72%, se consolidó como el segundo gran ganador. Su doble función —refugio financiero e insumo industrial clave— la posicionó como uno de los activos estrella de este ciclo. La demanda para paneles solares y dispositivos electrónicos reforzó un mercado ya de por sí ajustado, que respondió con una escalada casi constante desde comienzos de año.

El oro, por su parte, aportó estabilidad y potencia. Con +55%, se ubicó detrás de plata y platino, pero marcó un hito histórico. Su suba fue impulsada por compras de bancos centrales, volatilidad macro global, ajustes en expectativas de tasas y flujos crecientes hacia ETF. En el acumulado, mostró un comportamiento que superó por amplio margen al de la mayoría de los activos tradicionales.

Detrás del boom: por qué los metales volaron en 2025

Tres motores explican la magnitud del rally. El primero es el escenario global de tasas reales más bajas. Con bancos centrales avanzando lentamente hacia ciclos más neutrales y mercados financieros anticipando relajaciones graduales, los metales recuperaron atractivo como reserva de valor. El oro, en particular, amplificó esta dinámica.

El segundo motor es la demanda industrial firme. La transición energética continúa impulsando el consumo de plata, cuya utilización en paneles solares y electrificación crece de forma sostenida. El platino también encontró respaldo en aplicaciones industriales y tecnológicas, lo cual profundizó su presión alcista.

El tercer factor clave fue la cobertura ante riesgos inflacionarios y geopolíticos. En un año marcado por tensiones comerciales, conflictos en zonas estratégicas y precios volátiles en energía, los metales preciosos funcionaron como un refugio natural. El mercado encontró allí una "póliza de seguro macro" para diversificar carteras.

A este combo se sumó un elemento financiero determinante: los ingresos masivos a ETF de metales. Estos fondos no solo reflejan la demanda, sino que también la amplifican al incrementar la tenencia física subyacente. Fue una de las grandes razones detrás del comportamiento explosivo de mineras de oro y plata, que subieron 104% en diez meses, la mayor suba desde 1983.

Qué esperan los bancos globales para 2026

Los grandes jugadores de Wall Street —Bank of America, JPMorgan, UBS, HSBC— mantienen una perspectiva positiva, aunque con matices. En sus escenarios para 2026 proyectan que los metales podrían sostener precios elevados, especialmente si continúan las presiones sobre la oferta y la demanda industrial muestra resiliencia.

Bank of America estima que el oro podría seguir firme mientras las tasas reales sigan en retroceso y los bancos centrales mantengan compras sistemáticas. Para la plata, el banco prevé un mercado todavía ajustado por la expansión de la demanda solar y tecnológica.

JPMorgan coincide con el sesgo alcista, aunque advierte sobre volatilidad. El banco proyecta momentos de consolidación en 2026, especialmente después de un año tan fuerte como 2025, pero sostiene que el oro conservará un rol central dentro de carteras diversificadas, apoyado por flujos institucionales.

HSBC pone el foco en la oferta. Para el banco, los desequilibrios entre producción y consumo seguirán siendo determinantes. En plata y platino, la oferta aún no se adapta completamente al aumento en aplicaciones industriales, lo cual podría sostener precios elevados.

En síntesis, el consenso global proyecta un 2026 con menor potencia que 2025, pero con niveles elevados y un rol clave para los metales como activos defensivos en un entorno aún incierto.

Cómo subirse al rally desde Argentina

El mercado argentino ofrece múltiples caminos para exponerse al boom de los metales sin necesidad de abrir una cuenta en el exterior. La vía más directa son los CEDEARs, instrumentos que permiten invertir desde cualquier broker local en ETF de oro, plata o platino, así como en mineras que cotizan en Wall Street.

Los CEDEARs permiten comprar en pesos o dólares, y su cotización refleja el precio internacional del activo ajustado por el contado con liquidación (CCL). Esta mecánica implica que, aun con el metal quieto en dólares, variaciones del tipo de cambio financiero pueden mover el precio local. Por eso, entender el comportamiento del CCL es clave para evitar sorpresas.

Para quienes buscan exposición pura al metal físico, los CEDEARs de ETF suelen ser la opción más directa. Para quienes buscan mayor beta, las mineras amplifican los movimientos: cuando el oro o la plata suben, las acciones de mineras suelen subir más; pero también corrigen con mayor intensidad en momentos de baja.

Armar una posición gradual, con entradas escalonadas y foco en órdenes limitadas, ayuda a mejorar el precio de entrada y reducir el impacto de la volatilidad. Como siempre, la diversificación sigue siendo la mejor herramienta para balancear riesgo y retorno en carteras medianas y pequeñas.

Qué mirar hacia adelante

Aun después de un 2025 explosivo, los metales siguen ofreciendo un equilibrio atractivo entre refugio y oportunidad táctica. La clave estará en monitorear tres variables: tasas reales, demanda industrial y flujos financieros hacia ETF y mineras.

Si los bancos centrales avanzan con políticas más acomodaticias, los metales pueden sostener precios elevados. Si la transición energética acelera, la plata y el platino podrían mantener ventaja relativa. Si los riesgos geopolíticos siguen presentes, el oro continuará siendo el refugio por excelencia.

El 2025 ya quedó grabado como un año histórico para los metales. La pregunta ahora es simple: ¿será 2026 el año de consolidación o el comienzo de un nuevo ciclo? Lo que ya parece claro es que, desde Argentina, existen herramientas accesibles para quienes quieran aprovechar un mercado que volvió a encenderse como hacía tiempo no se veía.

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