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Ya es ley: en comercios, no puede haber dos precios distintos para compras en cash o con tarjeta

La iniciativa había sido impulsada por el legislador Helio Rebot y apunta a que los consumidores no tengan que abonar un recargo por utilizar plásticos
19/06/2014 - 21:50hs
Ya es ley: en comercios, no puede haber dos precios distintos para compras en cash o con tarjeta

Ingresar a un local, revisar los percheros y, a la hora de mirar la etiqueta de la prenda elegida, encontrar que hay un "doble precio" es una escena que se volvió cada vez más frecuente en los comercios argentinos.

Como los compradores ya saben, cada uno de estos importes corresponde al valor a abonar, según si se paga cash o la operación se hace con tarjeta.

El "castigo" con un monto extra al uso de los pláticos ya no se limita a los locales de indumentaria sino que se extendió a rubros como decoración y algunas firmas de electro.

Esto sucede a pesar de que en la ciudad de Buenos Aires existe una normativa que prohíbe explícitamente a los negocios hacer diferencias de precios según el medio con el que se abone. 

Con el objetivo de reforzar la idea de la legislación vigente, este viernes se aprobó un proyecto de ley que busca eliminar esta "brecha".

La nueva norma, unificada en base a la iniciativa del legislador Helio Rebot (PRO) y otro de la Defensoría del Pueblo, establece en su artículo 1° la obligación "de todo proveedor de bienes y servicios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en relaciones de consumo, a no efectuar diferencias de precios entre operaciones al contado y con tarjeta de crédito o débito".

Según explica a iProfesional el diputado, la idea surgió a partir de los sucesivos reclamos que habían llegado por parte de los consumidores.

"Recibimos muchas denuncias de personas a las que se les aplicó un recargo por abonar con tarjeta", afirma.

Y puntualiza que, estos "premios" por pagar cash representan para los clientes un ahorro que arranca en un 10% del valor de los artículos.

No obstante, a pesar de estos beneficios -e impulsada por las promociones y planes de cuotas que ofrecen los bancos-, la práctica del "tarjeteo" sigue ganando adeptos entre los argentinos y "le gana" al pago en efectivo.

De hecho, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Vicente Lourenzo destaca que "en electrónica, muebles y artículos para el hogar, de cada 10 operaciones, 7 se hacen utilizando algún plástico".

¿Peligran las "promos cash"?
Una de las dudas que surgen en relación a la nueva ley es si esta normativa implica, de alguna manera, el fin de las promociones en efectivo a las que los argentinos ya se habían acostumbrado al ir de compras.

"Cada vez son más los locales que otorgan descuentos por pagos al contado", asegura Fabián Castillo, presidente de la Cámara de Comercio del Calzado y Afines de la República Argentina, quien agrega que "las quitas promedian el 20%".

No obstante, a pesar de la aprobación de la normativa, esta alternativa seguirá estando permitida a los comercios, según lo explicita el texto de la nueva ley.

Sobre este punto, la norma hace una salvedad: "Excepto cuando tal diferenciación -a través de promociones o descuentos específicos- sea efectivamente favorable al consumidor o usuario, debiendo exhibir el precio expresado en moneda de curso legal -pesos-, de contado y correspondiendo al importe total y final que deba abonar el consumidor final".

Disputa en torno del "doble precio"
En relación con el recargo al pago con tarjeta, existen dos posiciones claramente definidas.

Por un lado, muchos consumidores - acostumbrados a "tarjetear"- conocen los beneficios a los que pueden acceder utilizando los plásticos y consideran injusto tener que abonar un plus sólo por apelar a este medio de pago.

Desde la otra vereda, los comerciantes valoran cada vez más el efectivo debido a que el uso de tarjeta les genera complicaciones a la hora de cumplir con la cadena de pagos.

"Si la venta es en un pago, se tarda en percibir el dinero entre 20 y 30 días, aproximadamente", explica Castillo.

Y agrega que "en el caso de un producto que vale $100, en efectivo se reciben esos $100. Pero, si el pago se realiza con tarjeta, por los gastos que implica el uso del plástico, al comercio le terminan quedando entre $83 y $85".

Esto hace que algunos negocios, inclusive, hayan llegado a suprimir la alternativa de abonar con plásticos.

En este punto, Castillo señala que "el textil es uno de los sectores más complicados".

Y coloca en un segundo lugar a los restaurantes, que también sufren la falta de cash.

Es por eso que "en gastronomía se está viendo que cada vez más locales no cuentan con la opción de pago con plástico", apunta.

Apuesta por una compra informada
Uno de los puntos que se remarcan en el texto de la normativa tiene que ver con la necesidad de que los compradores, desde un primer momento, estén al tanto del precio que deberán abonar por un artículo.

En este sentido, la ley apunta a que las personas sean informadas antes de ingresar a un local sobre si se les hará algún tipo de rebaja por desprenderse de sus pesos.

Es por eso que en el texto se hace énfasis no sólo en la obligación de que los negocios incorporen un cartel con estos datos, sino también en el tamaño que este letrero debe tener.

"Los comercios porteños que trabajen con tarjetas deberán informar a sus clientes la existencia de esta ley, a través de un cartel que se colocará en un lugar visible, cuyas medidas no deberán ser inferiores a 15cm. de alto x 21cm. de ancho", apunta la norma.

Y Rebot destaca, en la misma línea, que "la intención de esta propuesta es, por un lado, proteger los derechos de los consumidores -amparados tanto por la ley nacional 25.065 como por la local 4.827- y por el otro, permitir que los comercios puedan efectuar sus prácticas de promociones o descuentos que favorezcan a quien hace una compra".

Según explica el legislador, el objetivo de la nueva ley es evitar las "avivadas" de algunos comercios en los que los clientes se enteran poco antes de llegar a la caja de que deberán abonar un recargo por el uso de sus plásticos.

En este punto, concluye: "Queremos obligar a que los comerciantes lo publiquen con anticipación para evitar estas mini estafas o abusos".

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