La elaboración un plan de negocios requiere un importante esfuerzo, tanto de trabajo de campo como en el análisis de datos y sí­ntesis posterior, que se ve ampliamente recompensado en una doble vertiente: interna y externa.

Internamente, en cuanto que permite profundizar en el proyecto y salvar posibles lagunas conceptuales que podrí­an incidir negativamente en la fase de puesta en marcha.

En tanto, desde un punto de vista externo, como instrumento ideal de comunicación con terceros (bancos, proveedores, administración pública, etcétera) en la búsqueda de fuentes de financiación, subvenciones y otras ayudas.

Según señala un artí­culo publicado por Expansión, la redacción de un buen plan de negocio puede ocupar entre 20 y 30 páginas además de los anexos correspondientes, con el siguiente contenido:

• Introducción: Breve explicación de las caracterí­sticas relevantes del proyecto y de las capacidades de su promotor para su puesta en marcha. A los efectos externos mencionados, se debe procurar una redacción clara y concisa que suscite interés suficiente para proseguir la lectura del informe.
• Definición del producto/ mercado: Delimitación del ámbito de actividad. Atributos singulares del producto. Segmentaciones de mercado.
• Plan de marketing: Análisis del mercado (clientes y competidores).Objetivos. Previsiones de venta y polí­ticas comerciales (producto, precio, distribución y comunicación)
• Plan de operaciones: Localización de la empresa. Descripción de procesos básicos. Estructura organizativa. Elección de forma jurí­dica.
• Plan económico financiero: Inversiones. Fuentes de financiación y estados financieros (cuenta de explotación, balances y previsiones de tesorerí­a), de cuyo análisis se desprende la viabilidad económica del proyecto.

Aunque el plan de negocio no es en sí­ mismo una garantí­a de éxito, permite detectar incoherencias, anticipar problemas futuros, buscar posibles soluciones y, en definitiva, disminuir riesgos.