Las telecomunicaciones aún no disponen de reglas de juego claras

La solución de los fenómenos de la pesificación y de la falta de implementación de la segunda generación regulatoria, que comenzó en 2000 y que quedó trunca, se presentan hoy como los principales desafí­os que debe enfrentar el servicio público de las telecomunicaciones, según afirmó el especialista Francisco Gutiérrez, socio de M&M Bomchil.

En ese sentido, aseguró que la pesificación de las tarifas, a diferencias de los otros sectores, "no sólo afectó a las empresas reguladas sino también a todo el sector".

Así­, indicó que en telecomunicaciones aparecen nuevos actores que trabajaban en un ámbito de libertad tarifaria a quienes si bien no los afecta la pesificación desde el punto de vista jurí­dico sí­ se produce "de hecho". De esa manera, "esos desarrollos incipientes de la competencia no pueden moverse en función de la tarifa espejo que tienen de sus operadores históricos", agregó.

También explicó que esos nuevos operadores deben absorber un "gran insumo" que son los mayores costos de interconexión, que no son pesificados del mismo modo que las tarifas telefónicas. "Esto produce un nuevo desbalanceo".

Sin respuesta
Para Gutiérrez, la conducta normativa del ente regulador "no acompañó este proceso profundizando e implementando las normas regulatorias básicas de 2000". Así­, quedó en el tintero una serie de reglamentaciones que se presentan decisivas en el escenario de las telecomunicaciones; entre están:

• El reglamento de licencias: el especialista aseguró que la Argentina adoptó un modelo de licencias light, ciñendo el modelo de la Comunidad Europea de una sola licencia fácilmente obtenible por cualquiera, con muy pocos requisitos de entrada y de desempeño posterior.
  
• El reglamento de interconexión, que permite ver a un prestador cuán fácil será desenvolverse en el mercado para un nuevo operador, determina si es fácil o difí­cil la interconexión y fija los precios de interconexión, los peajes, lo que hay que pagar por utilizar la red del otro.

También, consideró que la cuestión social también se presenta como clave en este marco: "Hablamos de un mercado de libre competencia sin ninguna obligación de libre desempeño, entonces ¿quién cubre el aspecto social, aquello que el mercado no puede establecer? Así­ se fijó un reglamento de servicio universal con un sistema de fondo fiduciario de carácter privado integrado por aportes de todos los licenciatarios, que aún sigue sin implementarse.

A diferencia de otros servicios públicos, las telecomunicaciones tienen la particularidad de que se trata de un sector donde naturalmente se desarrolló la competencia, sobre todo durante la década del ’90. Esta situación "nos lleva a que haya una multiplicidad de intereses en juego".

Además, es un sector que se ve más influenciado por los avances tecnológicos. "Estas dos particularidades hacen que este sector deba ser analizado dentro de el fenómeno regulatorio y dentro de esta coyuntura de emergencia con especial cuidado y teniendo en cuenta siempre las diferencias".