Disparen contra Farmacity: el Ministerio de Salud prohíbe que funcione como "kiosco" y crece la polémica
Los cruces por la forma de operar de Farmacity -tanto dentro como fuera de la Ciudad de Buenos Aires- siguen sumando nuevos capítulos.
En este sentido, la cadena se mantiene firme en su postura de funcionar a modo de un gran "kiosco" que, además de vender medicamentos, comercializa alimentos, bebidas, golosinas y artículos electrónicos, entre otros tantos productos.
Esto, pese a estar vigente una resolución del Ministerio de Salud de la Nación que le impide hacerlo.
¿Por qué le "hace frente" a una resolución oficial? Porque se ampara en un decreto de Mauricio Macri que le permite a la cadena ofrecer productos no relacionados con medicamentos o higiene personal.
La red de establecimientos -cuyo titular es el empresario Mario Quintana- también enfrenta la oposición de las farmacias tradicionales, la de la Cámara Farmacéutica Argentina y hasta del Colegio de Farmacéuticos de la Ciudad de Buenos Aires.
Previo a esta última disposición -según señalaron a iProfesional legisladores- la empresa había gozado de la falta de poder de policía del Estado dentro de la Ciudad para funcionar como "poli-rubro", para luego encontrar protección en un decreto del PRO.
Pero la embestida contra Farmacity lejos está de haber concluido.
Gabriela Cerruti, legisladora porteña por Nuevo Encuentro, anticipó a iProfesional la decisión de avanzar con la nulidad del decreto firmado por Macri para, posteriormente, cargar directamente contra funcionarios del PRO por presunto vínculo personal con los dueños de Farmacity.
"Ya presentamos un amparo y esperamos la decisión del juez para fijar la nulidad del decreto, por ser totalmente inconstitucional. Ni siquiera tiene carácter de necesidad y urgencia y va contra la ley nacional, en virtud de que nunca le fue transferido a la Ciudad el poder de policía para regular un tema como este", disparó.
"El juez está demorando lo inevitable y que hasta los mismos legisladores del PRO dan por descontado. Tarde o temprano, el decreto será declarado nulo y la cadena deberá ajustarse a la ley. La inconstitucionalidad ya debió haberse establecido hace más de un mes", agregó.
Cerruti sostuvo que, mientras esto se resuelve en la arena política y judicial, "Farmacity sigue sin cumplir disposición alguna, vendiendo lo que le plazca y funcionando sin restricciones".
La legisladora aseguró que "hay un incumplimiento muy grave de leyes en la Ciudad y la cadena se ha ido transformando en un auténtico supermercado".
"Esto -agregó- ha derivado en problemáticas de diversa índole, como el aumento de los accidentes viales. En el 80% de los casos estos se corresponden a personas que han ingerido alcohol mezclado con drogas de venta legal en estas farmacias".
Consultada sobre qué sucederá una vez obtenida la nulidad del decreto que hoy día beneficia a Farmacity, Cerruti adelantó que "se hará una denuncia penal por tráfico de influencias".
El motivo: las presuntas relaciones personales de funcionarios del macrismo con altos ejecutivos de la empresa que lidera Mario Quintana.
iProfesional se contactó con la directora de Asuntos Corporativos de la compañía, quien optó por minimizar los dichos de Cerruti.
"No estamos al tanto ni tendríamos por qué seguir lo que sucede en la Legislatura. En todo caso, es una cuestión que debe resolverse en ese ámbito", sostuvo la ejecutiva.
¿Qué sucederá si se anula el decreto del PRO? "Preferimos no opinar y seguir operando como hasta ahora", concluyó.
Una guerra política y económica
Desde el Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos su titular, Marcelo Peretta, ratificó su preocupación: "Sigue vendiendo lo que quiere y como quiere amparada en vínculos políticos".
"Un decreto del PRO no puede estar por encima de una resolución del Ministerio de Salud para amparar a Farmacity", consideró.
En su opinión, esta controversia ha hecho que "hoy día haya una suerte de zona gris, en el que las farmacias no saben si pueden o no funcionar como poli-rubros. Claro que esto perjudica a todo el resto de los comercios de la zona".
Peretta reafirmó que el interés de Farmacity por sostener la venta de artículos que nada tienen que ver con la salud es clave para poder expandir su negocio.
"La mitad de la facturación de la cadena no viene de los medicamentos. Las golosinas, la regalería, los productos de fotografía, electrónica y todo ese tipo de artículos le dan la rentabilidad necesaria para crecer hasta controlar prácticamente el 80% de los locales farmacéuticos que hoy funcionan en Capital", añadió.
Peretta aseguró que por efecto de la expansión de la cadena, en la Ciudad "más de un centenar de farmacias debieron cerrar sus puertas".
Posición dominante para fijar precios
El titular del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos recalcó que hoy día "el 25% de los puntos de venta farmacéuticos pertenecen directamente a Farmacity, lo cual revela el alto grado de concentración y de manejo de precios".
"Muy por detrás se ubican otras firmas. La legislación de la Ciudad habilita a que estos establecimientos puedan funcionar como sociedades anónimas que no dependan directamente de farmacéuticos. Esto no ocurre, por ejemplo, en territorio bonaerense. De ahí la molestia de la cadena por no poder instalarse en esa zona", expuso.
Para Peretta, otra cuestión que también alentó la expansión de locales de Farmacity en Buenos Aires responde a la ausencia de criterios de proximidad entre los distintos puntos de venta.
"La Ciudad habilita farmacias sin fijar este tipo de parámetros. Antes se exigía que entre un comercio y otro debía existir una distancia superior a 300 metros", sostuvo a iProfesional.
"Hoy se da que en las zonas comercialmente más activas puedas dar con farmacias en esquinas enfrentadas. Esto, en detrimento de otras zonas de Capital. Farmacity explotó al máximo la posibilidad de instalarse de manera masiva en los barrios más rentables de la Ciudad. El resto, los de menor poder adquisitivo, los deja en un segundo plano", remarcó.
El combate en la Provincia
Mientras sigue alta la temperatura en Capital, del otro lado de la General Paz también crece la conflictividad en torno a los movimientos de Farmacity en territorio bonaerense.
En dicho distrito, la cadena opera mediante su marca Simplicity que, en principio, sólo posee autorización para ofrecer productos de belleza, moda, hogar y cuidado personal, pero nada de medicamentos.
En su arranque, la firma plantó bandera con comercios en Morón y en la ciudad de La Plata. Pero su incursión en la provincia de Buenos Aires ya genera polémica.
En efecto, a principios de mes el Colegio de Farmacéuticos bonaerense, a través de su presidenta Isabel Reinoso, hizo sentir su malestar y lo expresó mediante un comunicado.
En el mismo alertó por los incumplimientos en el modo de comercialización ya que -pese a no poder hacerlo- ofrece medicamentos.
"El miércoles 23 de abril el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires detectó una gran cantidad de productos médicos en el local Simplicity, ubicado en la localidad de Morón, perteneciente a la firma Farmacity", indicó la entidad.
"Los productos allí encontrados no pueden venderse en Simplicity por tratarse de artículos exclusivos de dispensa en farmacias. Al tomar conocimiento de esas ventas, el Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires hizo la correspondiente denuncia", detalló.
El Colegio en cuestión indicó que estaban a la venta "productos médicos". Entre ellos, guantes de látex, gasa estéril, telas adhesivas hipoalergénicas, pastas dentales medicamentosas, cremas adhesivas y polvos para prótesis dentales.
"Es importante destacar que las autoridades sanitarias de nuestra Provincia sostienen desde hace años un modelo de farmacia profesional que se encuentra en las antípodas del tipo de negocio que propone esta cadena", señalaron.