Faltante "invisible": ya casi no se puede arreglar desde un lavarropas hasta una simple cerradura
Los alcances de la decisión oficial de limitar la entrada a la Argentina de un abultado pelotón de productos industriales fabricados en el exterior siguen generando situaciones insólitas.
A la casi desaparición de computadoras último modelo de marcas internacionales líderes, la escasez de teléfonos iPhone, o la ausencia pronunciada de reproductores de DVD o equipos de audio, ahora hay que sumarle el faltante de artículos "invisibles".
Desde repuestos para lavarropas o heladeras y partes de hornos microondas hasta tornillos, picaportes y cerraduras, pasando por piezas específicas del segmento automotriz y de maquinaria agrícola, el desabastecimiento se hace sentir tanto en los comercios que venden este tipo de productos como en las casas que arreglan electrodomésticos.
Al momento de explicar el por qué de estos faltantes, especialistas y proveedores apuntan hacia una sola cuestión: el peso de las polémicas licencias no automáticas que el Gobierno puso en vigencia en marzo de este año.
Con este sistema, el ingreso de componentes originarios de China y Europa se restringe por 120 días, como mínimo.
Ahora, la falta de estos repuestos está motivando que las casas de reparaciones opten por remplazarlos por otros nacionales con el fin de no hacer esperar mucho a los clientes.
"Si a usted se le rompe la perilla de un horno eléctrico de marca importada, hágase a la idea de que le esperan como mínimo tres meses para hacerse del repuesto. Y le hablo de un simple horno. Es decir, no de algo muy sofisticado o de una marca rara", afirmó a iProfesional.com un técnico especializado en reparación de línea blanca.
"Lo mismo con un lavarropas importado. Eso está llevando a que muchos argentinos, en la primera de cambio, directamente opten por comprarse un producto nuevo. Ahora el mercado está inundado de lavarropas nacionales. La calidad puede no ser la misma, según mi opinión, pero muchos prefieren eso a esperar 6 meses por un rulemán", agregó.
Otros agentes especializados en lavadoras, como precisamente Service Lavarropas, precisaron que "si se da una rotura de un tambor, entre lo que cuesta la pieza importada y lo que demora, lo normal es que el cliente tire lo que tiene y opte por un nuevo lavarropas".
"Por ende, el consejo es: a cuidar lo que se tiene. Porque si es de una marca que no fabrica en el país, hacerse de la pieza es una odisea. Y lo más probable es que quieran adaptarle al cliente un accesorio nacional en lugar del proveniente de afuera", añadieron.
Desde AJR, una firma porteña dedicada a la reparación de heladeras, plantearon una situación similar.
"En nuestro caso, se han dado inconvenientes con las plaquetas. Esto es, lo que hace a los mecanismos que regulan la temperatura y demás. La demora en el ingreso de esa tecnología hace que la mayoría de los clientes compre una nueva. Y nacional, claro", aseguró a iProfesional.com un representante de la compañía.
Según pudo constatar este medio, sólo en lo que hace a repuestos para dispositivos hogareños se registran faltantes de:
• Ejes para lavarropas.
• Rulemanes y accesorios.
• Tambores.
• Capacitores.
• Bombas de agua.
• Válvulas y gases para aires acondicionados, lavarropas y heladeras.
• Plaquetas de programación para microondas, lavarropas y heladeras.
• Accesorios para hornos eléctricos.
Un faltante que despierta ruegos
"Durante todo el año hemos estado con faltantes, teniendo que esperar un par de meses a que las importaciones se abran, y cuando eso ocurre rogamos que ingrese lo que necesitamos, porque si no hay que esperar dos meses más", comentaron desde una casa de reparaciones.
En el interior del país, la situación es la misma. "Nosotros podemos adaptar plaquetas y algunas otras cosas nacionales para colocarlas en lavarropas o heladeras importadas, pero en general los clientes no quieren, se niegan y prefieren esperar o, si son de clase media-alta, remplazar el artefacto directamente", indicó un especialista con sede de operaciones en Mendoza.
Los comercios dedicados al arreglo de línea blanca no dudan en sostener que "la solución ante esta escasez es comprar productos de fabricación nacional, para los que siempre se consiguen repuestos, o en caso de tener uno importado, dirigirse a los servicios técnicos oficiales, donde hay más facilidad para conseguir las piezas, aunque no siempre hay y son mucho más caros".
"Un arreglo de lavarropas nacional puede costar algo más de $600, mientras que para los importados ese valor fácilmente se duplica", contó otro técnico.
Alejandro, un especialista en reparación de línea blanca, dijo a iProfesional.com que "algunas partes mecánicas de los lavarropas importados se pueden cambiar por elementos fabricados en Argentina, pero las complicaciones están cuando lo que se rompió es, por ejemplo, un programador".
"Las trabas se perciben en cosas pequeñas, como ejes, rulemanes. Este tipo de elementos son complicados de conseguir para productos importados. Lo mismo pasa con los tambores. Otro tema importante es que las piezas que vienen de afuera cada vez están más caras", agregó.
Una oferta que cambia y el problema de la cerradura
El técnico sostuvo que el incremento en las góndolas de la oferta de lavarropas nacionales que se ve en las cadenas de comercialización, en desmedro del equipamiento traído del exterior, "compensa en algún punto los problemas de los repuestos que no entran".
En esa dirección, basta repasar las ofertas de retails como Frávega o Rodó para comprobar como casi la totalidad de las alternativas de equipamiento se limitan a marcas como Candy, Drean, Whirpool o Eslabón de Lujo, todas fabricadas en la Argentina.
"En microondas sucede algo similar a los lavarropas, aunque por momentos con mayor gravedad. Sucede que en este caso todos los componentes son hechos en el exterior. Igualmente, conseguir partes como las plaquetas de programación se presenta como lo más complicado", agregó el especialista en línea blanca.
"El grueso de las piezas de los microondas se producen en China. Aunque muchas marcas tienen la etiqueta de fabricados en el país, las partes siguen llegando desde Asia. Por eso, también las demoras son cada vez más crecientes cuando hay que reparar algo", dijo.
Pero no sólo los electrodomésticos son presa de estas barreras. En dispositivos para la seguridad en el hogar también las empresas dan muestra de verse afectadas por los límites que imponen las licencias no automáticas.
Un ejemplo: casi no se consiguen cerraduras Trabex. ¿El motivo? Los proveedores locales las importan de China, por lo que estos productos también son retenidos en la Aduana por varios meses.
En el mismo sentido, un experto en seguridad del hogar detalló que actualmente existen faltantes de:
• Candados.
• Cierrapuertas.
• Topes de piso.
• Picaportes especiales.
• Tornillos.
"Sidañez y Currao importan picaportes y tienen todo frenado en la Aduana. Con los candados pasa algo parecido, pero como hay un montón de empresas que proveen, pasa desapercibido. Cuando falta una marca, es común que el distribuidor termine vendiéndole otra al que busca la pieza", aseguró a iProfesional.com el experto consultado.
Autopartes
Más allá de lo que sucede en el caso de la tecnología para el hogar, un interrogante que por ahora no tiene respuestas es qué va a suceder con los automóviles nuevos dentro de algunos años, cuando comiencen a demandar piezas de reposición, si se prolonga el actual freno a las importaciones.
Esta pregunta tiene como base un dato clave: los vehículos de producción nacional llevan apenas un 30% de autopartes locales, el otro 70% son componentes importados.
Pero además es difícil que en mediano plazo esta proporción se revierta, porque para ello se necesitan más inversiones en el sector que, por el momento, no resultan suficientes.
En el mercado de reposición, la situación cambia todo el tiempo. Hoy la mayor preocupación se centra en los faltantes de repuestos de grandes equipos y, en general, se advierte una menor incidencia en los rodados de menor porte.
Igualmente, incluso en la maquinaria agrícola también existe algún impacto. Por caso, se dificulta conseguir algunos modelos de cigüeñal, parte vital de un motor con intensa aplicación en tractores y grupos electrógenos.
En ese mercado ya "escasean cigüeñales y cojinetes de biela y bancada de los motores, instalados en los minibuses Agrale, en los colectivos VW y en los camiones Ford, Volvo e Iveco", relató un distribuidor.
Según pudo averiguar este medio, hoy es complicado encontrar poleas viscosas de ventilador para las camionetas GM, Nissan y Ford.
Otro elemento que no se consigue es la bulonería especial, como la que se utiliza para fijar la tapa de cilindros de las camionetas y que no cuenta con fabricación local.
En cuanto a los autos, los modelos con más de 10 años desarrollados en el país están por ahora con una cobertura medianamente aceptable, aunque las piezas originales importadas van desapareciendo de las estanterías para ser reemplazadas por las de origen nacional.
Más allá de eso, hay casos complicados. Por ejemplo, fuera de Buenos Aires casi no se consigue el brazo de suspensión del VW Passat en los distintos tipos de modelos. Tampoco hay botadores ni cilindros de embrague para varias versiones de la línea VW, sólo por mencionar algunos casos.
Ya en el mercado de los radiadores, en estos días la oferta existente en la mayoría de las provincias se limita al stock que venía de antes de que la Secretaría de Comercio aplicara su estricto y polémico "cerrojo" a los importados.