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Síndrome de diciembre: el último mes del año suben 30% las consultas médicas por estrés

Los especialistas definen como "síndrome de diciembre" a la superposición de diversas clases de estrés, que llegan a su máxima expresión en esta época
20/12/2019 - 08:06hs
Síndrome de diciembre: el último mes del año suben 30% las consultas médicas por estrés

Los especialistas definen como "síndrome de diciembre" a la superposición de diversas clases de estrés, que llegan a su máxima expresión en esta época del año.

En diciembre, los estímulos estresantes se incrementan hasta el límite. Al desgaste sufrido durante el año, se le suman no solo las fiestas como Navidad y Año Nuevo, sino las épocas de exámenes para los estudiantes y los balances de fin de año para los trabajadores

Esto genera que las consultas médicas por esta causa se incrementen un 30% en diciembre, según indicó Télam. La Sociedad Argentina de Medicina del Estrés asegura que esta situación es un estado de tensión física o emocional provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal o por conflictos de índole afectivo. 

En diciembre las Fiestas de Fin de Año, por caso, pueden potenciar una situación emocional por duelo de un ser querido, a lo que se suma el estrés financiero extra de tener que hacer frente a la compra de regalos, y además los excesos de comidas y bebidas que pueden afectar al organismo. 

Algunos de los síntomas para detectar el "síndrome de diciembre" son el bruxismo, bajo nivel de energía, dolor de cabeza, malestar estomacal, zumbido en los oídos, pérdida del deseo sexual, extremidades frías o sudorosas, etc.

En algunos casos también la organización de los viajes por vacaciones suman factores de estrés a aquellos ya presentes en la vida de las personas.

Claudia Quiroga Daldi, de la Asociación Argentina de Counselors, asegura que son frecuentes las consultas por este tema: "Comparten distintos tipos de problemática, como el logro de acuerdos en la etapa previa, falta de disfrute motivado por diversas circunstancias, imposibilidad de desconectarse del todo de lo laboral o sensación de frustración en la etapa posterior, si se pudo viajar o dificultad para encontrar alternativas que resulten satisfactorias si la situación económica lo impide".

La especialista recomienda dejar de lado el "deber ser" o el "deber hacer" y "planificar las vacaciones desde nuestras prioridades y posibilidades, teniendo en cuenta motivaciones propias y no ajenas y permitirnos consensuar sólo si ello no implica renunciar a nuestros deseos".

"Las vacaciones no son un lujo, ni un capricho, sino una necesidad y como tal habría que experimentarlas, pero sin olvidar que como su definición lo indica, vacacionar es descansar, lo demás es secundario", sentenció.