Elaskar declaró que el supuesto contador de Lázaro Báez le debe u$s750.000

El financista Federico Elaskar aseguró este miércoles ante la Justicia federal que el contador Daniel Pérez Gadín, quien trabajaría para el empresario kirchnerista Lázaro Báez, le debe u$s750 mil dólares por la operación de venta de la que era su financiera, SGI, conocida como "La Rosadita".

Al declarar por segunda vez como imputado de la causa por presunto lavado de dinero, el hombre de negocios de 28 años justificó su fortuna en una herencia que supuestamente habría recibido del padre, ya fallecido, y además aseguró que trabaja "desde los 21 años", según informó su abogado defensor, José Manuel Ubeira.

Elaskar explicó que vendió SGI por u$s1.5 M a una sociedad que le pagó u$s750.000 y quedó debiendo otro tanto.

En este sentido, identificó a Pérez Gadín como deudor físico, quien según medios uruguayos habría comprado para Báez un campo por u$s14 M en cercanías de Punta del Este.

Durante casi cuatro horas, Elaskar amplió su declaración indagatoria ante el fiscal Guillermo Marijuán, luego de que el lunes lo hiciera ante el juez Sebastián Casanello y negara conocer al dueño de Austral Construcciones y acusara al periodista Jorge Lanata de hacer "una operación para voltear el Gobierno".

"No conozco a Lázaro Báez, ni a su hijo Martín, ni a su familia", había asegurado el financista ante el juez, en contradicción con lo que había dicho en el programa "Periodismo Para Todos" al que había asegurado que creó empresas off shore en el exterior para lavar unos 55 millones de euros del empresario kirchnerista.

Elaskar declaró ante el magistrado que lo que dijo en la entrevista televisiva fue para "recuperar lo que le debían de la venta de la financiera SGI y porque a Lanata le servía para su programa y para pegarle al Gobierno".

El financista había asegurado que el contador de Báez, Daniel Pérez Gadín, lo amenazó de muerte si no le vendía su empresa. "Me rectifiqué. No existieron las amenazas", aseguró.

Sobre el contador Leonardo Fariña, Elaskar señaló que nunca hicieron negocios y que solo le presentó a los compradores de su empresa.

Por su parte, el esposo de Karina Jelinek declaró durante 12 horas y reconoció que trabajó para Báez y que participó como intermediario de la compra de campos en Tupungato, Mendoza, para el empresario.

Sin embargo, negó haber sacado del país en bolsos con dinero y aseguró que fueron viajes de turismo, según consignó DyN.