La libra recupera atractivo frente a la volatilidad del euro y del dólar
Hasta hace dos meses atrás, más del 60% de los operadores en los principales mercados financieros del mundo aconsejaban vender dólares y comprar euros.
El doble déficit fiscal y comercial de los EE.UU., sumado al creciente peso de su deuda pública, generaban incertidumbre respecto de la cotización del dólar en el corto y mediano plazo. Y ubicaba al euro como la moneda que podía disputarle el liderazgo mundial. "Otros países que tuvieron desequilibrios fuertes de su balanza comercial sufrieron una depreciación de su moneda en aproximadamente un 40%, y el dólar recién está cerca del 20%. Por lo que el plazo de la depreciación puede ser de 2 o 3 años más", manifiesta Javier Salvucci, analista de Silver Cloud Advisors.
Pero después del 29 de mayo, día en que más de la mitad de los franceses decidieron rechazar el proyecto de nueva constitución europea, las cosas se modificaron en los mercados monetarios. Hecho que marcó el regreso a la consideración de los inversores de la libra esterlina, que es la única moneda nacional "fuerte" de la Unión Europea (UE) que todavía no fue reemplazada por el euro.
La libra se aprecia
Después del lanzamiento del euro en 1999, la libra se mantuvo en un segundo plano en las preferencias de los inversores entre las monedas de la UE. Pero la crisis del euro llevó la cotización de la libra de €1,41 en enero de 2005 a €1,49 hoy en día, es decir una depreciación del euro contra la moneda británica de 6% en 6 meses.

Para los analistas, la volatilidad actual de las dos principales monedas mundiales es un signo de que conviene diversificarse aún más, lo que beneficia a otras divisas como la libra. "Me parece que un buen posicionamiento en estos momentos es estar diversificado. Y no solamente en libras esterlinas, sino también buscar otras monedas como las asiáticas", sostiene Salvucci.
Para Juan Diedrichs, analista de Capital Markets Argentina, conviene poner el foco en activos y no sólo en monedas: "hay una tendencia generalizada a diversificar más, y en ese movimiento no sólo miran la libra sino que también miran otras monedas. Pero lo más interesante es invertir en activos denominados en monedas distintas. Porque comprar solamente monedas no tiene una renta importante".
Un imán para los capitales
El atractivo que ostenta la libra en estos momentos no sólo se debe a la crisis política europea. También tiene su fundamento en la marcha de la economía británica, que es más dinámica que Francia y Alemania, principales motores de la Unión. La reelección de Tony Blair, primer ministro británico, una tasa de inflación baja y un mercado laboral más desregulado –y sometido a menos conflictos que en Europa continental- son factores de estabilidad que valoran los inversores.
Pero el principal imán de la libra reside en realidad en el diferencial de tasas de interés. La tasa de referencia que fija el Banco de Inglaterra (4,75%) es de más del doble que la del Banco Central Europeo (2%), lo que permite que la libra brinde rentabilidades muy superiores a otras monedas, incluidos el dólar y el yen. "Creo que el gran momento de la libra fue hace dos años atrás, y quienes invirtieron en ese momento tuvieron un muy alto retorno. Pero de todas formas es bueno diversificarse", agrega Salvucci.
Este diferencial de tasas de interés permitió que el mercado de Londres, que es el principal mercado del mundo para la negociación de divisas, captara una parte de los flujos de fondos que se retiraron de los EE.UU. y la UE por la desconfianza hacia el dólar y el euro. Incluso se espera que esta llegada de capitales provoque una apreciación de la libra en los próximos meses.
Inversiones argentinas
Sin embargo, en nuestro país todavía falta para que los pequeños inversores se decidan a migrar parte de sus ahorros a libras esterlinas. Una preferencia histórica por el dólar y el mayor costo de las transacciones en otras monedas son las principales causas.
"El ahorrista local tiene sus ahorros en dólares y su patrimonio en dólares, y recién en los últimos años aprendió a diversificar en euros", indica Diedrichs. Y agrega: "El que tiene euros no es un inversor de corto plazo, porque comprar euros significa pagar un spread alto (diferencia entre el precio de venta y el de compra). Pero cuando se va a monedas menos negociadas –como la libra-, el spread es aún más alto".
Martín Burbridge
mburbridge@infobae.com