¿Cómo impacta la burocracia digital en la operatoria de las empresas?
El crecimiento desmedido de resoluciones, medidas y trámites que le son impuestos a las empresas, notoriamente afectan su desenvolvimiento en su operatoria comercial diaria.
En lugar de agilizar trámites, se multiplicaron pasos, plataformas y requisitos que, en la práctica, entorpecen el día a día de quienes intentan producir, comercializar o simplemente mantenerse en regla.
Durante años, el discurso prometió que la incorporación de herramientas digitales serviría para acelerar gestiones, eliminar papeles innecesarios y facilitar la vida administrativa de las sociedades comerciales. Sin embargo, la realidad muestra otra cara: la proliferación de organismos, cada uno con su propio sistema, plataforma y requisitos, terminó complejizando aún más el panorama.
Hoy, muchas empresas se ven obligadas a registrarse en múltiples portales, crear domicilios electrónicos, enviar documentación por correo electrónico y adaptarse a procedimientos que varían según el ente regulador. Esto, lejos de representar una solución, refuerza una lógica burocrática que ya era pesada en formato papel, y que ahora también lo es en versión digital.
Paradójicamente, la digitalización no redujo la burocracia: solo cambió su formato. Y esto tiene un impacto directo en la economía. Cada minuto que una empresa destina a cumplir con estos procesos es tiempo y recursos que deja de invertir en crecer, generar empleo o innovar.
La pregunta es inevitable: ¿no deberían simplificarse los trámites en lugar de multiplicarse? Aunque la respuesta parece obvia, los criterios con los que se diseñan los sistemas distan mucho de esa lógica.
El desafío es claro: encontrar un equilibrio entre el necesario control del Estado y la necesidad de agilidad que demandan las empresas para desenvolverse en un entorno jurídico y económico cada vez más cambiante.