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Caso "Madoff argentino": usar marketing engañoso, ¿es un agravante para la Justica?

El fondo de inversión difundía información falsa sobre su patrimonio y generaba confusión al asociar su marca con la de empresas reconocidas
09/08/2019 - 07:02hs
Caso "Madoff argentino": usar marketing engañoso, ¿es un agravante para la Justica?

Los posteos en su página web daban cuenta de festejos por el día del amigo en el Hard Rock Café Buenos Aires, movidas solidarias a beneficio del hospital Garrahan o alababan la "mística del lugar donde Carlos Gardel solía cantar". Todo junto a su logo, el de "Hope Funds". Así por ejemplo promocionaban como propia a la "Esquina Carlos Gardel Cena & Tango Show", un local donde en verdad la firma del ahora preso Enrique Blaksley tenía una pequeña participación societaria.

El repaso de la voluminosa causa judicial por la megaestafa recién enviada a juicio oral es una guía de cómo una estrategia de marketing bien pensada, puede convencer, vender y engañar. Aunque todo sea una cáscara, una "mise en scene" como definen los fiscales que la investigaron.

Pero, ¿cómo se llega a persuadir a tantos? ¿Cómo se logra la entrega de lo que, en algunos casos, eran ahorros de toda la vida o el dinero destinado a tratar enfermedades? Hubo un "activo aparato de marketing" manejado por el grupo Hope Funds con un solo objetivo: posicionar su marca. Tuvieron éxito.

La "planeada estrategia de marketing en redes sociales" apuntaló la imagen de Hope Funds. Es más, fue construida en base a internet, analizó la fiscalía que investigó a los acusados.

En cada posteo en su web, Hope Funds aparentaba ser propietaria de los emprendimientos que promocionaba o, al menos, contar con un importante porcentaje accionario.

"Día del amigo en Hard Rock Café Buenos Aires", "¡Festejá tu cumpleaños como un #Rockstar!", ""Noches de Vinilo" en Hard Rock Café Buenos Aires", "La movida solidaria del rock nacional a beneficio del Garrahan" y "Hope Funds te invita a realizar tus eventos en Piazzolla Tango", "Hertz: Un servicio a tu medida", siempre con el sello y logo que decía "Hope Funds. Compañía Argentina de Inversiones", colocado sobre la imagen publicitaria. Esto se sumaba a los ya conocidos eventos que organizó y a su manejo del Auditorio de Buenos Aires en el shopping Buenos Aires Design.

Además de la página web hubo publicaciones en redes sociales siempre con el logotipo de Hope Funds en cada imagen, porque lo que se buscaba era vincularla comercialmente con locales, emprendimientos o sitios de trayectoria y renombre para consumar la estafa.

El público en general lo entendía como parte del mismo grupo empresario y se generaba un elemento clave: confianza. A esta conclusión llegaron los fiscales a la hora de preguntarse por qué ocurrió lo que ocurrió.

Una damnificada declaró que invirtió porque asoció el nombre de la aseguradora Zurich a Hope Funds porque el logo de la primera siempre estaba junto al de la segunda.

Otra dijo que al concurrir "a la oficina de Sarmiento del primer piso", sede del grupo, vio que " tenían pantallas donde se mostraban imágenes de Enrique Blaksley con el Papa, jugadores de golf, de polo, con gente así importante. Tenía una recepción suntuosa, grande".

"Me mostraron un folleto, en donde figuraban todas las propiedades que tenían que eran el respaldo de mi capital, todo parecía muy serio", dijo otra.

"El primer requisito de la estafa, entonces, es el "ardid o engaño", esto es, una representación falsa de la realidad que el autor le hace creer a la víctima sobre hechos relevantes, para que adopte una decisión patrimonial aparentemente libre, pero que en realidad está afectada por un error" definió la acusación de la fiscal Alejandra Mángano.

Por este caso de marketing engañoso, la Justicia consideró a los inversores como damnificados: se generó "solidez sobre la percepción del giro económico de

la empresa, logrando así obtener de parte de ellos una disposiciónpatrimonial bajo el falaz compromiso, construido de la maneradescripta, de su restitución con importantes intereses".

Así se entregaron sumas de dinero que en conjunto se tornaron millonarias. El aparato de marketing "generó un error en los inversores (hoy devenidos en víctimas) acerca de la solvencia del grupo".

Pero en cierto momento este marketing publicitario se convirtió en parte del delito cometido: "fue acompañado directamente por mentiras".

Por ello las víctimas "no disponían de elementos suficientes para tomar una decisión libre. Violaron los estándares sociales en materia comercial por medio de maniobras de engaño".

Es por todo ello que, a la hora de acusar, la fiscalía pidió enjuiciar a todos los acusados por estafa "agravada", a raíz del uso de mecanismos de difusión masivos como  internet para llegar al público en general a la hora de sumar inversores al "esquema fraudulento" que se montó.

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