Cuota alimentaria 2025: cuánto tenés que pagar según tus ingresos y la edad de tu hijo

La cuota alimentaria sigue siendo uno de los temas más sensibles dentro del ámbito familiar, judicial y económico en nuestro país. Cada año, cientos de consultas llegan a los tribunales para determinar cuánto corresponde pagar por hijo y cómo calcular un monto justo que garantice su bienestar.

En octubre de 2025, la discusión sobre el valor de los alimentos vuelve a cobrar relevancia, impulsada por el aumento sostenido del costo de vida y la actualización de la canasta de crianza que publica mensualmente el INDEC.

Pero, ¿cuánto debe pagar realmente el progenitor? ¿Cómo se determina esa cifra y qué factores influyen en la decisión judicial?

¿Cómo se calcula la cuota alimentaria en Argentina?

El punto de partida siempre es el mismo, los ingresos del progenitor que debe abonar la cuota. En general, los jueces fijan el monto como un porcentaje del salario neto, que suele oscilar entre el 20 % y el 30 % por cada hijo. Sin embargo, no existe un tope legal.

Esto significa que el porcentaje puede variar según la cantidad de hijos, las necesidades específicas del menor y, sobre todo, la capacidad económica del responsable. En muchos casos, las partes acuerdan una actualización automática del monto para evitar que la inflación lo desactualice rápidamente.

Además del ingreso, el juez evalúa otros factores:

• Gastos de salud y educación;
• Vivienda y transporte;
• Actividades recreativas y culturales;
• Condiciones de vida previas a la separación.

La idea es que el menor mantenga un nivel de vida similar al que tenía antes del conflicto familiar. Por eso, la cuota alimentaria no es un "extra" ni una ayuda, sino una obligación legal que busca garantizar el desarrollo integral del niño o adolescente.

¿Cuánto cuesta criar a un hijo en Argentina según el INDEC?

El dato más concreto para calcular la cuota alimentaria surge del valor de la canasta de crianza, un indicador oficial que estima el costo mensual necesario para cubrir las necesidades básicas de cada etapa de crecimiento.

En agosto de 2025, el INDEC publicó las siguientes cifras:

• Menores de 1 año: $432.161
• Entre 1 y 3 años: $513.406
• Entre 4 y 5 años: $430.996
• Entre 6 y 12 años: $542.183

En promedio, el costo de criar a un hijo se incrementó más del 18 % interanual, impulsado principalmente por la suba en servicios básicos y el aumento salarial de las trabajadoras de casas particulares, categoría utilizada para calcular el tiempo de cuidado.

Este valor no implica que la cuota deba cubrir la totalidad de esos montos, pero sirve como referencia judicial y social para determinar cuánto representa mantener a un menor de edad en condiciones adecuadas.

¿Qué incluye la canasta de crianza y cómo impacta en la cuota alimentaria?

La canasta de crianza no solo contempla alimentos y productos básicos. Según el documento elaborado por el Ministerio de Economía y UNICEF, abarca dos dimensiones complementarias:

• Bienes y servicios esenciales: alimentación, vivienda, salud, educación, vestimenta, transporte y esparcimiento;
• Tiempo de cuidado: las horas que un adulto dedica al acompañamiento, supervisión y atención del menor, valuadas según el salario de una trabajadora de casas particulares.

Esto último es clave, ya que el tiempo de cuidado tiene un valor económico real. En muchos casos, el progenitor que convive con el hijo asume esas tareas, lo que debe considerarse dentro del cálculo total de la cuota alimentaria.

El objetivo de este indicador es ofrecer un parámetro objetivo que permita evitar conflictos y desigualdades entre las partes. De esta forma, se busca garantizar que el niño o adolescente reciba los recursos necesarios para su desarrollo físico, emocional y educativo.

¿Hasta qué edad se paga la cuota alimentaria?

La legislación argentina establece distintos límites según la situación del hijo o hija beneficiaria:

• Hasta los 21 años: en todos los casos, sin excepción;
• Hasta los 25 años: si continúa estudiando y no cuenta con ingresos propios;
• Sin límite de edad: cuando existe una discapacidad que impide la autosuficiencia económica.

Es importante destacar que, aunque el hijo cumpla la mayoría de edad, puede reclamar directamente el pago de la cuota alimentaria si aún depende económicamente del progenitor.

En todos los casos, el monto debe mantener coherencia con la capacidad del obligado y puede ajustarse judicialmente si cambian sus ingresos o las necesidades del menor. Esto significa que tanto el aumento de sueldo como la pérdida de empleo pueden modificar el valor de la cuota, siempre con la debida notificación al juzgado.

¿Qué pasa si no se paga la cuota alimentaria?

El incumplimiento de la cuota alimentaria puede generar serias consecuencias legales. Entre las sanciones más frecuentes se encuentran:

• Embargo del salario o de cuentas bancarias;
• Prohibición de salir del país;
• Suspensión del registro de conducir;
• Inclusión en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos;
• Arresto domiciliario, en casos de reiterado incumplimiento o desobediencia judicial.

Estas medidas buscan presionar al deudor para que cumpla con su obligación y evitar que el menor quede desprotegido. En algunos distritos, además, figurar en el registro de deudores alimentarios puede impedir tramitar créditos, inscribirse como proveedor del Estado o renovar determinados documentos.

¿Cómo acordar la cuota alimentaria sin llegar a juicio?

Si bien muchas veces la intervención judicial es inevitable, la negociación entre las partes puede simplificar el proceso. Lo ideal es llegar a un acuerdo escrito, con asesoramiento legal, que contemple:

• El monto mensual a abonar;
• La fecha y forma de pago;
• La actualización por inflación o cambios de ingreso;
• La cobertura de gastos extraordinarios (salud, educación, recreación).

Este acuerdo puede homologarse judicialmente para darle validez legal. De esa manera, si alguna de las partes incumple, el otro progenitor puede solicitar la ejecución inmediata del pago.

Evitar los conflictos judiciales no solo reduce costos, sino que también favorece el bienestar emocional de los hijos, que muchas veces quedan en el medio de las disputas económicas.