Cárrega: "Se necesita un plan de largo plazo para mejorar el fuero"
La Justicia Comercial no funciona según las expectativas de la comunidad. Esto es un hecho. Cada Juez Comercial atiende más de 10.000 causas, firma más de 300 resoluciones diarias, debe dictar una sentencia cada dos días y debe estar presente en al menos una audiencia diaria; sus sueldos son bajos en función de sus responsabilidades y el volumen de trabajo. A esto se suma que los procesos de selección de magistrados son ineficientes y duran años.
Además, los procedimientos legales que deben aplicar los Juzgados generan numerosos actos burocráticos innecesarios: aproximadamente el 10% del personal cose expedientes con hilo y aguja (lo impone una norma); no hay redes informáticas modernas -más allá del actual reemplazo de viejas computadoras-; los ordenanzas se cruzan entonces en los pasillos llevando expedientes de un lado a otro; la caja de un Juzgado suma $ 330 mensuales. En general, la capacitación la debe pagar quien se capacita; no hay una política de recursos humanos adecuada; hay cientos de meritorios que sólo cobran lo que aportan los propios judiciales; hay un creciente hostigamiento de grupos politizados que se movilizan contra los Jueces. La lista podría seguir.
Otro hecho: lo poco o mucho que funciona la Justicia Comercial se debe a su propio esfuerzo. La Argentina quiere una Justicia excelente, pero hace poco o nada para lograrla. La responsabilidad no puede recaer sólo en los Jueces.
¿Por dónde empezar para mejorar la Justicia Comercial? Necesitamos un plan de largo plazo, en el marco de una verdadera Política de Estado Judicial, con objetivos y metas precisas. Los Poderes Políticos son los responsables primarios de su diseño y de aportar los fondos al efecto; para lo que deberían conformar comisiones interdisciplinarias con inclusión de Jueces y abogados.
Ese plan debe contener mínimamente: una reforma integral del proceso de selección de Jueces (deben ser elegidos los mejores), con un sistema de control periódico, objetivo y profesional de su desempeño; un sistema de capacitación constante, en el marco de una política de recursos humanos que incluya premios y castigos; una reforma integral de los procedimientos, para agilizar los juicios; un rediseño de los tribunales (podría ser útil crear Juzgados de Concursos y Quiebras y Juzgados de Ejecución); un sistema informático interconectado entre Juzgados y otras dependencias; el uso de la firma y el documento digital; y la eliminación de prácticas anacrónicas de trabajo como la costura de expedientes. Deben destrabarse inmediatamente los proyectos de ley orientados a aliviar la carga de trabajo del fuero comercial.
Hace falta decisión política. Y la sociedad debe comprometerse; en especial, su comunidad jurídica. No basta con criticar y preguntarse qué hacen los Jueces para mejorar la Justicia. Los abogados debemos preguntarnos qué hacemos para colaborar con esa mejora.
Francisco Cárrega es ex juez comercial y actual abogado del Estudio Brochou, Fernández Madero, Lombardi & Mitrani