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Después de Lehman, en las galas solo se agradece, no hay regalos

En EE.UU. las bolsas de regalo, una forma de decir "gracias" que dan las organizaciones sin fines de lucro, se volvieron más simples y hasta desaparecieron
14/08/2009 - 13:33hs
Después de Lehman, en las galas solo se agradece, no hay regalos

Los invitados a la gala estival 2005 del Parrish Art Museum recibieron un bolso de edición limitada de Coach Inc. Este año, Kelsey Grammer, Joel Grey y alrededor de otros 500 asistentes obtuvieron una bolsa de nylon, una revista y un libro de cocina.

Ni siquiera los frascos de perfume de Estée Lauder y las corbatas de Hampston & Co. dejados en las sillas de los comensales pudieron levantar la nube del recorte de 25 por ciento en el presupuesto de la fiesta y la ausencia de un patrocinante empresarial, destaca la agencia Bloomberg.

"Es claramente un signo de una corrección en la economí­a", dijo Terrie Sultan, director del museo de Southampton, estado de Nueva York.

Desde el colapso de Lehman Brothers en septiembre del año pasado, las bolsas de regalo, una forma de decir "gracias" por la compra de la entrada a la gala benéfica que dan las organizaciones sin fines de lucro, se han vuelto más simples y hasta han desaparecido en muchas actividades de este año a medida que los patrocinantes empresariales reducen su apoyo o se retiran por completo.

En una encuesta entre recaudadores profesionales de fondos y consultores que realizó el Centro sobre Filantropí­a de la Universidad de Indiana y que fue publicada este mes, cerca de 86% de los 188 interrogados dijeron que la economí­a está teniendo un "impacto negativo o muy negativo" en la recaudación de fondos este verano boreal.

Según Bloomberg, cerca de 60% cree que la economí­a seguirá afectando su trabajo por el resto del año, y quienes reúnen fondos para organizaciones artí­sticas, culturales y relacionadas con las humanidades están "menos confiados" respecto de las actuales condiciones para donar, dice la encuesta.

Antes de que la economí­a se hundiera, regalos comunes para los donantes en las galas eran artí­culos como bolsos Kate Spade hechos por encargo, costosas cremas antiarrugas, botellas de champán Moet & Chandon o un certificado de regalo de u$s250 para la compra de un reloj pulsera de u$s1.000 en una tienda de Tourneau.

Forcejeos por Tiffany
En ceremonias benéficas del Whitney Museum of American Art, las bolsas que contení­an un bol de Tiffany podí­an desencadenar codazos y forcejeos entre asistentes temerosos de quedarse sin su regalo, dijo Bret Silver, ex director de comercialización y actividades de la institución.

Más recientemente, los aficionados al baile que pagaron hasta u$s2.500 para ver a Mikhail Baryshnikov en su gala del centro artí­stico en abril obtuvieron una camiseta rodeada de una cinta color lavanda. El UrbanStages Theater, una compañí­a "off- Broadway", eliminó la bolsa de regalo en la gala de su 25º aniversario en mayo y colocó gorros de béisbol en las sillas.

"No creo que sean ya necesarias", señaló Silver, ahora director de relaciones externas en Jazz at Lincoln Center, que eliminó las bolsas de regalo y hasta los CD en la fiesta benéfica de la institución en mayo. "En este momento, el uso más eficaz del tiempo del personal es recaudar dinero para los programas, no armar bolsas de regalos", añadió.

Chucherí­as de la modelo
El 1º de agosto, para la celebración del centenario de la fundación del hospital de Southampton, Brooks Brothers no colaboró con un certificado de regalo de u$s80 ofrecido el año pasado para la compra de una camisa inarrugable. La presidenta honoraria, la supermodelo estadounidense Christie Brinkley, reemplazó al fabricante de telas donando artí­culos de sus lí­neas de joyas y anteojos para el sol.

Si bien carecí­an del certificado de Brooks Brothers que se obtuvo el año pasado, las bolsas de regalo con 9 a 10 artí­culos, entre ellos productos de Brinkley y algunos discos DVD y CD, eran "muy buenas", dijo en una entrevista telefónica Kathy Lucas, directora de actos especiales de la fundación.

"Creo que es simpático que la gente se vaya con algo", sostuvo Lindsay Lever, gerenta de la actividad anual de la American Cancer Society llamada "Taste of Hope", que todo el año recibe llamadas de compañí­as que ofrecen sus productos para las bolsas de regalo. Y agregó: "Eliminar las bolsas de regalo serí­a un error".