Rentas de la Ciudad de Buenos Aires forma futuros sabuesos
El viernes último el director de Rentas de la Ciudad de Buenos Aires, Alejandro Otero, dieron por inaugurado el tercer ciclo de la Carrera de Técnico Superior en Administración Tributaria que se cursa en las instalaciones de Suipacha y Viamonte donde tiene sede el organismo de recaudación porteño.
Este año saldrá la primera camada de esta opción que está abierta a funcionarios de todos los niveles de gobierno dentro y fuera de la ciudad y en la que pueden inscribirse todos aquellos que aspiren a desempeñarse en el cada vez más complejo andamiaje que tienen los organismos fiscales. Así, recién egresados de la secundaria o personas que quieran imprimir un nuevo rumbo a su vocación pueden acercarse a las instalaciones de Rentas de la Ciudad.
Este título terciario con reconocimiento oficial le da la posibilidad de incorporar también a quienes habían cursado –completamente o no- la vieja carrera de administrador tributario que se desarrollaba en la DGI y que fuera discontinuada.
Su duración es de tres años y al finalizar, los egresados pueden completar su formación en la Universidad de la Matanza, en la que podrán obtener una licenciatura en Administración Tributaria para luego poder coronar esa formación con un posgrado en la UBA, que dirige el propio Otero y el también ex director de Rentas, Orlando Gualtieri.
"Buscamos la profesionalización de los agentes propios y de todos aquellos que aspiren a ser parte de este u otros organismos. Estamos en la búsqueda de un administración tributaria autárquica que sea referente nacional, por la distinción y excelencia de su capital humano".
La política de Otero persigue "recomponer el capital humano y resolver el problema de obsolescencia tanto en recursos humanos y organizacional".
El punto débil es el management estratégico
En materia de administración tributaria el componente escaso no es el conocimiento técnico. Esa es la visión de Otero para quien "gente especializada e idónea que sabe de teoría y práctica impositiva hay en todas las administraciones tributarias del país. El punto débil es la capacidad de gestión. De poder interactuar con la tecnología, con las comunicaciones, con la capacidad de control que tiene la administración tributaria".
Según el Director de Rentas, el profesional de la administración tributaria se dedica "como mucho el 5% del tiempo a la gestión de la administración tributaria. El 95% restante se debe ocupar en administrar en forma efectiva la enorme cantidad de recursos humanos, tecnológicos, de poder, financieros, comunicacionales, todo lo que hace al control para poder cumplir su tarea".
Así, el alto funcionario define las necesidades reales de la administración tributaria en base a un tema clave: "reforzar la gestión de una cantidad de competencias complejas que no tienen que ver con el conocimiento técnico específico en materia tributaria. Esa es una condición necesaria pero no suficiente para el éxito de los organismos".
La carrera entre la complejidad de los negocios y los fiscos
El gran problema de los organismos fiscales es lograr gravar las nuevas modalidades de los negocios que imponen complejas ingenierías para poder alcanzar al hecho imponible. Así sucede por ejemplo con los instrumentos financieros.
"Alguien que está en la administración tributaria lo que tiene que pensar es que para lograr éxito en su gestión hay que conseguir la información necesaria para poder controlar y fiscalizar a esas nuevas actividades o instrumentos que van surgiendo.
Es un desafío que tiene que ver con el conocimiento de tecnologías modernas en materia de ingenierías financieras e informáticas. Estamos hablando de capacidad de almacenar y utilizar y analizar datos. Pero no se debe descuidar la capacidad de prestar servicios que es otro de los roles fundamentales de los organismos fiscales," concluyó Otero.