Uno de cada cinco médicos recibe denuncias por mala praxis

En la Argentina, uno de cada cinco médicos recibió alguna denuncia por mala praxis, y esas demandas, en su conjunto, suman una cifra cercana a los $3.000 millones, que parece crecer vertiginosamente, ya que se espera que a lo largo de esta década las acciones judiciales por mala praxis se multipliquen por cinco.

Pero las demandas contra los galenos, en el último tiempo, entran dentro de un nuevo parangón que surge de la mano de abogados oportunistas: la llamada "industria del juicio clí­nico".

Así­ se hizo público el caso de un abogado de la localidad de Colón, que denunció a colegas de otras jurisdicciones que merodeaban por los pasillos de los hospitales en busca de clientes que hayan sufrido alguna pérdida de un ser querido por causa de algún accidente, hecho que lleva a sugerir el inicio de acciones judiciales contra la mala praxis. Esta llamada "industria del juicio" funciona mediante la posibilidad de litigar sin gastos, y podrí­a generar un colapso en el sistema sanitario.


Según datos de la Asociación de Clí­nicas y Hospitales Privados de la Argentina (Adecra), el 20% de los más de 100 mil médicos matriculados en el paí­s tiene en su haber alguna demanda penal por presunta negligencia u otras causales de la mala praxis médica.

Según datos de las compañí­as de seguros, 32% de las denuncias recae sobre los médicos, mientras que el 68% apunta directamente a las instituciones médicas, dentro de lo que se incluyen prepagas y obras sociales.

Un reclamo en aumento
En los últimos diez años se observó un vertiginoso incremento de las acciones iniciadas en contra de médicos y centros de salud, indicaron fuentes médicas. Respecto de esto, fuentes judiciales explican que las cifras demuestran un aumento de 80% en lo que respecta al inicio de acciones legales en el ámbito penal.

El caso más llamativo respecto de denuncias por mala praxis, pone en el ojo de la tormenta a los profesionales de la salud de Misiones. En relación al balance de 2004, en la provincia hubo 45 acusaciones judiciales a sanatorios, donde se manejan montos de 100 mil a 5 millones de pesos. Asimismo, de 129 incidentes ocurridos en centros asistenciales privados provinciales, el 35 por ciento llegó a la instancia de completar un proceso judicial por mala praxis. Por otro lado, según datos del Cí­rculo Médico, se registran al menos dos demandas de este tipo por semana.

Alimentada por la existencia de un "vací­o legal",  la industria de esta clase de juicios sigue creciendo: fuentes judiciales revelan que el 4% de los casos tuvo sentencia condenatoria y cerca de 1% obtuvo sentencias que rechazaron la demanda. Las estadí­sticas nacionales indican que sólo entre el 13 y el 20% de los casos son comprobados.

En referencia a esta nueva ola de juicios por la mala praxis, el Dr. Humberto Torres, superintendente del Ministerio de Salud, explica que "existen algunos vericuetos legales o algunas permisividades que hacen que esto se constituya en una cuestión de mayor accesibilidad".

Respecto de esto, el Dr. Oscar Cochlar, gerente de Gestión Estratégica, de la Superintendencia de Servicios de Salud, explica que uno de estos llamados "vací­os legales" es el plazo de prescripción establecido en diez años. Según argumenta, actualmente se está tratando en el Congreso un proyecto donde se reduzca ese plazo a 2 o 4 años. El otro conflicto se genera frente al hecho de la litigación sin gastos, que "lleva a que el proceso judicial sea demasiado fácil y, por consiguiente, muy llevado a cabo".

La dificultad de probar el daño
En lo que hace al proceso legal de una denuncia por mala praxis médica, es necesario el aporte de la medida probatoria. Es decir, quien aduce un hecho o conducta que lo haya afectado, debe probarlo. Aunque, por lo general, el damnificado se encuentra en una posición de inferioridad, ya que en muchos casos resulta prácticamente imposible probar como fue cometido el hecho de la mala praxis.

Según lo admite el Dr. Cochlar "el profesional médico genera un efecto de la medicina a la defensiva. Se empiezan a hacer una serie de cosas no por que sean mejores para la salud, sino para evitar consecuencias posteriores".

Desconfianza recí­proca
Lamentablemente esto parece dejar un manto de desconfianza recí­proca: por un lado la existente industria del juicio oportunista que puede acabar con las carreras de muchos profesionales de la salud, pero por otro la desconfianza de los pacientes que se ven cada dí­a más expuestos a esas fallas profesionales que muchas veces son irremediables.

Lo cierto es que con el aumento de la siniestralidad que se vive en los últimos tiempos, los especialistas de la salud se ven cada vez más empujados a contratar seguros más eficaces. Actualmente, dos de cada tres profesionales son acreedores de un seguro individual, mientras que las instituciones médicas también debieron tomar los recaudos necesarios para hacer frente a posibles demandas.

Más allá de las coberturas que cada profesional haya decidido tomar, la tendencia en los últimos años marca que muchos profesionales de la salud hayan decidido dedicarse a especialidades menos riesgosas para salir del paso de los posibles juicios.