• 5/12/2025
ALERTA

Una argentina experta en IA fue reconocida por revista TIME: sus ideas más disruptivas

Milagros Miceli habló del trabajo humano "escondido" detrás de las tecnologías, el peligro de los sesgos y el rol de Argentina en la economía basada en IA
05/12/2025 - 17:26hs
Milagros Miceli en Santex

Milagros Miceli, la única investigadora argentina reconocida por la revista TIME entre las 100 figuras más influyentes del mundo en inteligencia artificial (IA) dialogó este viernes con otros investigadores, empresarios y estudiantes durante un evento organizado por la compañía de software, Santex, en Buenos Aires. El trabajo humano "escondido" detrás de estos modelos de nuevas tecnologías, los sesgos que nacen antes de los datos y que se imprimen en los LLM's, la necesidad de pensar regulaciones, fueron algunas de las preocupaciones y dudas que dejó planteadas en esta carrera por el futuro que plantea la automatización. 

La Dra. Milagros Miceli es una joven socióloga e informática argentina que vive y trabaja en Berlín. Se especializa en condiciones laborales y las dinámicas de poder en el trabajo con datos. Actualmente es jefa de investigación en el Instituto DAIR, jefa de la unidad de investigación de Datos, Sistemas Algorítmicos y Ética del Instituto Weizenbaum y profesora en la Universidad Técnica de Berlín.

Fue elegida por TIME en 2025 por su trabajo como fundadora de "Data Workers’ Inquiry" un proyecto académico que otorga a los trabajadores de datos de IA el poder de publicar investigaciones realizadas por ellos mismos y sobre ellos mismos, "dando luz a perspectivas de investigación completamente nuevas." La primera cohorte de 16 investigadores abarcó Kenia, Siria, Brasil y Alemania. Y se les paga el mismo salario (35 € por hora) que cualquier otro investigador académico del Instituto Weizenbaum en Alemania.

Durante el encuentro con Miceli en el barrio de Palermo, fue inevitable hablar del rol que la Argentina puede tener en esa nueva lógica de la economía global liderada por IA. No solo se trata de la inversión anunciada por Open AI para establecer un data center en el país. La Argentina tiene todas las condiciones naturales para ofrecer un "boom" de energías limpias y el clima que el hardware de estas tecnologías requieren. 

¿Pero qué pasa con los ciudadanos de a pie que ven sus recursos naturales tomados para estos desarrollos? ¿Y cuáles son los riesgos respecto de la privacidad y los datos personales? Estos planteos fueron el eje de la exposición de Miceli, radicada en Berlín, en su paso por Buenos Aires. La investigadora asegura que es necesario plantearse desde ahora de qué manera la IA puede evitar convertirse en otro modelo extractivo de riqueza natural, como lo fueron las revoluciones que la precedieron. 

Frases de Milagros Miceli sobre la IA y el futuro

"No hablemos de inteligencia artificial"

  • Miceli prefiere no referirse a la IA generativa por ese nombre y hablar de "tecnologías de automatización",. Llamar a estas tecnologías como IA remite a imitar la inteligencia humana de manera artificial, como si se hablara de algo demasiado "exótico" o de un "dios que no se puede cuestionar". Esto impide no solo comprender el fenómeno sino también regularlo, cuando urge hacerlo. "Si hablamos de automatización podemos remitirnos a otras instancias de regulación y por ahí eso nos sirve para empezar a pensar eso", dijo durante el evento realizado en las oficinas de Santex en Palermo, CABA. 
  • Otro motivo para no hablar de inteligencia artificial es que al referirnos así a ella "parece que estuviera hecha de vibras y de éter, de aire y de la nube, que sucede como por arte de magia, y en realidad estamos hablando de tecnologías que tienen una materialidad muy específica que es la explotación".

En su investigación, la científica argentina define que la explotación de la IA se expresa en tres aspectos:

1. explotación de los seres humanos con capacidad creativa y de todo aquello de lo que nos hace humanos, convirtiendo nuestra humanidad en datos;

2. explotación del trabajo de los miles de personas que hacen posible estas tecnologías, las cuales no reciben ningún tipo de crédito por esta labor

3. explotación de recursos naturales de nuestros territorios. La IA está alocada en lugares específicos y requiere de electricidad, agua limpia, todo en cantidad. 

Herramientas para el poder

  • "Muchas de estas tecnologías se basan en el robo de la propiedad intelectual de artistas, de periodistas, de escritores, el trabajo de los y las traductoras, todo eso que se ha tomado para entrenar como conjuntos de datos sin el permiso de aquellos y aquellas que han producido este material." Por eso, "'Generativa' es una palabra que disputo bastante, porque es como si estas tecnologías generaran algo, cuando lo único que hacen es robar el trabajo creativo de las personas, (remixarlo y tirar algo que es bastante feo y de poca calidad, por cierto." 
  • Miceli remarca que el trabajo de todos estos creadores humanos contribuyó involuntariamente al desarrollo de estas herramientas, "que hay que decirlo también, son herramientas comerciales. No se crearon pro bono para curar el cáncer o para contribuir algo a la sociedad, terminan siendo para la ganancia de unos pocos."
  • Por este motivo, la tecnóloga no es crítica de la tecnología de IA en sí, sino de "la concentración de poder que producen estas tecnologías en manos de unas pocas empresas que terminan enriqueciéndose desmedidamente y con un poder político desmedido también."
  • Para ella, la IA tiene también un poder epistémico desmedido, para imlantar ideas que se vuelven "verdades" difíciles de cuestionar. 
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Milagros Miceli, Juan Santiago (CEO y fundador, Santex) y Walter Abrigo (socio y Director General, S

Trabajo humano "escondido"

  • Al mencionar el trabajo humano detrás de la IA no se refiere solo a ingenieros, científicos de datos, modeladores de lenguaje,"que tienen mucha más prensa" que quienes realizan microtareas o "crowdsourcing" de datos, etiquetado y son responsables de generar conjuntos de datos de calidad. Para Miceli, "hay una intencionalidad de darle prensa a esas cuestiones, así como también hay una intencionalidad de ocultar todo el otro trabajo (microtareas) que es tanto más importante y que sostiene estas tecnologías." 
  • ¡Para mantener estas tecnologías funcionando se necesitan seres humanos, que no son pocos; el Banco Mundial estima que estamos hablando de entre 250 y 430 millones de personas alrededor del mundo. ¡Es un montón de gente como para que no sepamos que existen!"
  • Remarcó que puede sonar glamoroso trabajar para sostener modelos de IA, pero estas personas lo hicieron y lo hace en condiciones precarias de trabajo y mediante plataformas que no les ofrecen un empleo de calidad. "Por eso es clave la relación con quienes producen las inteligencias artificiales o quienes se llevan la ganancia de las inteligencias artificiales, porque es una asimetría de poder enorme no solamente en lo económico. No es lo mismo trabajar en Silicon Valley y ganar millones por año a estar en un lugar tercerizado en el sur global. Pero también hay asimetría de cómo se crean esos datos, cuáles son las verdades que se inscriben en esos datos y qué visiones del mundo los modelos que están entrenados en esos datos van a reproducir." 
  • La investigadora enfatizó que hay una intencionalidad de tercerizar estos trabajos a países y grupos poblacionales (como las madres solteras) donde las normativas laborales son laxas y hay pocas oportunidades de progreso, al tiempo que esas iniciativas se disfrazan de un "discurso filantrópico" que dice que la IA lleva empleo a donde de otra manera no lo habría. 
  • "Es verdad que muchas de estas personas sin ese trabajo no tendrían muchas otras posibilidades, pero el elefante en la sala que se oculta mayormente tiene que ver con la ganancia y con la contribución fundamental que hacen estas personas a tecnologías trillonarias que sin ellos no existirían. Hay una intencionalidad ahi que no tiene que ver solo con pagar poco y optimizar costos, tiene que ver con elegir personas que no tengan capacidad de cuestionamiento", que necesiten trabajar y que lo hagan a una distancia mediada por una plataforma o aplicación que multiplica esa asimetría con el empleador y la imposibilidad de objetarlo. 

El impacto en los sesgos

Esta selección de personas para que trabajen en la recolección y etiquetado de datos tiene una importancia fundamental, por las subjetividades y visiones del mundo que luego traslucen en las clasificaciones y las "verdades" que llegan a todos luego de la mano de la IA. 

  • "El problema no es el sesgo sino, ¿por qué no lo blanquean? Nos dicen que están creando estas tecnologías que son neutrales, objetivas, basadas en los datos, como si eso implicara que es instantáneamente correcto. Y nos dicen que estas tecnologías le sirven a todos y a todas, ¿no?"

El rol de la Argentina

En ese marco, Miceli se refirió al proyecto de inversión de 2.500 millones de dólares de OpenAI para crear un megadata center en la Patagonia: 

  • "En el anuncio no hubo precisiones, no sabemos ni cómo, ni cuándo, ni quién la va a traer la inversión ni en qué forma o con qué condiciones. No sabemos a quién va a afectar, porque la Patagonia es extensísima. ¿Cuál va a ser el gasto energético (y los requerimientos de este lugar?¿Qué le nos va a aportar a nosotros y nosotras como argentinos, a nuestra soberanía?¿Qué ganancia le va a dejar al país, si vamos a hacer más utilitarismo? Ahí vemos muy claramente la explotación de recursos." 
  • "Y acá hablo otra vez de la materialidad: estos datacenters se instalan en territorios específicos que les ceden, se los dan, y tienen un consumo de agua enorme, se necesita agua fresca y limpia, que de otra manera sería fundamental para la cosecha, para la vida humana, para la vida animal y vegetal."
  • "La realidad es que estas tecnologías no están ahí. Toman un montón de energía, de electricidad, para ponerlo en palabras coloquiales."
  • "Estamos todos rezando que ahora que llega enero que no se nos corte la luz cuando prendemos los aires acondicionados. Estamos en un país donde la Patagonia realmente también sufre de sequías. No es que estamos en un lugar donde podemos regalar electricidad."
  • Miceli tomó como ejemplos casos de Chile y México en donde se instalaron data centers y construyeron sus propias plantas energéticas para no tomar las del país, pero fueron energías altamente contaminantes. 

Por último, la científica bromeó sobre cómo el anuncio fue "rarísimo" y "parecía un deepfake" con cero precisiones de lo que va a ocurrir excepto por la promesa de inversión. Y advirtió que un Data Center con suerte crea unos 150 o 200 puestos de trabajo, que es lo mismo que puede generar un supermercado contaminando menos. "Los data centers no le cambian la vida a nadie, terminan siendo una molestia porque generan un ruido horrible, falta de agua.

¿De qué están hablando cuando dicen que van a poner la IA en manos de los argentinos y argentinas? Porque los datos y la infraestructura le van a pertenecer a ellos, y las tierras les van a terminar perteneciendo por ocupación, y ban a contaminar el aire y el agua. ¿Qué nos queda a nosotros? Esa es la pregunta que quiero dejarles", sentenció Miceli. 

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