La invasión de mails publicitarios genera polémica en el mundo
Uno se suscribe en algunas listas de e-mails de compañías pero en otras no, y los datos parecen transferirse de un modo mágico. Esto causa enojos en los usuarios, que piensan en la facilidad con la que sus datos privados circulan por internet.
Los datos están guardados en bases que no sabemos que existen y la confianza que esto da a los receptores de e-mails es nula, según señala el sitio marketingdirecto.com.
Stefan Pollard, director de los servicios de consultoría de EmailLab´s, en la publicación The ClickZ Network, comenta cómo él mismo se sentía víctima de esta violación de privacidad por estar suscrito a varias listas de e-mails en las que se informaba del estado y las novedades de los profesionales del marketing, pero no podía creer la información de casi ninguna, porque no sabía como habían llegado hasta él.
Pollard señala al final de su artículo que no está todo perdido si usamos un proceso de suscripción más limpio y transparente. Por ejemplo, evitando el uso de contraseñas, señalar exactamente a los usuarios de dónde se han sacado sus datos, colocar el motivo del mail en un lugar visible para los usuarios, someter a valoración el modo de inscripción de manera constante para cerciorarse de que están satisfechos con el servicio y, por último, ofrecer otras maneras para estar informado, como un número de teléfono.
De esta manera, asegura el directivo, el servicio será satisfactorio para ambas partes y más fiable para los usuarios, que restablecerán su confianza en la información online.