• 16/12/2025
ALERTA

El golf comienza a sufrir los primeros efectos de la "Woods-dependencia"

En los últimos 12 años el PGA Tour habí­a basado su crecimiento en su máxima estrella, pero ahora, sin el golfista, los anunciantes comenzaron a desaparecer
27/01/2010 - 18:31hs
El golf comienza a sufrir los primeros efectos de la "Woods-dependencia"

Los problemas que afligen al golf profesional quedarán en evidencia esta semana, cuando se juegue el primer hoyo del torneo de Torrey Pines, en San Diego.

La venta de entradas cayó y sólo se pudo conseguir un patrocinador a última hora y después de un descuento significativo. Y según los analistas, este podrí­a ser un presagio de lo que podrí­a ser el PGA Tour sin Tiger Woods.

De hecho, un artí­culo de The Wall Street Journal recordó que tres de los 46 torneos que conforman el campeonato de 2010 aún carecen de al menos un auspiciante lí­der, mientras que tampoco lo tienen 13 torneos del 2011.

En los últimos años, Woods se saltó los tres primeros torneos del año y empezó a jugar en San Diego. Por ser el primer torneo de Woods, San Diego se transformó en uno de los eventos más publicitados de la primera parte de la temporada del PGA Tour.

Pero ahora, el mejor golfista del mundo está inmerso en un escándalo y decidió ausentarse del golf por un tiempo.

Sin su jugador estrella, el valor de los patrocinios del torneo, que cubren la mayor parte de los premios, podrí­a bajar abruptamente. Y sin el flujo de ingresos constante de esos contratos, el modelo económico del campeonato empieza a mostrar fisuras.

"Tal vez el mercado ya no está para ofrecer premios de millones de dólares", señaló Tony Ponturo, ex director de marketing deportivo de la cervecera Anheuser-Busch Inbev, uno de los principales patrocinadores del Tour.

La aseguradora Farmers Insurance Group, filial de Zurich Financial Services, acordó a última hora auspiciar el torneo de Torrey Pines por u$s3,5 millones. La cifra equivale a cerca de la mitad de lo que llegó a pagar General Motors. La automotriz estadounidense, que atraviesa dificultades financieras, puso punto final a su contrato el año pasado.

Los ejecutivos del PGA Tour reconocieron que el retiro temporal de Woods les asesta un duro golpe, pero insistieron en que no tendrá un gran impacto en la salud del campeonato.

Tim Finchmen, comisionado de PGA Tour, atribuyó el descenso de los patrocinios al mal momento de la economí­a de EE.UU., el declive de toda clase de auspicios deportivos y las bancarrotas de algunos de los mayores patrocinadores del golf, como GM, Chrysler y Stanford Group.

Sus ejecutivos reiteraron que el golf capeará la tormenta y que, con el regreso de Woods y el persistente crecimiento internacional, el deporte seguirá prosperando.

De todas maneras, el retiro de Woods y la consiguiente pérdida de millones de televidentes, que son la sangre que corre por las venas del deporte, dejan en claro lo mucho que el golf pasó a depender de su máxima figura para contrarrestar un descenso en su popularidad y sus sombrí­as perspectivas financieras.

La era de oro de Woods
A primera vista, el reinado de Woods parecí­a una edad de oro. Los ingresos del PGA Tour (que es una entidad separada de los cuatro grandes campeonatos: el Masters, los abiertos de Estados Unidos y Gran Bretaña y el PGA Championship), crecieron desde u$s302,5 millones en 1996, el año en que Woods empezó a jugar como profesional, a u$s981 millones en 2008.

La presencia de Woods atrajo audiencias que eran impensadas para un torneo de golf, como los 50 millones de televidentes que lo vieron adjudicarse su primer Masters, en 1997.

Entonces, las empresas acordaron pagar cifras cada vez más altas para patrocinar los torneos.

Cuando Woods irrumpió en el golf profesional, en el Masters de 1997, parecí­a la salvación de un deporte que empezaba a ser visto como un pasatiempo para hombres cincuentones que usaban pantalones ridí­culos.

Durante los siguientes 12 años, Woods se convirtió en la figura más poderosa del golf. Exigió cambios que alteraron la estructura del deporte, como una temporada más corta y, de paso, ganó millones de dólares para su bolsillo y las organizaciones de beneficencia a las que se habí­a vinculado.

Sus ingresos provenientes de sus contratos con Nike, Accenture, GM y otras empresas superaron los u$s100 millones al año, según cifras aceptadas entre los expertos de golf.

Tras los escándalos por su "adicción al sexo" y sus relaciones extramaritales, algunas firmas, como Accenture y AT&T, retiraron o redujeron su respaldo al golfista.

Pero la época de oro de Woods no sólo trajo buenos resultados para el golfista. PGA Tour, una entidad sin fines de lucro, también obtuvo grandes ganancias, ya que el costo de patrocinar un torneo llegó a alcanzar los u$s9 millones en el caso de los eventos de mayor perfil.

Pero todo cuento de hadas tiene su fin. Y en este punto se encuentra el golf actualmente, aunque espera que sea sólo un final transitorio.

Por el momento, el ánimo no es de los mejores. La audiencia televisiva promedio para los dos primeros torneos del año cayó 21% y 30%, respectivamente, respecto al año anterior.

"Tiger Woods es el golf", opinó Jay Rosenstein, ex vicepresidente de programación de CBS Sports. "El temor es que en el caso de un deporte cuya identidad está tan ligada a la idea del honor, lo que ha pasado sea sumamente perjudicial", resumió.