En la era de la IA, seguir buscando talento para llenar vacantes a cualquier costo no funciona
Aún desde antes de la revolución que generó la transformación digital se vislumbraba que la falta de talento especializado se estaba convirtiendo en un problema. La situación está tan instalada que hoy ya nadie se conmueve al escuchar la consabida frase: "Es muy difícil conseguir personas que…" seguida de una habilidad particular, muchas veces vinculada a una tecnología disruptiva (hoy, por supuesto, la inteligencia artificial se lleva todos los premios).
Los datos de mercado corroboran esta suerte de sensación generalizada: un estudio reciente de la consultora especializada en recursos humanos SecondTalent asegura que por cada 3,2 puestos que se abren en el sector hay apenas un profesional calificado.
El ratio mejora en Latinoamérica y, aún así, la brecha es enorme: 2,1 a 1. En particular sobre la IA, Thomson Reuters predijo el año pasado que el 50% de las posiciones que se abran quedarán vacantes. Un informe de Nash Squared agrega que la brecha de habilidades en IA superó a otros dos grandes "monstruos": big data y ciberseguridad.
¿La batalla está definitivamente perdida? Agreguemos algunos condimentos: hoy no alcanza con "conseguir personas". Los perfiles son cada vez más especializados e incluyen arquitectos de nube, especialistas en ciberseguridad, expertos en DevOps, DevSecOps o SysOps.
Por otra parte, se requiere cada vez más que, más allá de cumplir con los requisitos técnicos, puedan generar impacto en el negocio y desenvolverse a nivel interpersonal.
La vieja receta de RR.HH. ya no funciona
Seguir buscando talento con la mentalidad de hace diez años es como intentar correr un software de última generación en un hardware obsoleto: no funciona.
Es hora de repensar la estrategia: menos obsesión por cubrir vacantes a cualquier costo y más inversión en formar, integrar y empoderar a los equipos. Crear academias internas de capacitación, promover el upskilling en tecnologías emergentes y ofrecer proyectos desafiantes son pasos clave para cerrar la brecha.
Apoyarse en los socios tecnológicos es otra estrategia que provee resultados. En este contexto emerge el concepto de squads: talento externo que actúa como extensión del interno para responder rápido a las necesidades inmediatas. Son equipos autónomos, ligeros, con roles diversos y la capacidad de integrarse rápido al flujo del negocio.
Esto significa que son útiles tanto como cuando hay que redimensionar el equipo para hacer frente a un pico estacional, el inicio de un nuevo proyecto o un crecimiento operativo como para cuando es necesario sumar competencias específicas para encarar una iniciativa disruptiva.
Para las empresas es la posibilidad de escalar su talento sin pasar por procesos de reclutamiento eternos ni frustraciones derivadas de la brecha de habilidades IT, manteniendo la supervisión y la integración con los equipos internos, todo, con costos controlados.
Seguiremos escuchando la frase "Es muy difícil conseguir personas que…" vinculada al mundo IT, no hay dudas. Pero donde la mayoría ve escasez, con una estrategia adecuada, se puede construir una ventaja competitiva.