Generalizaciones en el trabajo: el enemigo silencioso de la colaboración
Todos hacemos generalizaciones (¿Lo detectaste? ¡Acabo de hacerlo en esa frase!) Son sesgos automáticos más comunes de lo que creemos y tienen consecuencias negativas importantes. Frases como "los ingenieros son rígidos", "las mujeres son buenas para Recursos Humanos" o "los millennials no son comprometidos" reflejan una forma de pensar que puede limitar el potencial de los equipos y perpetuar sesgos inconscientes.
Desde la psicología cognitiva, las generalizaciones surgen del sesgo de generalización, que es una distorsión mental en la que extraemos conclusiones amplias a partir de datos insuficientes o experiencias limitadas. Este sesgo, además de reducir la capacidad de análisis, fomenta estereotipos y afecta la toma de decisiones en las organizaciones, desde la contratación hasta la asignación de proyectos.
Ejemplos de generalizaciones en el trabajo
• Roles de género:
• "Las mujeres son excelentes para contener a las personas."
• "Los hombres son más analíticos y, por eso, mejores para Finanzas."
• Generaciones:
• "Los millennials no son leales a sus empleos."
• "Los baby boomers son resistentes al cambio."
• Departamentos:
• "El equipo de marketing solo sabe pensar en ideas creativas, pero no son buenos cuidando el dinero."
• "Los de tecnología no entienden de negocios."
• Nacionalidades y culturas:
• "Los asiáticos son muy ordenados."
• "Los latinoamericanos no son puntuales."
Estas ideas, aunque parezcan inofensivas, limitan la diversidad, fomentan prejuicios y obstaculizan la colaboración.
3 técnicas para salir de las generalizaciones
1. Sé específico y fáctico
Qué significa: Evita afirmaciones amplias y generalizaciones, y en su lugar, describe hechos concretos.
Cómo aplicarlo: En lugar de decir: "Siempre entregas tarde los reportes", decir "En los dos últimos meses, los reportes se entregaron 2 días después de la fecha acordada."
Beneficios: Así evitarás conflictos innecesarios y promoverás una comunicación basada en hechos verificables, no suposiciones.
2. Enfócate en los hechos, no en las personas
Qué significa: Analiza las situaciones sin etiquetar a los individuos. Habla sobre el comportamiento o el resultado, no sobre la identidad de la persona.
Cómo aplicarlo: En lugar de decir: "Juan siempre se equivoca porque es desorganizado", decir "El último informe tuvo inconsistencias en los datos. Revisemos juntos el proceso para asegurarnos de que no se repita."
Así ayudas a promover un ambiente de trabajo más respetuoso y centrado en soluciones, reduciendo fricciones personales.
3. Cuestiona tus propias creencias y evita absolutismos
Qué significa: Revisa constantemente tus propios pensamientos y el lenguaje que utilizas. Si identificas palabras como "todos", "siempre" o "nunca", detente y reflexiona.
Cómo aplicarlo: En lugar de pensar: "Todos los diseñadores solo quieren hacer cosas bonitas sin pensar en el cliente," pregunta "¿Cuáles diseñadores han mostrado estas características? ¿Qué evidencia tengo para afirmarlo?"
Cuestionar tus propias suposiciones fomenta la autoconciencia y elimina barreras que podrían perjudicar las relaciones laborales.
En palabras de Brené Brown: "Las historias que nos contamos a nosotros mismos pueden limitar lo que somos capaces de construir juntos." Cambiemos nuestras narrativas internas para abrir puertas y no cerrarlas.
*Daniel Colombo es facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 33 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado, Miembro y Mentor en Maxwell Leadership, el equipo de John Maxwell.