Salarios 2012: el pedido de "moderación" tambalea y los ejecutivos no se quieren quedar atrás con las subas
Si bien la Presidenta está decidida a que en 2012 no haya situaciones que exacerben la inflación y, cada vez que puede, pide "moderación y responsabilidad" de cara a las próximas negociaciones salariales, los dirigentes sindicales, en más de una oportunidad, han dejado en claro que las discusiones "no tendrán un techo", tal como pretende el Gobierno, del 18 por ciento.
Con el transcurso de los días y el cruce de discursos, la situación está pasando de "castaño a oscuro" y todo lleva a pensar que, en los meses que se avecinan, la mesura no se sentará en la mesa en la que se cerrarán los ajustes de sueldos para la gran masa de empleados protegidos por los paraguas sindicales.
De hecho, tras su ausencia en la reasunción de Cristina Kirchner, el titular de la CGT, Hugo Moyano, apareció en escena para dejar en claro que, a la hora de discutir salarios, la inflación que vale es la del "supermercado".
Y este último jueves cayó la gota que faltaba para rebasar el vaso: el discurso del líder camionero en la cancha de Huracán, que marcó una clara ruptura con el kirchnerismo. (Ver nota: Moyano pisa el acelerador a fondo contra el Gobierno, va por salarios y dice: "El 54% de los votos también es mío").
Los trabajadores sindicalizados siguen cada episodio de la "saga". Pero no son los únicos: los ejecutivos y profesionales de las empresas tampoco se los pierden.
Saben que el porcentaje de incremento salarial que en las próximas paritarias logren los gremios para sus convencionados determinará, en gran medida, el aumento final que ellos perciban, la medida de "moderación" que las mejoras conlleven y la profundización -o no- del fenómeno del "solapamiento".
Desde la vereda de enfrente y como parte del armado de sus presupuestos para el 2012, las compañías ya fijaron el "piso" y el "techo" que destinarán a sus posiciones fuera de convenio. Es decir, para los analistas, jefes, supervisores, gerentes y directores que, a la hora de negociar incrementos y condiciones laborales, carecen de representación gremial.
En un escenario de menor crecimiento económico, desaceleración de la actividad industrial y con proyecciones privadas de inflación del orden del 23%, hasta hace apenas unas semanas el grueso de los analistas coincidía en que el 2012 no debería presentarse como un año particularmente agitado en materia de negociaciones salariales.
Sin embargo, el reciente enfrentamiento entre el líder de la CGT y el Gobierno puede dar un vuelco de 180 grados en el escenario que se avecina.
Los ajustes, en detalle
A lo largo del 2011, el 100% de las compañías encuestadas por la consultora HuCap realizó ajustes salariales. Las recomposiciones, para el personal fuera de convenio, estuvieron en línea con la inflación, dado que fueron del 25% en promedio.
Así, tras los movimientos de este año, las remuneraciones que hoy paga el mercado para las distintas posiciones se ubican en:

Del relevamiento, que incluyó unas 106 compañías de primera línea, se desprende que:
- Al menos hasta el momento, los incrementos que proyectan en sus presupuestos estarán entre el 20 y el 25%, siendo en promedio del 22,8 por ciento.
- Aspiran a disminuir el techo en unos 5 puntos porcentuales en relación al nivel del 2011, que fue del orden del 30 por ciento.
Además, el documento al que accedió iProfesional.com detalla que:
- Siete de cada diez empresas otorgarán incrementos salariales en la franja que va del 20 al 25%.
- Una de cada cuatro firmas ofrecerá una suba que irá del 10 al 19%.
- Sólo un 3% de las compañías prevé otorgar alzas de entre el 26 y 30 por ciento.

Meses "felices"
Según los datos de HuCap, una vez más en 2012 el sector privado repetirá la tendencia de aplicar una pauta anual escalonada en dos momentos diferentes del año.
Así, 8 de cada 10 compañías otorgarán el grueso de los aumentos entre marzo y abril y se guardarán algunos puntos para reforzar los ajustes durante el segundo semestre, según la evolución de la inflación.
Más allá de los esfuerzos que haga el Gobierno para contener los precios, a la hora de evaluar los principales criterios por los cuales se decidirán los incrementos, los gerentes ya anticipan que el aumento del costo de vida se llevará el primer puesto del podio, dejando poco espacio para dar reconocimientos monetarios en base al mérito o a los resultados del negocio, tal como se puede apreciar en la siguiente infografía:

Costos laborales, la mayor preocupación
El informe señala que, en los meses venideros, el incremento de los costos laborales marcará la agenda tanto de los gerentes generales como de los responsables de las áreas de Recursos Humanos.
En este contexto y tras la ruptura Gobierno-CGT, uno de los grandes signos de incertidumbre es si, finalmente, los valores salariales del personal dentro de convenio se ajustarán según porcentajes acordes a un contexto de crecimiento que será más moderado que en 2011 o, por el contrario, se exacerbarán y, de ser así, en qué medida.
"Preocupa el aumento de los costos laborales en dólares en determinadas industrias. En particular, en aquellas que se desempeñan en sectores que dependen fuertemente de sus exportaciones", destacó Miguel Terlizzi, responsable de la consultora que elaboró el estudio.
Según su visión, "estamos en un contexto en que dichos costos ya superan a los de Brasil, siendo éste uno de los principales puntos en cuanto a la importancia de la razonabilidad y peligrosidad en la negociación salarial" del año que se avecina.
"Y si bien las discusiones paritarias tienen su proceso de negociación fuerte en lo que va de marzo a septiembre, muchas ya comenzaron, en la conocida ´previa´, con anticipos y bonos de fin de año, que sientan una base como antecedente para lo que efectivamente luego se reclame. Por ejemplo, pedidos de ´bonus´, que representan un incremento de entre el 100 y 150% en relación al año anterior", enfatizan desde HuCap.
Sin ir más lejos, hace apenas unas semanas los empleados agrupados en el gremio de SMATA acordaron el pago de un bono especial para fin de año de $6.500 para el personal de las terminales automotrices y de alrededor de $4.000 en el caso de los empleados de las autopartistas.
El sábado, el secretario general de la Unión Obrera Textil, Jorge Lobais, afirmó que su gremio está muy cerca de cerrar un acuerdo de mejora salarial para el primer semestre del año que rondaría entre el 26 y el 28 por ciento.
Es en este escenario en el que ahora llega el turno de los bancarios, una rama clave de actividad, que nuclea a unos 60.000 empleados.
El actual convenio rige hasta el 31 de diciembre y los próximos días comenzarán los contactos iniciales, tal como adelantaron fuentes sindicales a iProfesional.com.
Destacaron que apuntan a repetir un acuerdo similar al de este año. Es decir, un aumento del 29% -a partir de mayo- y una suma puente de $1.000 para el primer trimestre.
La misma postura mantienen los aceiteros, quienes ya elevaron un pedido a las cámaras del sector previendo que su acuerdo vence el 31 de diciembre. Tomando como referencia las estadísticas provinciales, el gremio busca replicar el último incremento salarial del 26 por ciento.
Como si fuese poco, solicita que el sueldo mínimo pase de $5.000 a $6.300. Además, reclaman una gratificación especial en base a la productividad y a la rentabilidad.
Qué harán las empresas para "atacar" al solapamiento
Si la moderación salarial que impulsa el Gobierno no se hace realidad y, por el contrario, los gremios consiguen incrementos superiores al 18-20%, las empresas, además de ver incrementados sus costos laborales y sus niveles de competitividad, deberán convivir con la agudización del "solapamiento salarial".
La criticidad de este fenómeno radica en que se han multiplicado las situaciones en las que muchos subordinados pasaron a ganar más que sus jefes. O casos de empleados de menor responsabilidad que perciben remuneraciones superiores a los niveles de mayor responsabilidad y que ocupan posiciones de más alta jerarquía en la compañía.
Desde HuCap, Terlizzi hizo hincapié en que si bien en el 2011 muchas de las organizaciones aplicaron "cláusulas gatillo" - es decir, dieron el mismo porcentaje logrado por el personal convencionado a sus fuera de convenio-, producto de los desfasajes de años anteriores, todavía existe un importante efecto "arrastre", con el consecuente malestar, descontento y desmotivación que la situación genera a ejecutivos y profesionales.
De hecho, si bien el porcentaje viene disminuyendo respecto a años anteriores (en noviembre de 2010 la medición daba 82%) aún el 68% de las empresas encuestadas reconoció tener problemas de solapamiento. En particular, en la franja comprendida por el personal fuera de convenio y la primera línea de supervisión.
De cara al año que está por comenzar, el 96% de las compañías que manifestaron tener problemas de superposición planea avanzar en correcciones.
De acuerdo a los datos de HuCap:
- Seis de cada diez empresas tomarán como medida correctiva el "dar un aumento selectivo".
- Dos de cada diez, darán los mismos incrementos al personal convencionado y no convencionado.
- Una de cada diez buscará acortar la brecha.
- Y una de cada diez no hará ninguna acción en el corto plazo o, a lo sumo, mejorará el paquete de beneficios.
En esta línea y ante semejante escenario, Terlizzi subrayó que "las áreas de Recursos Humanos deberán prestarle mucha atención al personal fuera de convenio, para revalidar o ajustar las políticas y prácticas de atracción, retención y motivación de los mismos".
De hecho, como consecuencia del malestar que sienten los jefes, supervisores y profesionales, de las 3.000 nuevas solicitudes de personería gremial que en la actualidad hay presentadas ante el Ministerio de Trabajo, unas 600 corresponden a personal no sindicalizado. Un dato que, según los expertos en temas de conflictividad laboral, ni empresarios ni responsables de RRHH, deberían pasar por alto.