• 18/12/2025
ALERTA

Semana Mundial de la Lactancia: el deseo de amamantar en un sistema que no espera

El motivo más frecuente de abandono de la lactancia en Argentina es el regreso al trabajo remunerado. Maternidad, trabajo y la trampa de la libre elección
12/08/2025 - 10:03hs
semana mundial de la lactancia materna

Volver al trabajo remunerado después de gestar, parir y comenzar una lactancia no es simplemente "retomar la rutina". Es, muchas veces, separarse de un bebé recién nacido que depende por completo del cuerpo, la presencia y el cuidado de otra persona. Es estar con la cabeza dividida: en el bebé, si lo estarán cuidando bien, si comió, si durmió. Es sentir el cuerpo chorreando, buscar un baño para hacerse una extracción, seguir con la jornada como si nada pasara. Es angustia, estrés, pero también un poco de libertad.

En Argentina, 8 de cada 10 personas que cuidan son mujeres. Y esa tarea, que hace posible todo lo demás, sigue siendo invisible, no remunerada o mal paga. La maternidad se asume como un deber natural, la lactancia como una obligación moral, y la crianza como un asunto privado. Pero cuidar es un trabajo. Y nadie puede, ni debería, hacerlo sola.

Licencia por maternidad: trabajo y lactancia

Para criar se necesita una tribu. Y si el deseo es sostener una lactancia materna exclusiva, tal como lo recomiendan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y todas las instituciones de salud, entonces esa tribu tiene que incluir redes de sostén, políticas públicas y condiciones dignas para hacerlo posible.

La Ley de Contrato de Trabajo (20.744) establece 90 días de licencia por maternidad: 45 antes y 45 después del parto. Una cifra que resulta a todas luces insuficiente cuando se busca compatibilizar el deseo de amamantar con un regreso al trabajo. Después de esa licencia, la persona que está amamantando puede disponer de dos descansos de media hora por día para alimentar al bebé, hasta el año de vida. ¿Quién puede sostener una lactancia exclusiva en esas condiciones? ¿Qué apoyo tiene la pareja o acompañante, que sólo recibe una licencia de días contados? ¿Qué sucede con las personas que tienen trabajos no registrados?

Según el informe "Prácticas de lactancia y de alimentación complementaria en niños y niñas menores de 2 años" (UNICEF y CESNI, 2022), el motivo más frecuente de abandono de la lactancia en Argentina es el regreso al trabajo remunerado (28%).

Otros datos, como los de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), muestran que muchas mujeres destetan en los primeros meses porque creen que se quedaron sin leche. Pero la mayoría de los cuerpos gestantes pueden producir leche en cantidad suficiente. Lo que muchas veces falla no es el cuerpo, sino el entorno: falta de información, malas prácticas, ausencia de apoyo profesional en momentos clave, entorno insuficiente.

Volver al trabajo sin apoyos no es una decisión individual: es una falla estructural. Lo que se presenta como "elección" (destetar, dejar el trabajo, cortar una lactancia que sí se desea) muchas veces es la única opción viable. Luego, la culpa es exclusiva de la madre, por no haber podido sostenerlo todo. Como si maternar implicara resignar deseos, autonomía o subsistencia. Como si amamantar fuera un lujo o una elección de quienes pueden permitírselo.

En ese contexto, la reciente sanción de la Ley de Puericultoras en la provincia de Buenos Aires es una gran noticia. Porque reconoce una figura clave para acompañar lactancias en contextos reales, con información, escucha y sin imposiciones. Las puericultoras, profesionales formadas en salud, lactancia y crianza temprana, podemos sostener a quienes desean continuar con la lactancia al volver al trabajo, pensar alternativas, orientar, priorizar el deseo.

Los bebés tienen la capacidad de regular su ingesta calórica en 24 horas, compensando las horas de ayuno con mayor succión cuando están con sus madres. No es necesario "entrenarlos" para aceptar mamaderas. La mayoría de esos bebés pasará cerca de nueve horas sin lactancia directa. Más allá de si se alimentan con leche humana o no, todo lo que ocurra en esas horas impactará en su desarrollo nutricional, neurológico y emocional. Por eso, hablar de lactancia también es hablar de salud pública, de derechos humanos, de justicia de género. Politizar el cuidado es dejar de verlo como un privilegio para transformarlo en un derecho.

*Camila Forte es Licenciada en Nutrición y Puericultora. Disertante de las IV Jornadas Transdisciplinarias de Lactancia Materna de la Universidad de Belgrano.