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ALERTA

Una nueva sociedad asume el control de las principales autopistas del país

Surge de los cambios accionarios en el grupo español Abertis. Operará las concesiones de los accesos Norte y Oeste, la Panamericana y la General Paz
01/11/2018 - 15:33hs
Una nueva sociedad asume el control de las principales autopistas del país

Como parte del ingreso del grupo italiano Atlantia, propiedad de la familia Benetton, y de la constructora española ACS, del empresario Florentino Pérez, en Abertis, las sociedades ca cargo de las principales autopistas de la Argentina serán controlada por una nueva empresa.

Se trata de las firmas Autopistas del Sol (Ausol) y de Grupo Concesionario del Oeste (GCO), que en el país operan las concesiones del Acceso Norte (Panamericana), el Acceso Oeste y la avenida General Paz y que hace dos meses lograron extender sus concesiones.

Después de haber negociado durante casi un año una fusión, ambos conglomerados europeos acaban de crear Abertis Holdco. En la sociedad, Atlantia tendrá un 50% de su capital más una acción En tanto que el dueño del Real Madrid estará presente con el resto del capital pero mediante la distribución de las acciones entre dos empresas controladas: ACS tendrá un 30% y Hochtief, la filial alemana del grupo de Florentino Pérez, el 20% restante.

A su vez, Abertis Holdco ha constituido una segunda sociedad bajo el nombre de Abertis Participaciones, que será la que ostente el 98,7% del capital de la empresa de autopistas.

En la Argentina, esta nueva compañía tendrá a su cargo el control del contrato firmado en julio pasado con el Gobierno por Abertis que le extendió el negocio hasta el 31 de diciembre del 2030 y que la obliga a encarar un plan de inversiones por más de $16.500 millones para mejorar las rutas que tiene a cargo.

A nivel global, la nueva sociedad tendrá presencia en 14 países y será parte del mayor grupo de concesiones de autopistas del mundo con un valor bursátil de 36.000 millones de euros.

De hecho, sus nuevos accionistas firmaron un crédito sindicado de 9.823 millones de euros, uno de los mayores en la historia de España con el objetivo de ordenar la estructura societaria para completar la operación. Además, sus accionistas le inyectaron 6.909,3 millones de euros para capitalizar la nueva sociedad.

En tanto que Abertis Participaciones contará con 15.500 millones de euros para encarar sus operaciones en todo el mundo, incluyendo las de Argentina.
En Ausol y GCO, esta sociedad heredará las acciones de su antecesora que ascienden al 31,59% del capital accionario, mientras que la italiana Impregilo posee otro 19,82%.

También será la garante de que se cumpla la decisión de Abertis de desistir de un juicio por u$s1.135 millones ante el Ciadi a cambio de que el Estado le reconozaca una millonaria suma por obras anteriores teniendo en cuenta que durante lo que lleva la concesión sus empresas controladas invirtieron casi u$s1.100 millones. Lo hicieron en obras de trazado y ampliación de las rutas, de los cuales no pudieron recuperar u$s539 millones durante los años de gobierno kirchnerista, cuando la renegociación de la concesión estuvo congelada.

Además, el nuevo acuerdo de concesión que Abertis Holdco deberá cumplir en Argentina establece cambios en la forma de subir las tarifas de los peajes, que volverán a tener un componente dolarizado a la hora de actualizarla y otorgar aumentos de peajes una sola vez al año que reflejen la incidencia en el plan económico financiero y de la tasa interna de retorno. Además, se considerá el flujo de tránsito, entre otros factores.

Sin embargo, el Gobierno ya le permitió retocar los precios, una vez que entró en vigencia del nuevo contrato. Además, tendrá derecho a reactualizaciones adicionales aplicando el llamado CER, cuando la variación computada desde el último aumento supere el 10%.

De hecho, la extensión de las concesiones hasta el 2030 fue la fórmula elegida por el Gobierno para que las empresas logren recuperar las inversiones que consideraban perdidas, evitando así¬ tener que autorizar mayores subas de los peajes que, en definitiva, terminan recayendo en los bolsillos de los automovilistas.

El contrato incorpora además nuevos planes de inversiones: GCO deberá destinar u$s430 millones hasta el final de su concesión, en tanto que Ausol tendrá que disponer de otros u$s250 millones. Los fondos se usarán en obras para actualizar y modernizar la infraestructura de las rutas concesionadas y para mejorar los tiempos de demora en las cabinas de peaje con nueva tecnologí¬a.

En el caso de los ingresos provenientes de los peajes, se eliminará el llamado Recurso de Afectación Especí¬fica (RAE) que fue creado para que parte de lo recaudado en los peajes pase a formar un fondo para financiar obras. Ahora, ese dinero será un ingreso de la concesionaria.

El Estado nacional se llevarí¬a los fondos que queden luego haberse cubierto los costos, el repago al concesionario y realizadas las inversiones. Adicionalmente, se reducirá la tasa interna de retorno en dólares del concesionario, que originalmente era del 13,06%, y se la lleva al 8%.