Ciudadanía italiana, en peligro para muchos argentinos: el decreto que aprobó el Senado
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El Senado de Italia dio un paso a favor del gobierno de Giorgia Meloni, pero en contra de los extranjeros descendientes de italianos que quieren obtener la ciudadanía del país europeo.
Acaba de aprobar el decreto preparado por el oficialismo con el que se modifica el proceso de reconocimiento de la ciudadanía italiana. Se espera que la semana próxima pase por la Cámara de Diputados, en donde se dará la aprobación definitiva.
Sobre esta determinación del Senado, el canciller italiano, Antonio Tajani, calificó a este decreto como "una medida que pretende devolver la dignidad y el sentido a un derecho que debe basarse en un vínculo auténtico con Italia, no solo burocrático, sino también cultural, cívico e identitario".
Ciudadanía italiana: cuál es el cambio que limitará el acceso de obtenerla
El decreto de ciudadanía limita el "ius sanguinis" -derecho por sangre- únicamente a hijos y nietos, restringiendo las posibilidades actuales de la ley.
Hasta este momento, una ley de 1992 permitía que, por "ius sanguinis" pudieran conseguir el pasaporte italiano los descendientes de tercera o cuarta generación de italianos, es decir, con un tatarabuelo.
A partir de ahora, solo podrán obtenerlo quienes tengan padres o abuelos italianos. De esta manera, solo los descendientes de primera o segunda generación tendrán acceso a obtener la ciudadanía italiana en forma automática.
El texto inicial emitido por el Ejecutivo establecía un límite generacional para la transmisión de la ciudadanía por derecho de sangre, estableciendo que solo podían solicitar la ciudadanía aquellos que tuvieran a uno de sus padres o abuelos nacidos en Italia.
Una enmienda aprobada por la Comisión de Constitución del Senado eliminó la mención del lugar de nacimiento del antepasado, aunque impuso otro requisito considerado prohibitivo por muchos descendientes de italianos: la ciudadanía solo puede ser reconocida a quien tenga un antepasado de primer grado (padre o madre) o de segundo grado (abuelo o abuela) que tenga o tuviera al momento de la muerte, exclusivamente ciudadanía italiana.
Para la implementación de la nueva norma, el decreto estableció que se avanzará en dos fases. En la primera etapa, los descendientes de italianos nacidos en el extranjero serán ciudadanos automáticamente solo durante dos generaciones: únicamente quien tenga al menos un padre o un abuelo nacido en Italia será ciudadano desde el nacimiento.
En la segunda fase se impondrá a los ciudadanos nacidos y a los residentes en el extranjero la obligación de mantener vínculos reales con Italia a lo largo del tiempo, ejerciendo al menos una vez cada 25 años los derechos y deberes de un ciudadano italiano.
Por qué el Gobierno de Italia decidió tomar esta drástica medida
El motivo clave por el que se tomó esta decisión es porque en las últimas décadas, en aquellos países que tradicionalmente cuentan con mucha inmigración italiana, como la Argentina o Brasil, se multiplicó la cantidad de pedidos de ciudadanía una multiplicación de italianos residentes allí que no hablan el idioma ni conocen la historia de la península, así como a abusos de todo tipo. Entre ellos, grandes negocios para agilizar trámites para la obtención del pasaporte italiano a decenas de futbolistas famosos.
Según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano, por ejemplo, en Argentina, que tiene la mayor comunidad de inmigrantes italianos, 20.000 descendientes obtuvieron la nacionalidad italiana en 2023 en virtud del derecho de sangre, mientras que en 2024 lo hicieron 30.000.
Otro caso que dieron de ejemplo fue Brasil, en donde también hay una gran colectividad italiana. Allí, 14.000 personas obtuvieron la nacionalidad en 2022 y 20.000 en 2024.
De esta manera, con la ley que estaba en vigor hasta este viernes, entre 60 y 80 millones de personas en el mundo podían reclamar la nacionalidad italiana, según cálculos del ministerio.
"A partir de la medianoche ya no se podrá pedir la ciudadanía con las viejas reglas, sino solo si se tienen hasta a abuelos italianos", Antonio Tajani, impulsor de la reforma.
Y aclaró que "se establecerán límites precisos, especialmente para evitar los abusos o la ‘comercialización’ de los pasaportes italianos".