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Generación Y: en qué se diferencia la versión "femenina" de la "masculina"

Gloria Cassano dice que, al analizar las actitudes y características de los jóvenes profesionales, es importante distinguir entre hombres y mujeres
07/05/2013 - 19:03hs
Generación Y: en qué se diferencia la versión "femenina" de la "masculina"


A veces dudo de las generalizaciones referidas a la descripción de estilos de personalidad, de hombre y mujeres, de jóvenes y viejos porque siempre hay excepciones y si sólo tenemos en cuenta dichas generalizaciones se transforman en prejuicios: Los jóvenes son irresponsables, no les interesa el trabajo, quieren "calidad de vida personal" o bien "Los mayores de 45 tienen esquemas aprendidos, son poco flexibles, les cuestan los cambios".

Cada persona es una individualidad. Independiente de sexo, edad, religión... Aunque parezca una redundancia.

Pero si queremos señalar los aspectos destacados de la llamada Generación Y, también se hace necesario separar a hombres y mujeres.

La libertad por expresarse ha sido base de la educación que recibieron y en las damas este detalle se ve más, dado que la mujer ha ido, poco a poco, ocupando más lugares en el mundo laboral. Hoy casi no existen puestos que no puedan ocupar ellas y aparecen algunos que son netamente "femeninos".

La mujer de la Generación Y, está dispuesta a decir a todo "puedo". Si después decide que no le interesa lo dirá pero, en las entrevistas y en su trabajo asume sin inconvenientes todas las responsabilidades y funciones que le asignan, poniendo interés en aprender e investigar de qué se trata si no lo sabe.

El varón, en cambio, es más reticente para aceptar hacer tareas que desconoce. Se pone sus propios límites. Este motivo -entre otros- es el que produce una mayor aceleración de mujeres en las empresas.

El otro día, una profesional de esa edad, dijo: "Tengo una buena noticia" y alguien supuso enseguida: "Tenés novio", "No: mejor que eso, tengo un trabajo nuevo".

Esto les sucede a las mujeres. Toman su empleo como lo más importante. También hay hombres jóvenes que se orientan a eso pero es más común encontrar esta actitud en las mujeres. Ellas tienen, más que ellos, la prioridad profesional. Están dispuestas al esfuerzo porque consideran que el éxito profesional depende de si mismas y no de factores externos.

Lo que es muy importante es armar equipos múltiples, de todas las edades y de todos los sexos para que se complementen y cada uno brinde aportes y modalidades. Esto no sólo enriquece al grupo sino que le da a las organizaciones la posibilidad de aggiornarse en sus negocios y en la adaptación a los cambios.