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En el punto más tenso de la relación con Telefónica, Macri se alista para una misión de negocios a España

Telefónica está en conflicto en Argentina y en México, donde obtiene no sólo buenos resultados sino cifras crecientes. Y en ambos amenaza con el CIADI
02/02/2017 - 17:06hs
En el punto más tenso de la relación con Telefónica, Macri se alista para una misión de negocios a España

Casi tres décadas de presencia en América latina le permitieron a la española Telefónica hacer un verdadero "master" en economías inestables, cambios regulatorios bruscos y relaciones con gobiernos difíciles.

La permanencia denota no sólo el aprendizaje desde su desembarco. También demuestra en qué medida el mayor grupo español sigue valorando la gran fuente de ingresos que significa la región.

Es por eso que en el mercado llamaron la atención las manifestaciones de descontento que está evidenciando el grupo, así como un creciente deterioro de las relaciones con las autoridades, que en los casos de Argentina y México incluye amenazas de juicios en tribunales internacionales.

En el caso particular de Argentina esto ocurre en momentos en que el presidente Mauricio Macri se prepara para iniciar una gira internacional, en donde España forma parte prioritaria en la agenda. Además, se prevé un encuentro con directivos de Telefónica.

Claro que la intención oficial de acelerar inversiones en telecomunicaciones chocaría de frente con las eventuales denuncias que la compañía podría realizar.

Mercados rentables, pero conflictivos

Actualmente, Telefónica Hispanoamérica es el segundo aportante de las ventas de Telefónica en todo el mundo.

Integrada por Argentina, Chile, Colombia, Perú, México y un grupo de países de América Central, esta unidad de negocios generó ingresos por 9.144 millones de euros entre enero y septiembre de 2016, en un ritmo que se mantiene creciente desde hace varios años.

Sin embargo, la zona que tantos ingresos les genera también le causa grandes dolores de cabeza, hoy de la mano de dos de sus principales mercados: Argentina y México.

En la Argentina, Telefónica está molesta por los dos decretos que introdujeron modificaciones en el mercado de las telecomunicaciones en el primer año de la gestión de Mauricio Macri.

El 267 de 2015 la hizo poner en alerta. Si bien allí se anticipaba que las empresas de telefonía serían habilitadas para dar televisión paga, no se precisó una fecha. Además, la imposibilitaba de utilizar la tecnología satelital para ingresar en ese negocio.

Meses más tarde y luego de que Clarín adquiriera cinco empresas para obtener espectro radioeléctrico y así entrar en la telefonía 4G, decidió dejar plasmado su malestar.

Lo hizo elevando un recurso administrativo al Poder Ejecutivo por la forma en que su histórico competidor logró hacerse de ese insumo.

Cuestionó, en aquel entonces, que lo había logrado sin haber pasado por un proceso de licitación, tal como sí lo realizaron las tres empresas móviles del país.

Luego, el decreto 1340 del 30 de diciembre de 2016 volvió a provocar malestar en la empresa.

Básicamente, por los mismos motivos mencionados anteriormente. La imposibilidad de ingresar al mercado de TV paga de manera inmediata - en la norma se estableció que lo haría a partir de 2018- y de utilizar la tecnología satelital para entrar en ese mercado.

Previo a la salida de este último decreto, la filial argentina de la compañía había advertido que recurriría a los tribunales internacionales, más precisamente al CIADI, para reclamar que estas normas vulneraron sus derechos. Y el hecho de apelar a esa instancia la llevaría, previamente, a elevar su queja en la Justicia argentina.

Todavía nada de eso ocurrió, pero la amenaza está latente. Y los movimientos futuros seguramente dependerán de las decisiones que se tomen en el ámbito del Ministerio de Comunicaciones y que estarán relacionadas con las definiciones del decreto de 2016.

En México, Telefónica también está enojada. Más allá de que se trata uno de los países más difíciles desde el momento en que el principal competidor es el magnate Carlos Slim, la compañía es la segunda en participación de mercado. Y siempre crece en cantidad de clientes.

A mediados del año pasado surgieron versiones en el mercado mexicano que indicaban que la compañía podría retirarse pese a tener ya más de 16 años de presencia en ese país.

Los rumores respondían al conflicto que venía manteniendo con el Gobierno mexicano desde 2012, al que denunció en el CIADI por cuestiones relacionadas con la interconexión de redes y la no protección de la inversión extranjera.

Lo cierto es que Telefónica no sólo no se retiró sino que también en 2016 decidió suspender momentáneamente la demanda iniciada en el Tribunal internacional en 2012. Pero los dolores de cabeza no se quedan en esto en el país azteca.

La compañía mantiene más de 20 auditorías abiertas en ese país, en la mayoría de los casos por cuestiones tributarias. En México se produjo una profunda reforma del sector de las telecomunicaciones en 2013 con el objetivo de abrir el mercado y, así, reducir el poder de Carlos Slim en su país.

Antes de que esto ocurriera, muchas empresas decidieron hacer movimientos para generar pérdidas antes de comenzar a pagar un impuesto diferido, que entraría en vigencia con esa modificación.

Pero el cambio no redujo el poder del magnate mexicano y las empresas deben ser muy creativas para mantenerse en un mercado en competencia.

La compañía entró en este mercado en el año 2000 y lo hizo a través de la compra de cuatro firmas de telefonía móvil de Motorola por u$s1.800 millones. Luego, en 2002, adquirió una participación en una empresa local, Pegaso PCS, y desembolsó u$s1.300 millones en el despliegue de sus redes.

Si bien la compañía comenzó a recuperar la inversión realizada años más tarde, expertos de ese país aseguran que el cambio de reglas del sector la afectó profundamente. Aún cuando el regulador le permitió desprenderse de las compañías que había comprado más de una década atrás.

Pese a todos estos esfuerzos, en España no están conformes con la marcha de esta filial. A tal punto que en octubre pasado el propio presidente de la compañía, José María Alvarez Pallete, dijo que estaba trabajando en alternativas para la operación.

Radiografía del negocio 

La situación de mercado de Telefónica en la Argentina y en México son diferentes, más allá de que se trata de los dos principales de habla hispana de América latina.

El peso de la compañía es también muy distinto en ambos extremos de la región. La de Argentina es la principal operación de Telefónica Hispanoamérica.

Aportó 2.148 millones de euros sobre un total de 9.144 millones entre enero y septiembre de 2016, según se desprende de su balance. Aquí gestiona más de 26 millones de suscriptores.

México generó ventas por 1.063 millones de euros en este período. Es el cuarto país en importancia en cuanto a ingresos en la división de Hispanoamérica, después de la Argentina, Perú y Chile, en ese orden.

En México explota sólo el negocio móvil y de Internet. Aún así, y con los contratiempos mencionados, la operación en ese país es sana, de acuerdo con lo que se desprende sus balances. Y es la que registra el mayor crecimiento en cantidad de clientes.

¿Por qué una demanda iniciada y suspendida ante el CIADI en el caso de la subsidiaria mexicana cuando, pese a todo, la operación marcha bien? ¿Por qué la amenaza de recurrir a la Justicia y al CIADI en el caso de la Argentina cuando se trata de la principal operación de Telefónica Hispanoamérica?

Esas son las preguntas que se hace el mercado de las "telcos" en la región.

Lo que destacan los analistas es que, aun a pesar de las dificultades propias de cada idiosincrasia, los negocios del grupo español siguen mostrando una buena rentabilidad. Y que, además, hasta las regulaciones, como las últimas de la Argentina, continúan beneficiándola.

Hay un punto en común que une a ambas subsidiarias y es la frecuencia de 2,5 Ghz: 

-En la Argentina, se trata de la que obtuvo Clarín a través de la compra de empresas y que motivó nuevas quejas de parte de la compañía en estas latitudes.

-En México, porque Telcel (de Slim) está a punto de acceder a esa banda a través de un acuerdo con el operador MVS.

En ambos casos se trata de fuertes competidores de la compañía que recurrieron al mercado secundario de espectro -aquel que se puede obtener por operaciones no alcanzadas por procesos de licitación- para hacerse de nuevo insumo.

Y en ambos casos también los reguladores anticiparon que fijarían los mecanismos para que otras compañías sin el recurso de los 2,5 ghz puedan obtenerlo.

Entonces. ¿Por qué la queja?

Telefónica Hispanoamérica fue consultada sobre este tema por iProfesional. A más de 10 días de haber realizado esa tarea, no obtuvo respuesta alguna.

"Es su manera de proceder. Amenaza, hay presión y se inicia una negociación hasta llegar a un acuerdo. Es así en todos los países", explicó un experto del mercado regional de las telecomunicaciones que pidió off the record. 

"La diferencia con la Argentina es que en México el mercado secundario de espectro ya está establecido. Y las quejas allá siempre tienen que ver más con lo que pagan por canon anual, que es muy caro, dado que llega a ser el 7% de la facturación anual de las empresas", dijo otro especialista del sector que también prefirió la reserva.

En el plano local, el problema radica en la falta de certezas a futuro.

Aunque desde el ente regulador se haya anticipado que se avanzará en la definición de un mercado secundario de espectro, el hecho de no tenerlo claro, irrita.

"Lo que le molesta a Telefónica es la incertidumbre. No quiere que Clarín se lleve el espectro que obtuvo con la compra de empresas sin pagarlo o que lo haga a un valor irrisorio", agregó la fuente.

La queja que se escucha en los países no se condice, sin embargo, con otras noticias que surgen desde la misma empresa, como la que da cuenta de una inversión en una red virtual EPC (Evolved Packet Core) a gran escala para dar servicio a 13 países del mundo, entre los que se encuentran todas las filiales de Telefónica Hispanoamérica -incluida Argentina y México-, Brasil, Alemania y España.

Huawei se ocupará de esa tarea. Es decir, una red más eficiente para gestionar la convergencia de servicios de telecomunicaciones.

El problema de Telefónica no está en Hispanoamérica. Está en sus cuentas, por más que la región forme parte de ella. El rojo de 50.000 millones de euros es su principal debilidad. Y aunque un descuido puede ser letal, los alivios llegan justamente desde este lado del charco.

El año pasado, la compañía pudo desprenderse de Telefé y embolsar unos u$s400 millones por el canal de TV abierta más visto de la Argentina. Antes había logrado desprenderse de las operaciones móviles en México ya mencionadas.

El trabajo de Telefónica está más en su energía financiera que en lo que ocurre en los países en los que opera. Y la unidad hispanoamericana no sólo hace su aporte sino que, además, se mantiene en crecimiento constante, más allá de las viscisitudes propias de cada mercado.

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