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El e-commerce cambia la forma en que se resuelven conflictos

La tendencia es que las empresas autorregulen mecanismos de solución de controversias. El arbitraje aparece como método preferido
18/12/2006 - 14:01hs
El e-commerce cambia la forma en que se resuelven conflictos

En la segunda Edad Media, el derecho comercial nace como una disciplina especial exigida por los avances tecnológicos que impulsaron el comercio entre las ciudades del mediterráneo. La realidad comercial era tan especí­fica que requerí­a de jueces y normas especiales para resolver las controversias.

Hoy, el mismo proceso puede verse en el comercio electrónico, dónde la tendencia mundial es recurrir a métodos especí­ficos de resolución de conflictos y normas especiales que nacen de iniciativas de autorregulación de las empresas.

En ese sentido, la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) estableció un Centro de Arbitraje y Mediación que busca resolver las controversias que surgen del comercio que se da en la red. Además, es partner institucional del Instituto Latinoamericano de Comercio Electrónico, que creo un sistema voluntario para generar confianza en el comercio electrónico entre los consumidores.

Según los últimos datos dados a conocer por la Cámara, en 2006 los negocios a través de Internet crecieron por cuarto año consecutivo a tasas superiores al 100% y cinco millones de argentinos se animaron a comprar algún producto o servicio a través de la red.

Sin embargo, el número de compradores es casi la mitad de quienes consultan en Internet antes de realizar una operación. Y eso se debe a que todaví­a persiste entre muchos consumidores la desconfianza a las transacciones realizadas a través de Internet.

"Sin dudas la confianza es la única barrera entre una oferta y un click en el botón comprar", señaló Gastón Bercun, presidente del Instituto Latinoamericano eConfianza.

Para dejar atrás esa realidad, eConfianza creó un sistema por el cual las empresas que se adhieran a él adoptan una serie de prácticas comerciales comunes.

Además, la CACE creo un centro de mediación y arbitraje para resolver las controversias especí­ficas que surgen del comercio electrónico. "El principal desafí­o es lograr la confianza en este nuevo canal de comercialización de productos y servicios", aseguró Marcos Pueyrredón, presidente de la CACE. En España, dónde el comercio electrónico está más desarrollado de la mano de una mayor penetración tecnológica, la organización "Confianza Online" tiene un sistema similar.

El mecanismo de arbitraje creado por esa institución resolvió el 90% de las controversias originadas en el comercio virtual: sólo un 10% de ellas llegó a los estrados judiciales.

Resolviendo conflictosUna de las preguntas que se hacen los consumidores es quién se hace responsable en caso de que surjan problemas en la transacción. "Es importante transmitir que en Internet rigen las mismas normas que en el comercio real", explicó Bercun.

Pero dadas las peculiaridades que ofrece la tecnologí­a a los contratos que se celebran por la Red, muchos de los conflictos propios del comercio electrónico se resuelven mejor por ví­as especí­ficas y a través de iniciativas de autorregulación que surgen desde las propias empresas.

En ese sentido, el Centro de la Cace adoptó las reglas de la Uncitral sobre arbitraje, y el objetivo principal es que os conflictos generados en el comercio electrónico eviten la ví­a judicial.

Según la Cámara, a través de estos métodos alternativos de resolución de disputas se obtiene una solución "en menos tiempo" y "a un costo menor" que el que ofrecen las clásicas estructuras judiciales. Las ventajas que ofrece el arbitraje son la mayor celeridad del procedimiento y el expertise de los árbitros.

"Es necesario que las partes interesadas puedan encontrar un espacio con profesionales especializados en el comercio y los negocios electrónicos", señalaron desde la Cace. "Así­ se les dan respuestas más adecuadas a sus requerimientos", agregaron.

En tanto, dado que adoptan las reglas de la Uncitral –la comisión de las Naciones Unidas dedicada a la reglamentación del comercio internacional-, el procedimiento es bastante similar a cualquier arbitraje, con laudos irrecurribles y tribunales ad hoc especializados.

Esta tendencia a la autorregulación tiene dos aspectos fundamentales además del establecimiento de mecanismos de resolución de controversias. Ellos son la creación de "sellos de confianza" que verifiquen la pertenencia de un determinado sitio web a un sistema unificado de prácticas comerciales y la confección de reglas de "buenas prácticas" que deben cumplir las empresas asociadas.

Los "sellos de confianza" permiten a los consumidores saber que una determinada empresa se atiene a las reglas creadas por la organización que los nuclea. En el caso de Argentina, la Cace adoptó el marco de eConfianza; en España, la iniciativa la impulsó "Confianza Online".

Esta cuenta con más de 250 empresas adheridas, entre las que se destacan los bancos BBVA y el Santander, Carrefour, la Caja de Madrid, Danone, Chevrolet España y el laboratorio Pfizer, entre otras.

"Si bien es cierto que el comprar por Internet es seguro, deben tomarse recaudos", explicó Bercún. "El Sello eConfianza disminuye los recaudos a uno solo: el verificar que la página esté certificada", agregó.

Es que el Instituto se encarga de controlar las medidas de seguridad y el cumplimiento de la normativa por parte de las empresas y las organizaciones adheridas. Autorregulación, reglas especiales y tribunales especializados. Otra vez, los cambios en el comercio producen cambios en la forma en que se resuelven los conflictos mercantiles. Igual que en la Edad Media.

Ramiro Alvarez Ugarte[email protected]