Existen diversos institutos de propiedad industrial que se pueden distinguir para proteger una actividad inventiva, entre los cuales se encuentran las patentes.

Una patente de invención es un derecho que otorga el Estado a un inventor, a cambio de que el inventor brinde el fruto de su investigación a la sociedad. Entonces, la patente va a brindar protección en tanto y en cuanto la sociedad se beneficie.

Es un título de propiedad cuya función es proteger las invenciones por un periodo de tiempo mediante la exclusión de terceros (investigadores o imitadores) que intenten hacer uso de esa idea sin su autorización.

La patente otorga un monopolio con exclusividad sobre la explotación industrial y comercial del invento, es decir, tanto para la fabricación como para la venta.

También ofrece la protección más fuerte de la propiedad industrial, debido a que protege la idea que está detrás del invento o tecnología (y no la expresión, como es el caso del derecho de autor).

Lo que protegen las patentes son las invenciones, siendo una invención toda creación humana que permita la transformación de materia o energía para su aprovechamiento por las personas.

La patente otorga un monopolio con exclusividad sobre la explotación industrial y comercial del invento

Patentes e invenciones

Toda invención parte del estado de la técnica (lo conocido), detecta una cuestión o problema a resolver y propone una solución técnica para el problema, valiéndose de elementos conocidos que, combinados de una manera especial, dan origen a un nuevo objeto desconocido hasta ese momento.

La invención implica la creación intelectual de una solución a un problema, y que no todo invento es patentable, sino solo aquellos que reúnan determinados requisitos legales, los cuales son: novedad absoluta, actividad inventiva y aplicación industrial.

El requisito de la novedad absoluta hace referencia a la novedad mundial, teniéndose en cuenta toda aquella invención que no se encuentre en el estado de la técnica, es decir que sea nueva o no conocida, un verdadero aporte a la innovación.

El estado de la técnica es el conjunto de conocimientos técnicos que se han hecho públicos en el país como en el resto del mundo antes de la fecha de presentación de la solicitud, mediante la descripción oral o escrita, la explotación del invento o cualquier otro medio de difusión o información.

Sin embargo, hay excepciones; hay casos en los cuales se pierde la novedad absoluta y sin embargo se permite seguir con el trámite de patentamiento.

La divulgación científica de una invención no afectará su novedad cuando dentro de un año previo a la fecha de solicitud el inventor haya dado a conocer la invención por cualquier medio de comunicación o la haya exhibido en una exposición nacional o internacional.

Al presentar la solicitud deberá incluir la documentación comprobatoria.

En el requisito de la actividad inventiva juegan un rol muy importante los expertos del INPI, quienes van a intentar llegar a ver cómo se desarrolló el invento. A esto se le llama la regla de la obviedad, la cual significa que cuando el proceso creativo o sus resultados no se deduzcan del estado de la técnica en forma evidente para una persona versada en la materia técnica, entonces el invento tendrá actividad inventiva, debiendo haber cierto merito, esfuerzo o altura inventiva.

Es decir, debe innovar en un sentido categórico y sustancial, es decir, ser una contribución relevante al estado de la técnica, porque, de lo contrario, es decir, de ser una mera combinación de elementos conocidos con resultado predecible, será una simple invención.

El requisito de la aplicación industrial hace referencia a que la invención debe ser aplicada o fabricada en serie o a escala industrial. Este requisito funciona como límite o filtro para las teorías abstractas, las ideas impracticables, los métodos matemáticos o la simple presentación de la información.