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Cómo un país se volvió "locamente millonario" de la noche a la mañana

Tras una reducción masiva en el índice de pobreza, ahora uno de cada cinco indonesios pertenece a la clase media y hacen alarde de sus riquezas
17/12/2018 - 09:51hs
Cómo un país se volvió "locamente millonario" de la noche a la mañana

En Indonesia, el país con la mayor población musulmana del mundo, la clase media está creciendo rápidamente y esto está dando lugar a un curioso fenómeno: el surgimiento de los llamados indonesios "locamente millonarios".

En Yakarta, para celebrar que su niña cumplía 6 años, una familia había transformado un terreno en Menteng (la zona más cara de la ciudad) en un parque por el día.

"Guardias de seguridad nos escoltaron en lo que sería la entrada a otro mundo. El suelo estaba cubierto de césped de verdad, algo extremadamente raro en esta jungla de cemento. Había también árboles y un circuito de obstáculos para perros. En una esquina, un peluquero les daba baños y masajes a estos animales, traídos especialmente para el evento. En otra, había una marquesina con aire acondicionado donde los padres bebían café helado recién hecho, y, más tarde, vino", contó la periodista de la BBC, Rebecca Henschke.

La fiesta tuvo lugar en octubre, justo después de que Palu, en la isla de Sulawesi, fuera azotada por un terremoto y tsunami. El contraste resultaba surrealista.

Esta clase de fiestas se han vuelto la norma entre los niños de clase alta indonesia con los que ahora mis hijos van a la escuela.

Una familia contrató a una compañía de cine para reeditar el éxito de Hollywood "Escuadrón suicida", y poner a la cumpleañera como un personaje en las escenas más importantes Los niños vieron la película en una pantalla de cine en la sala de fiestas de un hotel de lujo.

En esa ocasión, Henschke regresaba de un viaje de trabajo en una remota provincia de Papúa, donde cubría la crisis de salud infantil: niños esmirriados de cerca de dos años se estaban muriendo por una epidemia de sarampión.Cuando se estrenó la película "Asiáticos locamente millonarios" en septiembre, muchos empezaron a tuitear historias de "indonesios locamente millonarios", sobre todo de los que vivían en Surabaya, la segunda ciudad más grande del país.

La etiqueta #crazyrichsurabayans (surabayanos locamente millonarios) se volvió tendencia en las redes sociales, después de que una maestra de una escuela de élite compartiera anécdotas sobre la familia de uno de sus alumnos.Es que muchos miembros de la creciente clase media alta en Indonesia -concentrada en el oeste del país- tienen una cantidad de dinero con la que sus padres jamás habrían soñado, y la mayoría cree que es normal, incluso fundamental, hacer alarde de sus riquezas.

Tras una reducción masiva del índice de pobreza en el país en las últimas dos décadas, uno de cada cinco indonesios ahora pertenece a la clase media, indica la BBC.

Indonesia está experimentando un auge de las materias primas. Está explotando sus vastos recursos naturales incluyendo la tala de sus bosques, la extracción de aceite de palma, carbón, oro y cobre.

Esto, combinado con un agresivo gasto interno, impuestos bajos y el hecho de que no se respeten demasiado las leyes laborales.

Contraste

Salimun es uno de los muchos que no entienden el sistema, pero que han logrado, de alguna manera, brindarle un futuro a sus hijos muy diferente al suyo.

Es barrendero, cobra el salario mínimo de u$s254 al mes para recoger la basura de las casas ricas de Menteng (montañas de plástico gigantes frente mansiones de estilo greco-romano, testigo del consumismo descontrolado).Él saca de la basura aquellas cosas que cree que pueden tener valor, las ordena y luego las vende.

Es un campesino de alma que transformó nuestra piscina en un estanque para peces, y el jardín en una plantación de bananas. Cuando limpié mi armario y saqué para regalar unas botas de tacón que ya no usaba, él las tomó y se las puso. Les quitó los tacones y estaba feliz con ellas.Todo lo que gana se lo envía a su familia en un pueblo de Java central, a donde va a verlos una vez al año, indicó Henschke.

El dinero que gana aprovechando la basura de los ricos ha permitido que sus hijos puedan terminar la escuela secundaria y ahora tengan un trabajo en una fábrica, donde hacen productos destinados a los gigantescos centros comerciales de Yakarta.

Puede que Salimun no sea "locamente millonario", pero la próxima generación ya ha abrazado el consumo.

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