Vuelos al sur y valijas en la causa Cuadernos: la confesión de exsecretario de Cristina que no será leída en el juicio

La declaración que Fabián Gutiérrez brindó como imputado colaborador en la causa de los Cuadernos de la Corrupción nunca llegará a leerse en el juicio oral. Su muerte en 2020 interrumpió cualquier avance procesal en su contra, pero su testimonio -centrado en vuelos al sur, valijas selladas y maniobras atribuidas a funcionarios del kirchnerismo- permanece registrado en el expediente que se tramita en Comodoro Py.

El ex secretario de Cristina Fernández de Kirchner había quedado envuelto en la investigación por presunto encubrimiento y participación en el circuito de recaudación ilegal que, según la Justicia, manejaban Néstor y Cristina Kirchner a través de colaboradores de extrema confianza. El fiscal Carlos Stornelli lo describió como un engranaje clave para "asegurar el dinero ilícito" generado por ese sistema.

Exsecretario de Cristina en la lista de arrepentidos

Gutiérrez se había sumado a la lista de arrepentidos en la causa, igual que José López, ex secretario de Obras Públicas, cuyas confesiones no solo apuntaron al rol de Gutiérrez sino también a la expresidenta. López sostuvo que parte de la recaudación provenía de él y, en consecuencia, de Cristina Fernández. Su testimonio volvió a cobrar relevancia tras su ya célebre intento de ocultar bolsos en un convento de General Rodríguez.

Pero la escena cambió abruptamente en julio de 2020, cuando el cuerpo de Gutiérrez apareció enterrado y con signos de tortura en El Calafate. En pleno aislamiento por la pandemia de COVID-19, el crimen alimentó rumores de un posible móvil político. Sin embargo, la Justicia provincial determinó que se trató de un homicidio común: tres jóvenes fueron condenados a prisión perpetua en 2024 y uno de ellos declaró que lo asesinaron para robarle durante un encuentro sexual. La hipótesis de un "silenciamiento" quedó descartada.

Los detalles que aportó el exsecretario de Cristina antes de morir

Antes de morir, el ex funcionario había aportado detalles sobre traslados de dinero hacia Santa Cruz durante la presidencia de Néstor Kirchner. Su relato incluía frecuentes vuelos al sur y valijas con candado manipuladas únicamente por Daniel Muñoz, el histórico secretario de Kirchner fallecido en 2016. Gutiérrez describió operativos reservados, reuniones privadas y retiros del personal cada vez que Muñoz aparecía en escena.

En su declaración del 28 de septiembre de 2018, aseguró que Muñoz viajaba con equipaje sellado y que, tras el arribo de los Kirchner, se dirigía inmediatamente a la residencia. El personal debía retirarse una hora para permitir maniobras que, aunque Gutiérrez dijo no haber presenciado directamente, eran motivo de comentarios internos.

"Daniel Muñoz, la mayor parte de los viajes, llevaba valijas con candado, era el único que las tocaba, y se ubicaba con las mismas en la parte trasera del avión… Lo hacía de manera reservada. Yo no vi el contenido de esas valijas, pero se comentaba. Cuando los Kirchner llegaban de un vuelo nos dirigíamos a la casa y al poco tiempo aparecía Muñoz", había declarado el 28 de septiembre de 2018.

También mencionó a otros funcionarios cercanos al poder. Aseguró haber visto a José López llegar con bolsos y a Ricardo Jaime con mochilas, en visitas frecuentes a Néstor Kirchner. Según su versión, Muñoz se retiraba luego con aquello que ellos habían llevado. 

Gutiérrez incluso relató un encuentro en 2016, poco antes de la muerte de Muñoz, en un hotel porteño. Allí, dijo, le pidieron ayuda para reubicar una suma de dinero cuyo origen no se especificó, pero que él asoció posteriormente a los bolsos del convento. Explicó que recibió tres bolsos durante la noche del 13 de junio y que, nervioso, los cargó junto con un arma antes de dirigirse a General Rodríguez.

La trama tecnológica también aparece en el expediente. Al momento de su detención, López llevaba un iPhone 6 en el que figuraban contactos de peso: Julio De Vido, Daniel Muñoz y el propio Gutiérrez. Cuando la Policía Federal arrestó a Gutiérrez, intentó peritar su teléfono, pero solo logró recuperar la información de la tarjeta SIM; el contenido del dispositivo quedó inaccesible. Aunque inicialmente se negó a declarar, más tarde decidió convertirse en arrepentido.

Hoy, su voz no podrá oírse en el juicio, pero su relato sigue funcionando como una pieza clave en la reconstrucción judicial del esquema de poder y recaudación que investiga la causa Cuadernos.