En la actualidad, la inclusión es un concepto que domina las discusiones de los directores y desvela a los departamentos de Recursos Humanos. Y aunque mucho se hable sobre la importancia de tener equipos diversos, el mercado laboral aún se muestra lento y reticente a incorporar a las mujeres, y a reconocer la brecha salarial que persiste.

En su más reciente informe Desigualdades de género en la estructura laboral y social de la Argentina Urbana 2011/2021, la Universidad Católica Argentina (UCA) se adentra en la realidad laboral que viven las mujeres.

De esta investigación se desprende que las mujeres, especialmente de los niveles socioeconómicos bajo y muy bajo, son quienes están más expuestas a estar excluidas del mercado laboral. También hay brechas en la realización de trabajo doméstico intensivo no remunerado, donde se observa que es una actividad desarrollada por mujeres.

Mientras en 2011, el 68,4% de las mujeres del segmento socioeconómico medio alto tenía pleno empleo, en 2021 ese número creció hasta el 71,7%. En cambio, en el otro extremo, en el nivel muy bajo, ese porcentaje pasó de 15,8% una década atrás, a apenas rozar el 8,3% el año pasado. Incluso, el promedio total de la sociedad, marca una baja de 5,7% en el pleno empleo entre la población femenina.

Las mujeres de niveles socioeconómicos altos son las que más inclusión tienen

Inclusión versus exclusión laboral de las mujeres

Si se analiza cómo se desarrolla la exclusión laboral, en cada nivel socioeconómico se observa que son las mujeres quienes se encuentran más alejadas del mercado laboral. Especialmente, aquellas pertenecientes a los niveles socioeconómicos medio bajo y bajo. A su vez, en 2021 se amplía la brecha de distancia entre los sexos con respecto a 2011.

Por ejemplo, el nivel de exclusión actualmente llega al 86,8% entre quienes viven en el segmento muy bajo.

En lo relacionado al mercado de trabajo, las mujeres de 18 años y más experimentan mayores dificultades en el acceso a un empleo pleno frente a sus pares varones. Incluso, las distancias entre varones y mujeres se ampliaron entre 2011 y 2021.

También hay brechas en la realización de trabajo doméstico intensivo no remunerado, donde se observa que es una actividad desarrollada por mujeres. El cuidado del hogar recae, de forma casi total, en este grupo, independientemente el nivel socioeconómico.

Y, como si esto fuera poco, las mujeres experimentan un mayor malestar psicológico frente a sus pares varones, que, además, aumenta a medida que desciende el nivel socioeconómico.

La brecha salarial, una deuda que aún sigue impaga

Por más inclusión de las mujeres

La directora del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y dirigente sindical de la Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC), Carla Pitiot, señala que "el sector financiero tiene el deber de profundizar y ser ejemplo de un futuro más inclusivo".

Según Pitiot, "los resultados de los distintos relevamientos dan cuenta que estamos todavía lejos de alcanzar los objetivos de mayor participación, igualdad y justicia para la mujer trabajadora".

"Incluso, podemos decir que muchas veces no llegamos siquiera a visibilizar las desigualdades de género que nos atraviesan. Hay indicadores que tenemos y que no estamos cuantificando", resume Pitiot.

Ahora bien, las organizaciones son completamente conscientes de esto, y de que es preciso apresurar la transformación en materia de género. Por lo menos así lo demuestra la investigación Futuro del trabajo: ¿Quién lo realizará?, de ManpowerGroup Argentina, en la que el 78% de las compañías encuestadas quiere mejorar la diversidad de su nómina de personal dentro de los próximos 12 a 18 meses: 32% está evaluando diferentes iniciativas, el 27% está planificando evaluarlas en los próximos 6 a 12 meses y el 19% las está adoptando.

Como parte de los impactos en el mercado laboral, la pandemia obligó a las organizaciones a pensar sobre la Diversidad, la Equidad y la Inclusión (DEI) de manera más holística. A medida que la recuperación de la economía continúe tomando ritmo, resulta fundamental que las compañías puedan atraer, contratar y retener a trabajadores de distintos grupos.