Repsol confirmó que vendió el 12% que le quedaba de YPF por u$s1.256 millones
Repsol está por completar su salida definitiva de la Argentina. La petrolera española confirmó este miércoles que vendió casi toda su participación en su exfilial argentina YPF, nacionalizada en 2012.
Lo hizo por 1.256 millones de dólares.
Con esta venta, "Repsol mantiene una participación en el capital social de YPF inferior al 0,5%", explicó en un comunicado el grupo dirigido por Antonio Brufau.
Esta operación estaba prevista en el acuerdo alcanzado en febrero entre Repsol e YPF.
La venta de 11,86% del capital social de YPF a Morgan Stanley "generará una plusvalía estimada de 622 millones de dólares antes de impuestos", precisó en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En su edición de este miércoles, el diario español Expansión publica que Repsol no colocaría los u$s5.000 millones de golpe, sino que comenzará con una primera colocación, de unos u$s1.500 millones del Bonar 2024. Según la publicación, fuentes financieras aseguran que se espera que en mayo se deshaga de casi todo "y se quede sólo con algo marginal, seguramente con parte de los bonos que vencen en 2033 (llamados Discount 33)".
A pesar de que en el mercado se dice que los compradores son fondos de inversión, se especulaba con que las acciones en venta podría interesar a la misma YPF o a la mexicana Pemex, que está buscando poner un pie en el megayacimiento de Vaca Muerta.
Sin embargo, la petrolera argentina está con todos sus esfuerzos enfocados en incrementar la producción y Pemex no pasa por su mejor momento financiero. La empresa mexicana, enfrentada con la conducción de Repsol, encargó a Credit Agricole que venda su 9,4% en la petrolera española, valorado en 2.400 millones de euros.
La compleja historia de Repsol en la Argentina
Repsol compró YPF en 1999, en una de las operaciones más resonantes de la historia argentina, dado que la firma ibérica no contaba con producción masiva de petróleo, algo en lo que YPF era una especialista. Después de la crisis de 2001, las previsiones iniciales de la compradora comenzaron a cambiar. Esa tendencia se acentuó aún más con la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada.
Si bien muchos de sus funcionarios, en especial el ministro de Planificación, Julio de Vido, tenían un vínculo muy cercano con los popes de la española, también la sometieron a hostigamientos verbales cuando comenzó a caer la producción de hidrocarburos.
Para salir de ese callejón, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, negoció y cerró en 2008 el ingreso de la familia Eskenazi, denominada por el ejecutivo catalán como "especialistas en mercados regulados", al capital de YPF. Fue un 14,9% que luego se elevó hasta el 25%. Si bien la gestión de la familia local logró mantener a flote los resultados de la empresa, no ocurrió lo mismo con la producción de crudo y gas, que atestiguaron caídas de hasta un 50 por ciento.
En diciembre de 2011, Sebastián Eskenazi y Cristina Kirchner se reunieron en la quinta de Olivos. La Presidenta le echó en cara al empresario que su empresa fuera una de las principales responsables por la salida de dólares para cubrir las importaciones de energía, y le pidió que se hiciera cargo de una parte de esa cuenta. Eskenazi rechazó el pedido. Cuatro meses más tarde, Cristina Kirchner ordenó la estatización del 51% de las acciones de Repsol en YPF.
La venta del 12% remanente de la española cierra la serie que comenzó en 1999.