Un nuevo suicidio de un trabajador sacude a la empresa France Télécom

En los últimos años la calma había vuelto a los pasillos de France Télécom. Tras la oleada de suicidios que le dio más visibilidad de la deseada en 2009, la operadora francesa había logrado mejorar su ambiente laboral y reducir su tasa de muertes voluntarias, gracias en parte a la estrategia desarrollada por el nuevo presidente, Stéphane Richard.

Sin embargo, este lunes los fantasmas del pasado volvieron a amenazar el clima social todavía frágil de la empresa, tras el suicidio de uno de los 150 trabajadores de la oficina de Pau, en el suroeste del país.

El empleado, un responsable logístico de 41 años, trató de suicidarse en su casa y murió después de que los servicios de urgencia trataran en vano de reanimarlo, según la agencia AFP.

El asalariado había sido suspendido temporalmente de su empleo por sospechas de fraude, explicó una responsable del sindicato CFDT a la citada agencia.

Según la portavoz, el director de la agencia la había llamado para informarle de que el fallecido y otros compañeros estaban siendo objeto de una investigación por presuntas malas prácticas, que no detalló.

Varios responsables del sindicato habían hablado con el trabajador el pasado jueves con el objetivo de averiguar qué estaba ocurriendo y por qué el grupo estaba siendo investigado, pero el empleado sólo les contó que había sido interrogado por la empresa y no dio más detalles, relata un artículo publicado por el diario El Mundo.

La empresa no quiso dar tampoco más información "por respeto a la familia", mientras que el comité de higiene, seguridad y riesgos laborales puso a trabajar a un grupo de psicólogos para apoyar a los trabajadores "que están muy afectados".

Además, detalla El Mundo, inició una investigación interna para conocer las circunstancias del drama, según indicó un portavoz de la dirección.

En los últimos años había disminuido la cadencia de suicidios en el seno de la operadora, que en el pico álgido de lo que ellos denominan "crisis social" (2009) vivió 35 muertes voluntarias. El observatorio de suicidios eleva la cifra de fallecidos a 60 entre 2008 y 2010.

Tras la marcha del antiguo presidente, Didier Lombard, y la llegada de Stéphane Richard al cargo el ambiente mejoró en la empresa. Se puso en marcha el denominado "nuevo contrato social" 2009-2012, un plan antisuicidios con 158 medidas encaminadas a restablecer el clima laboral.

El programa preveía la contratación de 10.000 personas en tres años, la modernización de los sistemas informáticos anticuados "que entorpecían el trabajo" así como la formación de directivos y jefes, para educarlos en una gestión de recursos humanos menos agresiva que el que había impulsado Lombard entre 2005 y 2009.

Ahora el directivo está siendo investigado por la justicia en el caso de los suicidios producidos entre 2008 y 2009 (35), después de que los sindicatos denunciaran a la empresa y a sus responsables por acoso moral. Además de a Lombard, la justicia francesa también imputó el pasado mes de julio a la empresa en la causa.

Se trata de la primera vez que una empresa que cotiza en el CAC 40 es imputada por acoso. France Télécom rechaza haber puesto en marcha un sistema destinado a crear el sufrimiento a sus empleados y excusa estas muertes en el estrés laboral vivido tras el complejo proceso de reestructuración que vivió el grupo tras su privatización.

Los testimonios de muchos trabajadores y de los sindicatos de personal, dicen lo contrario. También los informes remitidos al juez por los inspectores médicos. Sí hablan de una estrategia impulsada desde la dirección para exprimir a la dotaciones y mejorar la productividad a toda costa, concluye El Mundo.