Estudio O' Farrell: "Somos una marca registrada"
Históricamente ligado a las empresas, asistió en la instalación de las compañías más importantes del mundo que llegaron a suelo argentino, al igual que en el crecimiento de las nacionales.
Así, en 1913 cuando Ford Motor Company decidió instalar la primer sucursal fuera de los Estados Unidos y eligió a la Argentina como destino, buscó a la firma para que la asesore. El caso de la Ford no es el único. Lo mismo pasó con otras empresas norteamericanas y británicas, como John Deere y Good Year, compañías que todavía siguen vinculadas al estudio.
La firma fue fundada por Santiago O’Farrell y con los años se fueron incorporando sus descendientes: hijos, nietos y bisnietos. Hoy, Uriel O’Farrell es el único miembro del estudio que porta el apellido y comentó que la firma surgió como una organización "familiar" y mantuvo esa estructura hasta los sesenta.
En los comienzos el estudio se vinculaba a clientes en materia de servicios públicos y cuestiones agropecuarias. Cuando la Argentina vivió su etapa
de "industrialización", durante la presidencia de Arturo Frondizi (1958-1962), se incorporaron al staff de clientes, compañías vinculadas a la
actividad fabril y a la prestación de servicios.
La década del setenta marcó un hito en la estructura del estudio. En esos años comenzaron a incorporarse socios y miembros que no pertenecían a la familia O’Farrell, apertura que se afianzó "totalmente en los noventa y hoy ya las características de un estudio familiar desaparecieron", aseguró Uriel O’Farrell.
Durante los noventa, dada la gran inversión que se produjo en la Argentina y en particular en el área de las compañías de servicios públicos, "el estudio comenzó a atender una cantidad de esas empresas en el área de comunicaciones, energía, transporte e infraestructura en general. Allí se produjo un crecimiento muy importante y, con ello, un cambio de cultura en la firma, debido a que era difícil llevarlo bajo una estructura estrictamente
familiar", afirmó O’Farrell.
Según O’Farrell, no es un estudio especializado en una disciplina en particular. "Tenemos una estructura que prestamos servicios en diferentes áreas del derecho de los negocios, donde principalmente practicamos el derecho comercial".
"Hay distintos departamentos que además cada uno de ellos abarcan distintas áreas de práctica. El paraguas bajo el cual actúan todos ellos es una fuerte orientación al derecho empresario", afirmó Fernando Borio, el managing partner de la firma.
Estudio O’Farrell es "una marca registrada", por lo que nunca se pensó en sumar otros apellidos al nombre de la firma. El único cambio fue cuando se
decidió transformar la antigua denominación "Estudio de los Dres. O’Farrell", logo que aún ilustra el ingreso al edificio de Avenida de Mayo al 600, en
donde que desde hace 37 años está la sede.
La decisión del cambio de nombre fue sobre todo por los clientes extranjeros a quienes "había que explicarles la abreviatura ‘Dres.’, lo cual se tornaba
bastante complicado", contó O’Farrell.
Para Borio, "ninguno de los que no somos O’Farrell vemos necesidad de cambiar el nombre y si nosotros pretendemos enfoca nuestro desenvolvimiento como una empresa de servicios, tenemos una denominación arraigada en el mercado y eso es un activo importante".
La idea de funcionar como empresa de servicios es algo nuevo en una firma que ya lleva más de 120 años de gestión. "Era algo que venía implícito, porque en un momento nos sentamos a debatir acerca de la necesidad de tener un plan estratégico y ese plan empieza con el autoanálisis sobre qué somos y hacia dónde se quiere ir; lo único que hicimos fue explicitarlo", aseguró Borio.
El ser el estudio más antiguo del país tiene la ventaja de la acumulación de experiencia e historia, "que permite dar un mejor servicio", dijo O’Farrell.
Por ello, algunos "creen que estamos en la propia historia, pero luego ven el contenido y el impacto es diferente. El promedio de edad es cada vez menor; hoy el ritmo de trabajo y la exigencia es mayor", agregó Borio.
Pablo Méndez