Ejecutivos, ante el desafío de administrar el tiempo mental
La mayoría de los profesionales y ejecutivos expresa que la principal fuente de satisfacción en su vida es la familia, pero esa misma mayoría reconoce que por día le dedica al menos entre diez y doce horas diarias a sus tareas laborales, quedándole poco tiempo para dedicarse a su familia.
Es una constante poder lograr el equilibrio entre la vida laboral y la vida personal, donde la característica que predomina es la escasa vida familiar de los profesionales y ejecutivos, fundamentados en la dedicación y requerimiento preponderante que hacen de sus vidas relacionadas con el trabajo, donde pareciera imposible poder conciliar ser una persona exitosa en su trabajo con tener una vida familiar y personal plena.
Una vez que comienza la vida laboral el equilibrio por distintos factores (carrera o crecimiento profesional, ambiciones materiales, presiones y temores, entre otros) comienzan a ocasionarles cambios en sus escalas de valores (real) donde en primer lugar aparecerá el trabajo, en segundo la familia y en tercero (y cuando se pueda) las distracciones personales.
Los profesionales y ejecutivos se justifican comentando que las exigencias laborales son muy altas, en vez "perciben" que la relación familiar si bien es menos demandante.
De esta apreciación surge claramente que la visión que los ejecutivos tienen de ellos mismos (sobrestimación) es muy distinta a la que resultaría si se realizara una encuesta dirigida a sus familiares, destinada a resumir cual es la opinión que tiene su familia de la vida que lleva el ejecutivo, que pudiera reflejar cuanto tiempo comparte actividades con su familia y fundamentalmente en que condiciones lo hace (en resumen, cantidad y calidad de tiempo).
Prueba de esto es que muchos manifiestan que siguen con su "cabeza" en su trabajo aún fuera de los horarios laborales, por lo cual ocurre un síndrome de trabajo-dependencia-mental.
Administración del tiempo
La mayoría de las personas supone que la administración del tiempo se limita solamente a un uso eficiente de las agujas del reloj; pero desconoce y por consiguiente no considera como operan las preocupaciones ocupando nuestro tiempo mental.
¿Tiempo mental? Así es, se refiere a que pensamiento o idea está actuando en la mente mientras desarrollan sus actividades. En todo momento de las horas de vigilia alguien está ocupando ese espacio de tiempo: puede ser una idea, pensamiento, preocupación o reflexión.
¿De que le sirve a los ejecutivos ser eficientes administradores de las agujas del reloj si no pueden administrar lo que ocurre en sus mente en el mismo momento? Así, aprendiendo a administrar el tiempo mental se administra el tiempo físico y no viceversa.
Por Fernando Evangelisti, ex auditor PriceWaterhouse en Turín (Italia) y Bs. As. (Argentina), consultor independiente e investigador de la Fundación Logosófica.
Especial para infobaeprofesional.com