Día Internacional del Trabajo Doméstico: la actividad más informal, feminizada y de peores sueldos
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Desde 1983, el 22 de julio se conmemora el Día Internacional del Trabajo Doméstico para reconocer su rol fundamental en los hogares, la economía y la sociedad en su conjunto.
Sin embargo, de acuerdo al Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) en Argentina las tareas domésticas y de cuidado están invisibilizadas y desvalorizadas.
También es un área de trabajo altamente feminizada: el 92% de las mujeres realiza trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, mientras que el 74% de los varones lo hace. Ellas dedican un promedio de 6,4 horas por día a esas tareas y ellos, 3,4 horas diarias (promedio).
Trabajo doméstico remunerado y la pobreza
El 98% de las personas que realizan trabajo doméstico en forma remunerada en el país son mujeres, de acuerdo a cálculos de CIPPEC.
"Es la rama de actividad con mayor informalidad, la más afectada por la pandemia, la más feminizada y la de menores remuneraciones de todo el mercado de trabajo", insisten desde el think tank.
Durante el segundo semestre de 2021 (datos del INDEC), la actividad del servicio doméstico alcanzó una tasa de pobreza femenina del 48%, la más alta por rama de actividades realizadas por mujeres.
Asimismo, durante la pandemia -entre principios de 2020 e inicios de 2021- 433.000 trabajadoras domésticas perdieron su empleo. En hotelería y restaurantes (los otros rubros más afectados), 241.000 personas quedaron desempleadas, resaltó la entidad.
Trabajo doméstico: inequidad en el sistema previsional
En la Argentina casi el 90% de las mujeres llega a la edad jubilatoria sin los 30 años de aportes necesarios para acceder a este derecho por medio del régimen general, dijeron fuentes de CIPPEC.
"La alta informalidad y las bajas remuneraciones inciden sobre el acceso de las trabajadoras domésticas a una jubilación, condicionando sus años de aportes y sus ingresos percibidos", señalan Florencia Caro Sachetti y Juan Camisassa, autores del documento de CIPPEC "Esenciales, pero no reconocidas: las trabajadoras domésticas remuneradas y el impacto de la pandemia".
La Ley 26.844 que creó el Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares significó una ampliación de derechos (licencias, obligatoriedad de la cobertura por riesgos de trabajo y asignaciones familiares del sistema no contributivo, entre otros).
A pesar de eso, el escenario actual obliga a construir consensos e implementar políticas públicas para avanzar en la formalización de las trabajadoras domésticas remuneradas, fortaleciendo las políticas de inspección y fiscalización laboral, impulsando la representación colectiva de las trabajadoras y diseñando campañas masivas de comunicación que difundan los derechos de las trabajadoras y las obligaciones de quienes las emplean.
"Estas medidas deben enmarcarse en un sistema integral y federal de cuidados más amplio que reconozca, reduzca y redistribuya más equitativamente el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, mientras garantiza los derechos de las trabajadoras domésticas remuneradas", concluyen Caro Sachetti y Camisassa.