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¿Pelopincho o Havanna?: esta empresa ganó la final del "mundial" de marcas de verano

La cuenta Marcas Argentinas organizó un mundial de marcas en la que enfrentó a 32 empresas y negocios que son un clásico de los veranos nacionales
19/01/2022 - 17:20hs
¿Pelopincho o Havanna?: esta empresa ganó la final del "mundial" de marcas de verano

"Las olas y el viento... ¡y las marcas argentinas!", propone una publicación de la cuenta de Instagram "Marcas Argentinas", que comparte contenido variado sobre distintas marcas y negocios nacionales. 

Y, tras organizar un mundial de marcas de verano, este miércoles finalmente las dos elegidas por los seguidores disputaron la final: las piletas de lona Pelopincho y los alfajores Havanna.

Fue la final más peleada de la historia, tal como publican en las historias de la cuenta. La ganadora, con el 50,26% de los votos, fue Pelopincho.

 
De la competencia participaron 32 marcas argentinas

La competencia comenzó el 10 de enero a través de las historias de Instagram, en donde participaron 32 marcas nacionales: Cerveza Patagonia, Rolito, Pelopincho, Havanna, Atalaya, Helatodo, Playadito, Cerveza Salta, Lumilagro, Martín & Martín, ACA, Terepín, 9 de Oro, Fernet Branca, Sidra Del Valle, Churros Manolo, Fly Bondi, Flechabus, Reef, Hummus, Rayito de Sol, Palau, Terma, Sapolán Ferrini, Guolis, Chilly, Rey Momo, Grido, Rapanui, Pritty, Bidú Cola y Churros El Topo.

Churros El Topo no pudo contra Pelopincho

Hace 53 años, dos amigos Hugo Navarro y Cacho Elía decidieron abrir una churrería en Villa Gesell. Tenían apenas 26 años, al año siguiente en 1969, inauguraron el segundo local en Necochea. Nunca imaginaron que sus hijos y sus nietos heredarían la pasión. Churros El Topo cuenta con más de una docena de locales en CABA, la Costa Atlántica y Bahía Blanca.

Además, se entusiasmaron y desde hace dos años no paran de sumar sabores veganos y variedades llamativas, como la de vitel toné que lanzaron para las fiestas. 

La famosa churrería no logró llegar a la final

Pero, pese a la gran aceptación del público, el negocio oriundo de la Costa Atlántica perdió la batalla en las semifinales, en donde no pudo superar a los votos que recibió Pelopincho.  

Para llegar a esta instancia final, Pelopincho le ganó antes a Helatodo con el 81% de los votos, luego a  Patagonia con el 75%, Rolito con 76% y Churros El Topo con 57%.  

Por su parte, Havana habia superado a Guolis con el 90%, Rey Momo con el 80% de los votos, Rapanui con 81% y Rayito de sol con 72%.

La historia de la pyme que es sinónimo de pileta

En Argentina, cuando se piensa en una pileta de lona automáticamente aparece el nombre Pelopincho.

La pileta de tela vinílica que reúne a amigos y familia en días calurosos nació en los años 70 y generó un fuerte impacto en el mercado. Antes de Pelopincho, las piscinas se hacían con lona de algodón, por lo que la llegada del material vinílico marcaría un antes y un después en cuanto a calidad y limpieza.

Dos décadas después de su creación, la marca Pelopincho cambió de dueño -pasó de la santafesina Benvenutti a ser parte de Sonne S.R.L.- e inició una nueva etapa de desarrollo que se extiende hasta la actualidad.

Héctor Goette, hoy propietario de Pelopincho, contó a iProfesional cómo empezó en el negocio de las piletas y, eventualmente, se hizo de la famosa marca.

Goette había dado inicio a Sonne también en la década del 70. Los padres del entonces joven veinteañero le dieron una máquina de coser vieja que tenían en su casa. Fue el punto de partida para, con esfuerzo, inaugurar un taller de lonas para camión en Entre Ríos.

Dispuesto a caminar al compás del avance tecnológico, luego invirtió en una máquina de soldar por radiofrecuencia que le permitió ampliar su rubro y dar un paso clave: fabricar piletas de tela vinílica.

Así, dio origen a su propia línea de piscinas bajo el nombre Tiburoncito, una marca que tuvo un continuo crecimiento.

A inicios de los 90, Benvenutti estaba en quiebra y subastó los lotes donde fabricaba sus piletas. "Cuando se golpeó el martillo y yo fui el comprador, fue un antes y un después para el futuro de la empresa. Sabía qué hacer con la marca y no tenía presión porque no había competencia. Me sentía líder en ese momento con Tiburoncito y esto fortaleció ese liderazgo", recuerda Goette sobre aquel día de 1994 cuando, sentado junto a su hijo menor, compró la marca Pelopincho. Así comenzaron a convivir dos marcas que, al día de hoy, Sonne sigue comercializando.

La adquisición llegaba con oportunidades y desafíos. En el pasado, Pelopincho había saltado a la fama con publicidades de Carlitos Balá y Las Trillizas de Oro. Sin embargo, en los últimos años antes de su venta había bajado la calidad para intentar subsistir. Entonces, la tarea urgente que se planteó Goette fue remontar la reputación de la marca.

Héctor Goette cuenta cómo es llevar adelante una Pyme familiar en la Argentina.
Héctor Goette cuenta cómo es llevar adelante una Pyme familiar en la Argentina.

Ser industrial en un país impredecible

Pero a los pocos años, una de las peores crisis económicas de la historia sacudió al país y puso nuevos obstáculos en el camino.

2001 y 2002 fueron años en los que, según Goette, "querías vender algo y era imposible. No había forma de hacer un desarrollo en nada".

Pero, a pesar del caos social, la fábrica seguía adelante. Y desde su optimismo, Héctor veía un futuro próspero para su empresa.

Así fue como en 2003, bajo el gobierno de Néstor Kirchner, creció el mercado interno para Pelopincho y, además, empezó a exportar a Chile, Estados Unidos, Ecuador, Colombia y Brasil.

Las ventas al exterior brillaron hasta 2007, cuando cesaron los intercambios internacionales para Sonne. Entonces, pudieron reemplazar ese mercado con mayores ventas en Argentina, sin perder el nivel de producción.

El vaivén de la exportación, Goette lo atribuye a la organización del país como competidor en el mercado: "Esto es argentina: una parte la pone el industrial generando productividad en los procesos y en las inversiones de máquina; y después está el Estado, que es cada vez más pesado y tiene una incidencia muy fuerte sobre las posibilidades de exportación, porque acá exportamos impuestos, ineficiencia".

Sobre el tipo de producto, agregó: "Es difícil competir con una empresa a menos que tengas un commodity como la soja, que te la sacan de las manos. Si no, competís con China o Taiwán en artículos que tienen mano de obra y donde incide el apoyo que pueda dar el Estado".

La Argentina tiene una reputación fluctuante en el mundo de los negocios, y así lo vivió Goette: "Uno de los problemas que surgían cuando salíamos a exportar era, primero, aclarar que eras argentino y que ibas a cumplir las promesas que hacías". A pesar de esto el empresario afirma que logró "el liderazgo afuera".

"Cuando llegó el momento de no poder vender, nos decían ‘en ustedes creemos’. Seguimos trabajando, pero teníamos problemas internos y de intervención del Estado, que nos complicaba la vida", recuerda.

La venta de piletas se disparó este verano. Goette explica que los comercios pudieron dar salida a stocks acumulados.
La venta de piletas se disparó este verano. Goette explica que los comercios pudieron dar salida a stocks acumulados.

El impacto de la pandemia

"No hay ni empresa ni familia que pueda desarrollarse a futuro mirando hacia adelante si no ahorra. De hecho, lo estamos viendo en este momento. Todos los países tienen distintas cajas de dónde paliar el déficit que se genera con el Coronavirus y nosotros –Argentina– estamos pidiendo plata sin reparo", observa el dueño de Pelopincho, quien además destaca que al país le falta seguridad jurídica.